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—Tranquilízate, estás muy tenso —decía Kyuhyun dándole un masaje a sus hombros—. Es por tu bien, sabes que tocar tres horas seguidas podría generar un desgarre si la tensión sigue así.
Aguanta el dolor cuando esas manos torpes intentaban deshacer los nudos en sus tendones. Maldito estrés.
—Yo lo haré, tú ve a comer.
La orden del alfa no es ignorada por Kyuhyun, quien normalmente no se sometía o acataba obediente las órdenes. Y ahora se iba a comer, claro, era por la comida.
Qué amigo.
—Quiero arreglar las cosas contigo —su voz grave le estremece junto a sus dedos toscos que sabían dar masajes excelentes, que se conocían cada parte de su cuerpo—. Quiero que terminemos todo esto, bien.
Asiente sin poner objeciones, se sentía flotar con su tacto, con esa forma maestra que él tenía de relajarle. Y se suponía que no era atento, y ahí estaba deshaciendo los nudos en sus músculos sin la necesidad de preguntarle.
Sabía cómo terminaría.
Un beso en su cuello llega cálido y suave.
Sí, sabía cómo terminarían antes del concierto.
Y faltaba tan poco.
Cuando él aspira profundamente sobre esa glándula —como si fuera a marcarlo—, se siente enloquecer, porque Minho jamás había hecho algo así.
Esos besos repartidos por todo su cuello, mezclados con esos masajes majestuosos, eran su forma perfecta de pedir perdón.
Un par de veces había ocurrido a lo largo de esos años.
Sinceramente, no había venido a su mente que hiciera algo así. Eran sus últimas noches, juntos.
¿Qué importaba? ¿Acaso por evitarlo un par de noches dolería menos, si ya se había entregado a él por cinco años?
Corresponder a esos besos y desvestirle casi rasgando su ropa, era la forma que tenía de decirle que estaba dispuesto a que lo destruyera. Quizá de sus escombros podría renacer.
Lo haría, estaba seguro. Olvidarlo dolería como el infierno, pero lo haría. Hierba mala no muere, decían, y Lee Taemin lo era.
Entre suspiros y arrebatadores espasmos de su cuerpo le deja entrar, le perdona por millonésima vez, disfrutando cómo juntos perdían el rumbo y terminaban haciéndolo como un par de animales, gimiendo palabras sin sentido, pidiendo por más mientras arañaban la piel del otro.
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Dijimos capitulos cortos ¿no? ;)
¡Gracias por leer!

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Déjame Amarte - 2min
Fiksi PenggemarParecían días comunes y corrientes, la briza de viento soplando y moviendo las hojas de los árboles que pasando el otoño ya iban cayendo gráciles al frío suelo húmedo. Sin embargo, el mundo parecía despertar de un letargo de siglos en los que el amo...