Capítulo 15: Olivia

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Tapé mi rostro con ambas manos y entonces, lloré desconsolada. Porque... ¿qué más podía hacer? Luke acababa de salir de mi departamento, llevándose mi roto corazón con él. 

Porque me había dado cuenta en estos días que estaba irremediablemente enamorada de él, y dolía muchísimo más, porque ni siquiera había podido decírselo. No, él sólo había venido a mi departamento diciendo que necesitábamos hablar. Y lo hicimos. Hablamos, pero jamás en mil años se me hubiese pasado por la cabeza que él estaría terminando conmigo. ¿Cómo dijo él? Ah, sí. Por mi bien. Por mi maldito bien.


Y una mierda. Había soltado cosas estúpidas sobre que él no quería hacerme daño. Que no quería verme sufrir. ¿En serio? ¿Entonces qué rayos estoy sintiendo ahora luego de que él me haya dejado? Dolor. 

Hacía tan poco que finalmente habíamos podido formalizar nuestra relación, que me parecía una maldita ironía. Él se había visto tan feliz cuando había admitido que estábamos en una relación, que ahora no me caía en la cabeza cómo pudo haber terminado todo tan abruptamente. 



Sin embargo, era cierto lo que dijo. Que estaba sufriendo con él yéndose en medio de la noche a sus entrenamientos con el SWAT, porque no podía dormir o estar tranquila mientras él no llegase, traía tan malos recuerdos de lo que había vivido en mi secuestro, imaginando cuando él mismo había sido convocado por la policía para ir en mi búsqueda porque había sido finalmente encontrada, siendo llamado del mismo modo en que el SWAT hacía sus malditas llamadas. Y la única vez que había podido lograr quedarme dormida luego de que él haya ido a una situación de rehenes, yo había tenido pesadillas, había gritado y Max, uno de mis guardias, había llegado como un huracán en busca del peligro. Sólo me había encontrado a mí llorando aovillada en mi propia cama. 


Lucas había dicho que él no podía ser egoísta, y que prefería que nos separásemos a que yo siguiese sufriendo por su culpa. Pero... yo estaba sufriendo ahora, cuando él me había dejado. Y estaba rogando a todos los dioses que esto solo fuese una pesadilla, porque no quería creer que Luke había arrebatado lo mejor que tenía en mi vida. Él. 


Muchos podrían decir que el dinero compra la felicidad. Y en cierta parte, es cierto, el dinero te hace tener una vida cómoda, llena de lujos, poder hacer tantas cosas. Pero hay algo que el dinero no puede comprar, el amor. El cariño es algo que nadie nunca nadie podría comprar, ni por todo el dinero del mundo.  


Los espasmos y sollozos me hacían difícil respirar, y me hacían doler el cuerpo. Pero el dolor era más allá de físico. Era emocional. Y dolía como mil infiernos. 

¿Llevar años de relación con Michael? Ni una lágrima derramada. ¿Meses con Luke? El peor los llantos. Sentí cómo mi corazón se rompía, y no podía evitarlo. Porque Luke se había colado en mis huesos, en mi alma. Y se había llevado con él lo mejor que había tenido en mi vida.


Agatha llegó a mi lado, acariciando mi espalda mientras yo estaba de rodillas en el piso del living, justo donde Luke me había dejado tras irse sin siquiera mirar atrás, susurrándome palabras tranquilizadoras que más me hacían llorar. 

―Luke me dejó, Agatha. – Sollocé, rodeándome con mis propios brazos. 

―Siento mucho oír eso, señorita. – Hizo una pausa para tenderme un vaso con agua, que simplemente negué con la cabeza a modo de rechazo. – Él recapacitará. Lo de ustedes no puede ser tirado por la borda porque sí. Se nota en la forma en que se miran, en la forma en que actúan alrededor el uno del otro. 

Don't let me FallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora