22.

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Se quedó mirándome fijamente mientras se secaba las lagrimas.

Yo salí del baño y me vestí como pude. Con el dolor de mis caderas, y las punzadas constantes de mi abdomen.

Me acosté, y miré hacia mi lado. James estaba acostado mirándome, mientras las lágrimas salían de sus ojos.

Admito que me dolió verlo así pero él no tiene compasión de mi cuando me golpea, y yo no iba a demostrar debilidad.

Yo me acosté boca arriba, pero aún mi mirada se chocaba con la suya.

Cerré los ojos para poder dormir, cuando su pulgar se deposita en mi mejilla, haciéndome erizar.

Luego siento el movimiento del colchón, y su respiración en mi cuello.

Yo no me moví, no quería mirarlo, ni discutir.

Sus labios se depositaron en mi cuello, y su mano se enredó en mis cabellos mojados.

Se llevó un mechón a la nariz, mientras yo abría los ojos lentamente.

Su mirada miel se depositó en mi cuello, y se acercó nuevamente.

Pasó su nariz suavemente, mientras lentamente depositaba besos en el.

~Es un MALDITO, sabe que es mi punto débil. Debe ser el de muchas también, pero él sabe que si me besa el cuello me entrego de una manera pasional y desenfrenada, que un día él me tuvo que pedir que parara porque estaba cansado MASLOW SAL YA DE MI CUELLO!!~

Eso era lo que pensaba pero ni mi boca, ni mucho menos mi cuerpo reaccionaba.

Sus besos empezaban a hacerse húmedos, y no solo utilizaba sus labios, si no también su lengua, arma de guerra de un hombre, para combatir a la mujer.

Es que eso era cierto al menos en mi matrimonio así lo era.

En la cama era como un concurso de quien seduce a quien. Quien sabe usar mejores sus armas de seducción y quien era el primero que se rendía y rogaba literalmente.

La mayoría de las veces caíamos juntos en el deseo y la lujuria, pero en algunas excepciones vergonzosamente tenía que rogar y a veces todo lo contrario. Si bien James no ruega, notaba que se aceleraba, y su pulso aumentaba, y ahí yo me subía arriba de el y lo detenía. Amaba volverlo loco, y desesperado.

Si hay algo que nunca faltó en nuestra relación fue el deseo y la pasión, de eso no había dudas.

Sonreí ante ese pensamiento un poco incómodo, dado que ya no era igual que antestodo había cambiado, y nunca sería igual.

Volví a la realidad con un gemido, cuando el clavó sus dientes en mi cuello, dejando chupones demasiado marcados, mientras su mano tocaba suavemente mis pezones.

Él no estaba arriba de mi, ya que era consciente de mis heridas.

Él tenía una pierna sobre la mía, su masculinidad quedaba clavada en mi muslo derecho, mientras él se encargaba de besarme el cuello con desenfreno y pasión.

Luego noté como yo me estaba entregando a el, después de todo lo que me hizo iba a permitírselo?

Tenía miedo y a estas instancias estaba muy excitada. El poder que ejercía James sobre mi era sorprendente.

Otro gemido se escapó de mis labios.

Su mano había bajado hacia mi ropa interior. Lo sorprendente es que solo había rozado su mano contra la misma.

Su boca se movía sobre mi cuello. Lo succionaba y lo mordía como si viviera de ello.

_eres deliciosa-dijo sobre mi cuello.

En otras oportunidades hubiese sonreído, pero no.

_basta

Dije intentando alejarme, pero estaba inmóvil por mi dolor corporal, y porque una de mis piernas estaba atrapada por la de James.

Él no respondió a mi pedido, e intensificó sus actos, robándome más gemidos.

~NO, NO, NO, NO!!! BASTA NO!~

_SUELTAME!- le grité. Él me miró y me besó suavemente los labios.

_vamos cariño sabes que lo quieres, quieres que te haga el amor no te hagas la difícil.- dijo volviendo hacia mi cuello.

_pero tu te haces o eres idiota?? Si no me sueltas juro que levanto el maldito teléfono y en menos de 5 segundos estará la policía en la puerta de la casa.

_ ______(tn) por favor yo

_QUITATE DE ENCIMA-

Marido Golpeador (James Maslow & TÚ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora