Capítulo 3 | Temporada 2

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Por fin llegué a mi destino, Canadá. Estoy lista, desde hace semanas que he estado esperando esto. Y esos capullos iban a pagar muy caro. Me reuní con Jess para que me recogiera del aeropuerto, mi padre quería venir conmigo, pero mi madre no le dejó. La verdad es que le agradezco eso, no quería que se entrometiera en esto.

Al recoger mis maletas me dirigí a la puerta de salida, Jess me dijo que me esperaría en el parking del aeropuerto. Busqué su coche, pero es que el maldito establecimiento no era, para nada, pequeño. Marqué su número para preguntarla en que parte está.

-¡_____! – me giré y me encontré con Jess. Colgué el teléfono y corrí hacia ella abrazándola.

-¡Dios Jess, te eché de menos idiota!- reí y al recordar la razón de mi vuelta aquí se me quitó toda la alegría.

-Es lo de...- la corté antes de que terminara la frase.

-Hoy es sábado, son las 5:03 pm, tenemos un día y medio para ponernos al día. El lunes empezará todo- la miré y asintió.

-Está bien y me cuentas tu plan, vamos- me llevó hasta el coche y emprendimos el viaje hasta la casa de mi tía.

Al llegar me instalé en la habitación de invitados, mi tía encantada de que me quedara lo decoró con detalles morados, sabiendo que es mí color favorito. Después de que me instalara, avisé a mí tía y nos fuimos para su casa. Sus padres no estaban así que aprovechó eso para que pudiésemos estar a gusto solas para poder hablar y planear lo del lunes. Me voy a quedar aquí en Canadá lo que resta de curso y después me iría con mis padres para ver las universidades que había disponibles.

Llegamos a casa de Jess, nos dirigimos al salón y nos sentamos en el sofá. Teníamos planeado en hacer un maratón de películas de Marvel, a Jess no le gusta, tampoco es que le desagrade, solo que no le va ese tipo de películas según ella. En cambio a mí me encanta desde siempre lo he amado. A ella le aburre aunque me parece muy tierno que se disponga a aguantar por mí.

-¿Quieres algo para comer, mientras vemos la peli?- se levantó directa a la cocina, la acompañé y la ayude cogiendo un bol para las palomitas.

-Mmm...si te parece que, aparte de las palomitas, unas pipas o patatas, lo que tengas- le dije y saqué las palomitas.

-Oye después del maratón del coñazo, tenemos que hablar sobre el plan. ¿Qué harás, aparecerás de la nada y le dirás a Nash lo capullo que es y que deje a tu novio en paz?- la miré y asentí lentamente analizando toda la telenovela que me ha contado.

-Pues sí, supongo. Que otra cosa haré, ¿tú qué piensas Jess?- la miré y ella se quedó pensando.

-Yo creo que lo mejor que puedes hacer es hablar con Shawn cuanto antes. No esperes al lunes _____, ve a su casa y haces lo que tengas que hacer. Ahí ya ves tú lo que tienes que hacer- la miré y salí corriendo fuera de su casa.

-¿¡TIENE QUE SER AHORA!?- gritó desde la puerta.

-¡TU MISMA HAS DICHO QUE CUANTO ANTES MEJOR!- corrí hasta llegar a su casa.

-¡ESA ES MI AMIGA VE A POR TU HOMBRE!- se metió en la casa y ya no la oía más.


Estaba muy, muy, muy nerviosa...no pensé en que iba a decirle *Holaa Shawn, sí soy yo, _____. He vuelto de Los Ángeles para verte y porque me dijeron que Nash te hace bullying *Dios, es horrible* Ya estaba enfrente de su casa y con el corazón en la mano, tanto por los nervios y por recorrerme tantas calles. Son solo dos pero eso es mucho para mí. Llamé al timbre y esperé alrededor de cinco minutos hasta que abrieron la puerta.

-¿_____? ¡Hola cielo, que sorpresa verte! Pensé que os mudasteis a Los Ángeles- dijo mientras batía no se qué cosa.

-Hola Karen, sí es que me vine unos días a ver a mi tía y pues de paso a mis amigos- sonreí amable y ella me miró enternecida.

-Shawn no está en casa cielo, lo siento- asentí.

-Bueno no importa. Pero, ¿sabes dónde está? Es que necesito hablar con él- sonreí sin enseñar los dientes. Estaba actuando de una manera pésima por los nervios, ella noto mi sonrisa forzada y asintió.

-Claro cielo, está en la biblioteca. Desde que te fuiste, va muy a menudo allí. Te ha echado mucho de menos- me miró y la sonreí.

-Bastante diría yo- miré atrás mía y me encontré con esa dulce carita.

-¡Aaliyah! ¡Pequeña, no sabes cuánto te he echado de menos enana!- la abracé fuertemente.

-Y yo____, nos hacías mucha falta. E iba en serio- dijo mirándome detenidamente, la miré extrañada.

-¿A qué te refieres?- ella me rodeó y quedó delante de su madre, quién sin atender a la conversación se metió en la casa para seguir con su comida.

-A que mi hermano te ha echado mucho, mucho, mucho de menos. Te necesitaba todo el tiempo y para todo. Le oía decirlo tanto dormido como despierto- me miró moviendo sus cejas de arriba abajo. Rápidamente, como mi cerebro funcionó, me di cuenta de lo que se refería. *Descarada*

-Emmm vale, cre-creo que me voy...sí emm adiós. Ha sido genial verte pequeña pervertida- le dije riendo y me di la vuelta para irme.

-¡El pervertido aquí es mi hermano!- gritó riendo y giré la cabeza en su dirección, también riendo.


Emprendí mi camino hacia la biblioteca. Esta vez me quedé pensando en lo que decirle. Por ejemplo, ¨Hey Shawn, cuánto tiempo ehh¨ o ¨Sí, he vuelto¨ ¿Qué mierda? Dios, ya se me ocurrirá algo espontáneamente.

Ya estaba en frente de la biblioteca y otra vez estaba ese sentimiento de que en medio del camino mi corazón fallaría. Entré y lo busqué con la mirada, algunos que se molestaban a verme se quedaban sorprendidos. Lo busqué en cada mesa, pero no lo encontré. Tal vez ya se haya ido o antes de que llegara él ya se fue, no le habría visto, tanto en el camino como ahora.

Algo se me escapaba, por donde no he mirado. ¡Ya sé! Entre las estanterías, ahí no he buscado. Corrí hacia el primer pasillo y empecé a buscarlo.


Primer pasillo: nada.

Segundo pasillo: nada

Tercer pasillo: nada

Cuarto pasillo: nada

Quin...¡El cuarto pasillo! Estúpida.

Volví atrás en mis pasos y vi a un chico sentado en el suelo alrededor de muchos libros. Se pasó las manos por los ojos con cansancio, me quedé mirándolo un rato y creo que se dio cuenta ya que paró todos sus movimientos e iba a girar la cabeza hacia mí pero rápidamente giré la cabeza ¨buscando un libro¨.

Me giré otra vez y vi que se concentró otra vez en su libro. Cuando lo vi sentado iba a ir a hablarle, pero me bloqueé, no pude. *Venga _____ échale un par de ovarios* Me dirigí a él y me senté a su lado. Me miraba de reojo, pero no se atrevía a mirarme.

-¿Me echaste de menos, porque yo sí?- le dije y rápidamente se giró para mirarme al reconocer mi voz.

-En serio estás aquí o es un sueño- dijo sorprendido, me incliné y lo besé como nunca. Me di cuenta que las palabras sobraban, tenemos todo el tiempo para hablar después. Me subí encima suyo, con mis piernas a cada lado de sus caderas e intensifiqué aún más el beso. Por la culpa del maldito oxígeno me separé de él.

-No sabes cuánto te he echado de menos, me arrepentía bastante de haberme ido con mis padres. Desde un principio les pude decir de quedarme con mi tía lo que restaba de curso- lo abracé fuerte.

-Espera, ¿te quedaras lo que resta de curso? Dios me haces el chico más feliz de todo el mundo mi vida- me besó de nuevo y obviamente le correspondí, hasta que la bibliotecaria nos interrumpió.

Mi nerd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora