Diario de Máximo Landore
11 de abril, 1910
Manuel ha vuelto a la casa de sus padres bajo el nombre de Demien. Por supuesto, no tiene forma de comunicarse con ellos ni mucho menos de comprender lo que ocurre por completo. Me encargue de dejarlo en la puerta delantera del edificio, desnudo. Si bien tanto él como Dimitri habían mejorado notablemente durante la pasada década, hemos decidido no mostrar dichos progresos, de modo que las familias no sean conscientes de que el escape ha ocurrido hace muchos años.
Amira, por su parte, se encargó de hablar con sus padres para que contacten a Alejandro fingiendo que ella había vuelto ese mismo día y que querían investigar su origen y paradero durante esos 25 años. El periodista, por supuesto, no se negó al caso ya que le pareció inmensamente interesante. Aunque estoy seguro de que en parte, la belleza de Amira tuvo un papel importante en esta decisión.