Don't let me Fall

Capítulo 21: Olivia

Había pasado un mes exacto desde que Lucas había venido a mi departamento a hablar conmigo y se había ido sin mirar atrás.

No había querido decir todo eso, en realidad. Pero sabía que esa era la única manera en que él se fuese de allí sin rogarme a que volviese a él. Había perdido un trozo de mi corazón y alma al haberle hablado de esa manera. Pero no podía soportarlo. No había podido soportar estar en mi propia piel en aquellos días.

Había renunciado, finalmente, a mi trabajo. Papá había dicho que, si quería volver a trabajar, que simplemente se lo hiciera saber. Pero no podía. Estaba rota. Era una mujer rota que no podía siquiera aguantar el día a día, sabiendo que aún tenía muchas jornadas en el juzgado y en la estación de policía prestando declaraciones en contra de mi secuestrador. Benjamin Charles.

Ese hijo de puta. Todo este tiempo había sido él detrás de las peores atrocidades en mi contra. Todo por su jodida hermana.

Por el lado bueno de las cosas, Charles estaba en prisión preventiva por el tiempo que durara el juicio. El bastardo había confesado todo, detalle por detalle. Desde cómo había comenzado con su plan hasta el momento de su ejecución. Todo.

Durante todo el mes yo había estado yendo a terapias con psicólogos y psiquiatras. Incluso había ido a alguno que otro terapeuta. Tenía tres sesiones al día, necesitando todo el apoyo que esos desconocidos podían darme.

Podía caminar tranquila por las calles de Seattle ahora, sin temer que alguien estuviese detrás de mí. Sabía que ahora era una mujer libre, pero al mismo tiempo estaba atrapada en mi propia pesadilla personal.

Había perdido el contacto con todo el mundo, excepto Beth, quien había sido mi pilar en todos aquellos días en que había estado cerca del precipicio de la desesperación, apoyándome incondicionalmente, sin preguntarme nada, solo estando allí a mi lado para sostenerme cuando más lo necesitaba.

Los viajes en auto hacia cualquier lugar eran silenciosos. Aún mantenía a mi equipo de seguridad a mi lado. Ellos han sido de apoyo también, más de lo que podían imaginar. Habían estado allí para mí durante las noches de gritos, tranquilizándome hasta que lograba dormirme.

Jamás diciéndome nada, ni pidiendo explicaciones. Ellos habían sido los que me habían estado llevando a rastras a cada una de las sesiones con los especialistas.

La policía había venido a mi casa a tomar algunas declaraciones cuando podía salir de mi silencio ensordecedor, cuando era capaz de estar lúcida fuera de las pesadillas. Nunca apareció Luke, a pesar de haber esperado que él se asomara. Después de tres semanas me habían dicho que Lucas había dejado el caso por propia voluntad, que había dejado todo lo que estaba relacionado a mí. Yo sólo había mirado y escuchado sin ninguna reacción.

Me obligaba a mí misma a levantarme de la cama todos los días. Había días difíciles en que lograba mi objetivo a duras penas. Había otros días que no lo lograba en absoluto, haciéndome sentir débil. No la luchadora que Luke me había llamado alguna vez.

Nadie hablaba de Lucas frente a mí. Su nombre era algo que parecía estar prohibido, a pesar que jamás había dicho algo al respecto. Todos habían supuesto que yo no quería saber nada de él. Pero yo estaba bien con ello. Prefería la ignorancia.


*~*

Hoy, de todos los días, había sido más fácil levantarme de la cama. Agatha me había traído un té de canela, que al olerlo me había recordado inmediatamente al aroma con el que asociaba a Lucas. Canela y madera. Era su aroma característico. Y tuve que respirar profundamente antes de que comenzara a llorar allí con la taza entre mis manos.


Mi celular comenzó a sonar en algún lugar de mi departamento en el momento en que dejaba la taza vacía en la mesa que tenía puesta delante de mí. Ni siquiera me moví para contestar. Dejaría que sonara. Siempre lo hacía. Nadie me llamaba de todos modos luego de haber ignorado a todo el mundo por todo un mes. Incluso Beth prefería pasarse por el piso a llamarme.