Capitulo 1. 5 de noviembre del 2013.

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El despertador suena y termino tirándolo al suelo para apagarlo, observo el reloj viejo e indestructible y son las seis de la mañana. Me levanto de mi vieja cama, me limpio la lagaña diaria y cualquier rastro de sueño que tenga mi rostro. Me veo al espejo y lo primero que noto son las ojeras enormes que se me hicieron a noche por querer terminar mis tareas, no se porqué me sorprende, si desde que estudio el último año de secundaria, ya es costumbre tenerlas.
Diario, al mirarme al espejo intento sonreírme, pero no puedo. Lo peor es que no se el porqué.
Al hacer mi cama me pregunto siempre como es que hace años podía hacerme bolita. No se atoraban mis pies en los barandales de la cama, podía dormir a mi antojo, me restiraba siempre que quería, pero eso era a los ocho años. Recuerdo que he crecido, y prefiero ponerme mi uniforme antes de entrar en una situación existencial, que aún no he podido aclarar a mis 14 años de edad.

Mi uniforme es azul rey con camisa blanca, falda azul, calcetas largas blancas, corbata azul y zapatos negros. He aquí viene la indecisión de todo mi día: el peinado. Tengo el cabello en capas a la altura donde inician mis pechos, no me agrada mucho alzar mi cabello cuando me toca el uniforme de gala, así que sólo es pensar si es pasador o diadema: y con o sin fleco. Total, termino decidiendo diadema azul con fleco. Éste me lo tengo que acomodar súper bien, ya que no me gusta recto, mi cara es corte diamante (o eso me han dicho) y no me favorece mucho, aumenta el ancho de mi rostro y me hace ver las mejillas más grandes de lo normal...

-Hija, ya es tarde, son las 6:40.-Y aquí viene la cantaleta de mi mamá.

-Cama, uniforme planchado, zapatos limpios, lunch, dientes...!

-Mamá, ya estoy lista. -Digo fastidiada.

-Tu papá ya está en el carro, habla con él. -Asiento y subo al auto.

La razón por la cual mi mamá me dijo "Habla con el" es porque las cosas con mi padre no andan muy bien: Hemos peleado mucho este último mes. Papá y yo no nos llevamos bien, ya que tiene un carácter que no me agrada del todo y el piensa que soy un buena para nada, a excepción de mi escuela, y eso me estoy manteniendo en promedio, cosa que me cuesta trabajo y me encanta. En fin, las pocas veces que hablamos mucho papá y yo, el siempre termina regañando por mis insuficiencias y yo termino llorando pensando el porqué no soy constante en todo. A veces pregunta por mis notas en la escuela y la relación con mis amigos. Siempre he anhelado en que me pregunte algo más profundo.

Me incomoda estar en silencio con papá. Cuando mamá acompaña a papá a dejarme es más tranquilo porque ella plática con él y algunas veces me incluyen en su embrollo. Pero cuando no es así, el silencio es demasiado sólido y el trayecto que es de 7 minutos que parece de dos horas. De un momento a otro me percato que ya estoy en la escuela.

Llegó a mi pupitre y espero ver a mi mejor amiga sentada atrás de mi, a veces olvido que llega al ras del toque de la chicharra. Siempre que me siento me es inevitable mirar hacia la puerta para ver si llega mi momento favorito de un día normal de escuela. Tiene nombre y apellido, John Araz.

Tez blanca, ojos cafés, sonrisa preciosa, alto, apuesto, su cabello de lado... entro en razón cuando suena la chicharra, ni me percaté que llegó la loca que alegra mis días: Kenia, con su cabello más largo, castaño y enredado que el mío y esos tres centímetros más que nos diferencian de estatura.

En clases noto que John me mira, pero sé de antemano que no soy de su tipo. No porque siempre ha sabido que me gusta desde el primer día que lo vi, y a lo largo de este tiempo, me di cuenta que a él le gustan altas, delgadas, de tés opuesta a la de él, con buen porte y sonrisa malvadamente angelical. Y luego estoy yo que soy todo lo contrario: A penas duras y sé sonreír después de que me quitaron los brackets en agosto, mi cabello no es largo, complexión robusta, ni mucho menos alta, bueno, 160 centímetros no es alto para mí.

Dreamer 🌸 Llénate de lo que no has vivido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora