Dreamer 🌸 Llénate de lo que no has vivido.

Capítulo 8. Mi niña.

Despierto, y esto es extraño. No hay ruido que me despierte. Mi agónico reloj está en su sitio. Veo el móvil y faltan 15 minutos para las seis. «¿Qué es lo que me ha despertado». Veo de nuevo el móvil y tengo un mensaje de Austin. Nunca había recibido un mensaje a las 5:43 de la mañana. Para mi sorpresa el mensaje dice:

Hoy por alguna razón no puedo dormir, tal vez porque no puedo dejar de pensar en ti. Lindo día mi niña.

«Mi niña»

Mi mente tan disparatada escribe.

—No soy tu niña. 😳

Dejo el móvil en el buró. Pero vuelvo a tomarlo y escribo.

—Es decir. ¿Tu niña? ¿Qué te hace decir eso?

Vuelvo y pienso en lo que tengo que hacer hoy. Ya no hay tareas que entregar. Guardo mis cuadernos en mi mochila negra con cautela. Me veo en el espejo y veo que se hicieron caireles gracias a las dos trenzas que mamá me hizo ayer antes de dormir. Olvidé deshacerlas.

Me agrada mucho cómo me veo con caireles, naturales. Y el sol pegándome en la cara en la ventana es algo que creo que sólo a mi me agrada.  Sólo desenredo mi cabello y tengo tiempo suficiente para ponerme un brillo labial rosa que me sienta muy bien. Sonrío y los mensajes de Austin vienen a mi mente. "Sonríe hermosa". Ese mensaje es la razón por la cual últimamente. Mi cuerpo toma control sobre mí y antes de tomar mi saco mis dedos teclean.

—Pienso en ti cada vez que sonrío.

Enviar.

De esos quince minutos que me levanté antes, por primera vez estoy lista para irme antes que mis padres. Es extraño este día empezando porque el primer bimestre ha acabado y no tengo tareas que hacer. Pero sobre todo, no dejo de pensar en Austin. Pareciera que él me piensa en las noches y yo en los días. Hasta en eso somos contrarios. Por un lado el ama las matemáticas, yo amo las lecturas. Él dice que soy hermosa, yo lo niego. Pero coincido con él en que siempre sonría y lo hago. Mi racionalidad me recuerda la locura de enamorarme de él. Y no pienso traer esa locura a mi realidad.

Cada noche es diferente, mi energía es diferente, siempre son peores que el día anterior; pero las ganas de quedarme un rato más hablando con el deberían de ser iguales. Cada día más se hace más difiícil no impresionarme por estos mensajes tan típicos y ridículos pensándolos ahora, pero <<¿Por qué me hacen senrtir tan bien? ¿Será porque no tengo el autoestima suficiente para creerlo? ¿O porque estoy reprimiedo mi corazón más de lo normal?>> No lo sé pero estas son las nuevas preguntas para pensar en la noche de hoy.

 Ahí está mi maldito problema: las ganas de enamorarme deberían de ser como mis noches y energías, pero no es así.