*Capítulo 14*

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El instituto comienza, el primer año de la Lyceé.

Estaba feliz por estrenar mis cosas nuevas y conocer a gente.

Aquel día mi padre me llevó en coche hasta la puerta del instituto. Cuando llegamos Mahsati, la protegida de la amiga de mi padre estaba allí con un grupo de amigas, que al parecer todas eran árabes.

- Amira, Amira – Me llamó la bella chica.- Ven, quédate con nosotras. Ellas son Bashira,Dalia,Janaan, Karima y Nadima.

Todas las chicas me dedicaron una sonrisa. Cada una de ellas llevaba una hiyab (Velo) de un color diferente. Me llamaba muchísimo la atención como cada una, con una personalidad diferente, se colocaba la hiyab de una forma distinta.

- Encantada, chicas.- Dije intentando ser simpática.

- Ven con nosotras en los recreos, me has caído bien. Pareces una chica muy simpática.- Me sonrojé por las palabras que me dedicó Nadima.

- Muchas gracias, Nadima.

Ella me dedicó otra sonrisa y bajó los ojos.

Entramos dentro del instituto, yo dejé a mi padre en la puerta diciéndole adiós con señas. Él se había quedado blanco cuando me vió con Mahsati. Eso me hacía dudar, otra cosa más para investigar.

El día en la escuela fue magnífico, pasamos el recreo sentadas en los bancos a la sombrita, comiéndonos el bocadillo, charlando sobres las asignaturas, profesores, carreras...

Para mi sorpresa todo se centró en el tema académico, puede que en los siguientes días pudiese saber algo más de la infancia de Mahsati.

Al llegar a casa merendé y fui a la ducha, bajo la alcachofa de la ducha comencé a comparar.

El instituto español y el francés eran como primos lejanos, tenían asignaturas parecidas, pero las horas, el almuerzo, el desayuno... todo era diferente. Cosa que me encantaba, menos mal que había algo nuevo.

Salí de la ducha y me vestí rápido para forrar los los libros que necesitaba para mañana.

Mientras forraba libros, una llamada de Jéròme me interrumpió.

- Amira. Estoy abajo, ¿estás lista?

- Sí, termino de forrar esto, nada poner un poco de celo y bajo.

- Está bien, ¿sigues enfadada?

- No empecemos por ahí.

Colgué el teléfono, puse el último trozo de celo al forro transparente del libro, cogí mi bolso negro y salí corriendo por las escaleras. Cuando crucé el umbral de la puerta le dije a mi madre que volvía para la cena.

Me monté en el coche, esta vez también conducía Jéròme.

- Hola –Dije con tono neutral.

- Hola.

- ¿Qué me has preparado?

- Ya lo verás.

- Ah , vale. – Fue lo último que dije, antes de que él me pusiera una venda en los ojos.

Cronometré el tiempo y tardamos diez minutos en llegar a nuestro destino.

Durante el camino él estuvo hablándome de su infancia.

- Mi padre amaba a mi madre con toda su alma, pero ella quería dejarle por otro hombre. Él le rogó y le rogó que se quedara con él. Lo único que le pidió fue que le diera un hijo, para que ella pudiera irse en paz. Esa mujer me abandonó con dos años embarazada de otro hombre.

Donde sea, pero contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora