Evilness before that love

21. Consecuencias

La Jolly Roger se mecía en un pequeño vaivén a causa de las olas, el sol golpeaba la arena y la espuma se deshacía en los cascos del barco, en la quidilla se veía el verde moho crecer y bañarse de la blanca espuma, justo debajo de la ventana del Camarote del Capitán James Hook que ahora le pertenecía a Harry Hook.

El vitral que se alzaba mostraba una hermosa sirena que se peinaba el cabello, los ojos azules resaltaba y el cabello dorado caía sobre la cola mientras el cepillo de oro era tomado entre sus manos doradas, estaba sentada en una enorme roca gris mientras el agua en su cola roja daba, tenía las escamas bien detalladas parecían algunos reflejos en negro mientras esté se movía, el sol daba justo en el cielo azul que el vitral pintaba, podía tener un fondo café por el respaldo de la gran cama del capitán.

Más allá de eso, los rayos de sol bajaban justo debajo de esta, traspasaban todo el cuerpo de la sirena, se alzaba sobre la gran base de la cama y daban justos a los cuerpo enredados en las sábanas blancas. El cabello negro con Aquamarine caía sobre el pecho dorado del Azabache que descansaba la cabeza en la almohada mientras sus manos dejaban caricias llenas de amor en la espalda de la chica que estaba sobre él, podía notar cada parte de su pequeño cuerpo contra el de, su respiración lenta y relajada que subía y bajaba, el movimiento que hacían las aletas de su nariz cuando entraba el aire y el cómo corría cada vez más la mano debajo de su mejilla, los labios rojos y algo hinchados contra sus grandes pestañas negras, las sábanas blancas cubrían apartir de su espalda baja, dejaban ver la pequeña curva que formaba su trasero y como si piernas estaban al costado de su amante.

Harry Hook no tuvo que levantar la sábana para saber cómo se encontraban las piernas de la bruja, se enredaban con las de él en formas pocos comunes pero cómodas para ambos, tenían sus intimidades tan cerca que ambas desprendían calor, no solo por la noche pasada sino porque se deseaban tené de nuevo, sonrió un poco más y dejo un último beso en su frente, un beso de protección. Con mucho cuidado bajo a la chica de encima suyo, la dejo cubierta con las sábanas, salió al baño y se dispuso a bañarse, cuando terminó arreglo un poco el cuarto, se puso ropa limpia no de acuerdo a su atuendo de siempre, sino que diferente una camiseta blanca sin mangas cubría su pecho, un pantalón más suelto de color negro iba en conjuntos tomó el gran saco rojo y antes de salir de ahí dejo la pequeña nota que había escrito para ella.

Mini Hook deseaba con toda su alma volver al camarote, quedarse en cama todo el día con las pequeña bruja a su lado y comérsela una y otra y otra vez hasta que fuera el día siguiente sin embargo no podía, tenía que volver a su trabajo como Capitán de la Jolly Roger, primer oficial del Lost Revenge y mandar a la pandilla pirata a vigilar la isla. Entre todos esos quehaceres se tomó el tiempo de comprar algunas cosas que caducaban en par de días para hacer un desayuno digno para él y su princesa.

Uma se movió en la cama tratando de encontrar el calor que el cuerpo de Harry le brindaba, tanteaba con la mano la cama mientras abrió poco a poco los ojos, se tallo los ojos y busco por todo el lugar, pero no lo encontró, hizo una mueca subió las sábanas blancas un poco más arriba, con mucho trabajo se levantó de la cama, a pesar de que no había sido la primera vez Hook siempre buscaba la forma de dejarla adolorida no sabía si era por su gran tamaño o por todos aquellos moretones y chupetes que bajaban desde su cuello hasta sus muslos, se cubrió con las sábanas como solían hacerlo las chicas en las películas románticas, vio su reflejo en los pequeños vidrios de las ventanas de la oficina y se río.

Harry Hook la había marcado como suya, no se le veía mal y tampoco le molestaba, sonrió recordando la confesión de la noche anterior, se acomoda un poco el cabello, camino tranquilamente disfrutando del poco olor de Harry que quedaba en ella y se ducho, salió con algo de ropa de él puesta encima, cogió la sábana que había dejado en suelo, camino de vuelta en la cama y escucho aquella voz que tanto ansiaban.