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Muchas personas me habían dicho a lo largo de la vida que la pérdida de un ser querido duele demasiado, que es duro de asumir y que lleva mucho tiempo superarla.
Mi ex novio Adam había fallecido hace un mes, nada más.
Habíamos permanecido tres años juntos, y el había luchado contra él cáncer dos de esos años. Se lo diagnosticaron justo al siguiente día de nuestro aniversario.

Recuerdo que esa noche habíamos ido a un restaurante muy bonito, elegimos pasta para cenar y bebimos un poco de vino, por que según Adam, así nos parecíamos más a las típicas parejas en las películas. Me llevo hasta casa, y le pedí que cuando el llegará a la suya me mandará un mensaje. Estuve esperando horas, demasiadas. Pero el mensaje no llegó. Llame a su casa, incluso dude antes de hacerlo, pensando que quizás estaba siendo muy paranoica y él sólo se olvidó de avisarme. Pero al final llame, y su mamá contesto avisandome que Adam ni siquiera había llegado a casa, y eso me preocupo mucho más.
Me pase toda la noche buscándolo, incluso visite los hospitales más cercanos, pero no había nada. Volviendo a casa, mi celular comenzó a soñar indicando que me estaban llamando. Contesté sin siquiera mirar el identificador, era Adam.

Incluso hasta el día de hoy, sigo creyendo que luego de esa llamada, ni él ni yo volvimos a ser los mismos.

- Oye, te fuiste por unos segundos.- murmuró. lo mire a los ojos unos segundos, y le sonreí indicándole que estaba todo bien.

Shawn Mendes.

Él era la persona más dulce que uno pudiera imaginar. Era alto, guapo, con una sonrisa deslumbrante y un cuerpo muy bien tonificado. No me malinterpreten, Adam también era muy guapo, pero Shawn... ese chico se llevaba los suspiros de las chicas, sea cual sea el lugar al que íbamos.
Lo conocí hace dos años atrás. La Universidad había organizado un viaje por algunos países de Europa, y nuestra última semana la pasábamos en Italia. Nos dieron el dia libre y mi grupo decidió salir a un café muy conocido por la zona, obviamente no podía negarme a un café.
Ya se estaba acabando el día, y mis amigos se encontraban exhaustos.
Yo ni siquiera podía dejar de pensar en Adam, desde que había sido diagnosticado, él había cambiado muchísimo. A veces se comportaba de manera tan fría que pensaba que estaba con un extraño, no junto al chico del cual creía estar enamorada. Mis amigos avisaron que se iban, yo sólo moví la cabeza para que supieran que los había escuchado. Me levanté de mi lugar, cogí mi tasa de café y camine dispuesta a seguirlos. Pero mi torpeza me llevo a volcar mi delicioso café con crema sobre la camisa blanca de un chico, al cual no vi.
Me disculpe enseguida, él sólo me sonrió y juro por mi vida, que nunca había visto sonrisa tan hermosa. Le ofrecí pagar su café a forma de disculpa, él dijo que aceptaría, con la condición de que terminara el mío junto a él.

- Y otra vez te fuiste.- susurró Shawn mientras me sonreía.

- Lo siento, de verdad.- apoye mi cabeza sobre su hombro y solté un suspiro cansado.- Es sólo que... no lo sé. Me hubiese gustado que las cosas hubiesen sido diferente ¿sabes?.

- ¿Diferentes cómo?.- preguntó distraidamente mientras acariciaba mi cabello.

- Ya sabes, Adam no era él mismo. A veces lo extrañaba, aunque me conformo contigo.- bromee.

- Con que si eh.- comenzó a hacerme cosquillas, mientras que yo sólo reía como una desquiciada.
Estas partes del día son las que más me gustan, donde sólo tengo su compañía. Estaba tan agradecida de tenerlo, de que él fuera parte de mi vida.

- Ya Shawn, en serio para- hable entre risas- me hago pis.

- Eres una asquerosa.- le saque la lengua, deje un beso en su mejilla y corrí por las escaleras en busca del baño.

Me quedé mirando al espejo y después de un rato decidí bajar.

- Volví, ¿me extrañaste?.- hice una mueca mientras ponía mi mejor cara de inocente.

- Por supuesto que no.- fingi estar ofendida por su respuesta, pero creo que lo hice mal. Muy mal, por que el hombre que estaba en frente mío, comenzó a reír.

- No te burles.- hice voz de nena pequeña, él hizo un puchero y me abrazo.

- ¿Pizza?.- pregunté, lo mire desde abajo mientras seguíamos abrazados.

- Pizza.- dejo un beso en mi frente y camino a la sala, en busca de su celular.

A veces quedaba atontada por sus muestras de cariño. No podía creer, mejor dicho, sigo sin creer que una persona que sufrió tanto como él, sea así de dulce con los demás.

Shawn no conocía a sus papás. Paso la mayor parte de su niñez en un orfanato, hasta que Elisabeth y Peter, quienes no pueden tener hijos, lo adoptaron.
Aún así no les fue nada fácil. Shawn tenía pesadillas frecuentemente, hasta el día de hoy las tiene, no lo dejaban dormir y a veces sólo se mantenía alejado de los demás. Por esa razón, a sus papás les costó tanto que él se abriera.

- ¿Se puede saber en qué tanto piensas?- lo mire sin entender- siempre que te hago estas en tu propio mundo.- cogió unas bolsas con frituras del mueble y se apoyó en la mesada, observandome, mientras comía de sus papas saladas.

- No se que me pasa, estoy como pérdida.

- Pues encuentrate.- me tiro una papita, la cual cayó en mi cabeza, y salió de la cocina justo en el momento que el timbre sonó.

- ¡Tonto!- le grite mientras reía y buscaba los refrescos de la heladera.- ¡¿Coca-Cola o jugo?!.

No obtuve respuesta.

- ¿Shawn?.

- Lo siento, sólo estaba conversando con el repartidor.- colocó la caja de pizza sobre la mesa y sacó dos platos del mueble.

- ¿ah si?- pregunté. Serví dos porciones en cada plato y los lleve hasta la sala.

Hoy es viernes de películas.

- Sip- mordisqueo su porción y me miro.- Resulta que éramos compañeros en el orfanato. Él me reconoció y se presentó.

- Oh bien- lo vi hacer una mueca y decidí cambiar completamente el tema de conversación. Sabia que le costaba hablar sobre eso todavía. Estuvo lps primeros diez años de su vida pasando de casa en casa, sin tener un hogar permanente. No debio ser para nada lindo- ¿Cuál quieres ver?.- apunte con un dedo hacia la televisión mientras agarraba el control.

- ¿Y si hoy no vemos nada?- okay, esto estaba raro. Shawn AMA mirar películas, y lo recalco por que el fue él de la idea de "noche de películas los viernes". Era como una rutina, hace un año que lo hacíamos y les juro que nunca, vuelvo a recalcar, NUNCA nos saltamos un viernes.

- ¿ Es broma o qué?.- él se puso totalmente serio y negó.

- Te hablo en serio.

Asenti con mi cabeza.

- ¿Y entonces que hacemos?.

- ¡YA SE!- eleve mi ceja derecha y espere a que su sugerencia fuera divertida.- Nademos.

Okay, estoy totalmente calificada para decir que Shawn Mendes esta cada día más loco.

- ¿Nadar?- él asintió efusivamente- ¿Hablas enserio?.

- Por supuesto, bueno, no nadar realmente. Pero nunca usamos el jacuzzi que esta en el patio trasero, y dije: ¿por qué no hoy, que la noche esta hermosa?.

- Aja, como tu quieras.

Me levanté del sofá, y subí las escaleras hasta llegar a mi habitación. Saque mi bikini blanco, y una vez puesto, baje y salí al patio.
Shawn estaba de espaldas, sentado dentro del jacuzzi.
La caja de pizza estaba en un costado, junto con los refrescos y las toallas.

- Aquí voy- susurre y camine hasta el jacuzzi, ese maldito jacuzzi donde estaba Shawn.




















Okay okay okay bellezas, es el primer capítulo. Hace rato venía con la idea de escribir una fic sobre Shawn, y ya por fin puedo publicarla.
Espero que les guste mucho y la disfruten❤.

NO voy a dejar de escribir las otras historias, pero a esta le tengo muchas ganas, así que espero que le den mucho amor.

summer nights Donde viven las historias. Descúbrelo ahora