Diario de Verde/ José López/ Pablo Gómez/ Máximo Landore/ Juan Manuel Ramírez
2 de junio, 1912
Han pasado dos años desde nuestra partida. No hemos visto a Alejandro desde entonces, y no creo que lo hagamos.
Le he escrito una carta, me pareció correcto darle un indicio de que nosotros estamos bien, más que nada para tranquilizarlo, la despedida pudo haberlo dejado preocupado y prefiero darle una ayuda para que logre cerrar este capítulo de su vida y así, encaminarse a una nueva vida donde nosotros no estemos.
En la carta le dije que vivimos en Berlín, que Amira es actriz, que yo trabajo en un laboratorio, que Dimitri es artista y que Demien vive una vida de humano común y corriente. Gran parte de eso es mentira, comenzando por nuestro paradero. En realidad, estamos en Santa Fe, vivimos en una casa de un piso bastante acogedora. Dimitri sí trabaja como pintor, Demien ha logrado integrarse a la sociedad también, aunque no sabe muchas terminologías del idioma aún, pero logra manejar el español básico. Amira trabaja con animales de circo, educándolos para hacer trucos de una forma mucho menos cruel de la utilizada a diario en este tipo de establecimientos. Logra entenderse muy bien con ellos, de hecho. Es una forma extraordinaria de comprensión mutua, casi como si pudieran comunicarse a través de sus pensamientos. Yo trabajo en un laboratorio de aquí, mas las capacidades científicas de esta ciudad no dan abasto para mis proyectos de investigación.
Debo decir que preferiría llevar la vida que he redactado en la carta, pero no estoy seguro de si mis hermanos podrían adaptarse a las grandes ciudades europeas, y no puedo separarme de ellos. Hemos desarrollado un vínculo fantástico que no quiero romper, si nos mantenemos juntos, no necesitaremos a nadie más en nuestras vidas.
Nuestras nuevas identidades fueron elegidas por cada uno: Amira decidió tomar el nombre de Blanca como símbolo de su pasado, ya que creció en una habitación donde todo lo que veía era de ese color. Además, eligió como su apellido Saravia, ya que este tiene procedencia libanesa, lo que representa su verdadera identidad. Dimitri mantuvo su nombre de nacimiento, y eligió un apellido italiano: Pittore. Significa pintor, lo que es su verdadera identidad. Demien, por otro lado, eligió un nombre al azar, sin ataduras a su horrendo pasado: Tobías Ramírez. Mi nueva identidad me otorga el título oficial de hermano de Demien: Juan Manuel Ramírez. Tomé este nombre ya que, al igual que Tobías, no deseaba que nada me conecte con aquellos años de sufrimiento como experimento.
Estoy seguro de que ninguno de nosotros, ni siquiera Alejandro, podrá superar el trauma causado por Andrew, mas vivimos en una constante lucha para nuestro progreso y mejora. Debemos continuar con nuestras vidas.
A veces pensar en Morado me atormenta. Me cuestiono si he tomado la decisión correcta con él, si realmente merecía que acabemos con su vida. Todo queda estancado en pensamientos sin final. Nunca podré saber qué hubiera sucedido si lo dejábamos vivir. Tal vez entraba en razón y escapaba, o tal vez ayudaba a Andrew a encontrarnos y a encerrarnos para ser sus ratas de laboratorio nuevamente. Infinitas hipótesis se me han ocurrido ya, mas no puedo afirmar con certeza lo que hubiera ocurrido. Después de todo, la decisión de asesinarlo fue tomada con justas razones, por lo que no puedo decir que me arrepiento de haberlo hecho.
También pienso en Blanco. ¿Cómo sería nuestra vida si él nos hubiera acompañado al huir de Buenos Aires? No lo sabremos nunca. Con respecto a él, de todas formas, creo que lo ocurrido era necesario. Él necesitaba alejarse de nosotros para su propia salud mental. Sin embargo, hay un vínculo que nos conecta, y lo hará siempre; nuestro "padre", los experimentos, las miserables vidas llenas de mentiras, el pasado en general.
Con respecto a Andrew, me pregunto si sigue vivo. Para ser sincero, lo dudo. La miserable vida que llevaba probablemente lo llevó a acabar consigo mismo. Si es que Andrew no lo hizo primero, por supuesto. Y si Andrew no se suicidó ni ha sido asesinado hasta el día de hoy, la vejez acabará con él, tarde o temprano.
Pienso demasiado en lo ocurrido. Tanto lo que pasó como lo que pudo haber pasado. Creo que es el mayor defecto que me ha dejado mi experimento. A veces me gustaría tomar el lugar de Amira, y no recordar sufrimiento alguno de mi primera quincena de vida. Todo sería más fácil de esa forma. Soy consciente de que Demien y Dimitri probablemente han sufrido más que yo, pero el pasado no les atormenta en los pensamientos diariamente como a mí.
Aún me cuesta aceptar mi realidad, pero debo hacerlo.
Yo soy José Manuel Ramírez.
Soy Pablo Gómez.
Soy Máximo Landore.
Soy José López.
Soy verde.
Y esa es mi realidad, imposible de cambiar.