Las mariposas volvieron al ataque. ¿Cómo diablos podía haber ocurrido esto? No entiendo como un chico así ha puesto su mirada, y probablemente su corazón en mis manos... Espera, me estoy emocionando. ¿Y si no es así?
De todas formas, voy a disfrutar del momento. Así con la cabeza llena de cosas importantes en las que pensar, me decidí a hablar con un desconocido que, con tres frases, me había vuelto loca.
Acepté su solicitud de mensaje con las manos temblorosas, seguía sin poder creérmelo.
- ¿Española? Eres tu.
-Sí - Escribí sonriente, me encantaría saber más cosas de él, volver a mirarle y sentir algo especial.
- Te encontré.
El mensaje era escueto, pero podía ver todas sus intenciones en él.
- Quiero volver a verte.
El corazón me dio un vuelco, ¿cómo podía ser?
¿Qué debía contestarle a Jéròme?
- ¿Cuándo? Es que estoy muy ocupada. - Tenía que hacerme la difícil.
- Pronto.
Pasaron unos minutos hasta que sonó el teléfono, era otro direct de Jéròme.
-Tengo ganas de verte.
Me iba a dar un infarto. No me conocía.
Lo único que sabía de mi era:
* Soy muy torpe
*Olvidadiza
*Vergonzosa
* Española
Y ya está.
Mi instinto me estaba obligando a desconfiar de aquel chico, y de sus intenciones.
- Tendré que conocerte primero para quedar contigo.
-Te llamo y nos conocemos.
-No tienes mi número.
-Deberías dármelo.- Parecía una orden, pero en mi cabeza era una súplica, un chico como él. Guapo, moreno, alto y de ojos verdes tendría mil chicas francesas detrás suya.
No me negué más y se lo dí.
La llamada no tardó en llegar. Su voz era tranquila, parecía estar en un lugar cerrado, supongo que en su habitación de su majestuosa casa.
- Conóceme. - Dijo con tono alegre.
-¿Cómo te conozco?
-Cómo tú quieras, sólo quiero quedar contigo. - Mi corazón no paraba de bombear sangre, parecía que se me iba a salir del pecho.
- ¿Porqué yo? - Dije finalmente, era la verdad. Me gustaba que esa clase de chico se hubiese fijado en esta chica tan normal y sencilla.
- No lo sé. - Le había extrañado mi pregunta. Era evidente. - Creo que eres especial, Amira.
- Qué bonito te ha quedado. - Reí, esto era demasiado surrealista.- Venga, dime algo sobre tí.
- Pues, estudio la carrera de administración y dirección de empresas aquí en París.
- Mi hermano está en tercero de esa carrera.
-Yo en primero, tengo dieciocho años.
Dieciocho años, y yo cumpliría próximamente dieciseis, era demasiado mayor. O no.
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Donde sea, pero contigo
Novela JuvenilAmira, una chica que se entera que Francia, más bien la ciudad del amor, París, será su nuevo hogar. Deja su casa en Madrid para adentrarse en un mundo nuevo, el que fue su lugar de nacimiento. Allí descubrirá las mentiras que su familia lleva...