capitulo 19 parte a

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La casa de Itachi Sinclair era majestuosa. Se alzaba sobre una meseta situada en el centro de un magnifico valle, flaqueado por escarpados precipicios por uno de sus lados y ondulada colina por el otro. Un brillante manto de hierba, salpicando aquí y allá con los primeros brotes de flores de primavera, cubría el suelo hasta donde alcazaba la vista, y el aroma de esas flores junto al aroma de los árboles impregnaban la brisa de la tarde, junto con el olor del humo que salía por las cabañas de techo de paja. El enorme castillo de piedra del Laird se erguía protector, sobre las casas que rodeaban el paisaje a sus pies, y todo el conjunto estaba rodeado por un vallado de piedra y madera que garantizaba la seguridad del clan.

Se abrieron los pesados portones girando sobre goznes de hierro, e Itachi entro con sus huéspedes en la propiedad. A su alrededor resonaron los vítores con los que los soldados daban la bienvenida a su Laird, mientras un grupo de jovencitos y jovencitas se acercaba corriendo para saludarle.

Al instante, Naruto se vio rodeado por la celosa guardia de Sasuke. Suiguetsu se situó frente a él, Jugo y Neji lo hicieron a los lados, Lee coloco su caballo detrás de él.

A pesar de que prácticamente le resultaba imposible ver lo que pasaba, con los anchos hombros de los guardias impidiéndole la visión, trato igualmente de mirar a cada uno de los rostros que conformaban la muchedumbre. Aunque hubiera sido maravilloso, he incluso milagroso, que pidiera encontrar inmediatamente a Deidara, Naruto sabía que no iba a ser fácil. Sin embargo, cada vez que divisaba una cabellera rubia, su corazón daba un salto de esperanza.

Itachi y Sasuke habían desmontado y estaban rodeados de soldados. Naruto se armó de paciencia, esperando que Sasuke se acordara de él.

-¿Lo veis, milord? –pregunto Jugo en vos baja.

-¿A quién?

-Al traidor –susurro.

-No, lo siento no estaba buscando... -dijo, mientras volvía a buscar entre la multitud-. Todavía no –murmuro para sus adentros-. ¡Aquí hay tanta gente!

-La mayoría de los hombres de Itachi no están aquí –explico Jugo-. Seguramente están entrenándose en los campos de detrás del castillo. Si, seguro que está allí, pues de lo contrario Orochimaru se habría acercado a saludar a su Laird.

Mientras Naruto seguía escrudiñando entre el gentío, unos pocos soldados MacPherson vestidos con el tartán de su clan, osados y curiosos, se acercaron para verlo mejor. Uno de ellos, joven y algo tonto, incluso se atrevió a acercarse demasiado.

Gai llevo su caballo hasta el, obligando al hombre a hacerse a un lado, por miedo de ser aplastado.

-¡Deja de mirar ya al señor! –le ordeno en un tono que destilaba veneno.

El corpulento soldado hecho una mirada a sus amigos, y luego se giró hacia Neji con un insolente gesto de desprecio en el rostro.

-¿O qué? –lo desafío.

Neji no se dejó impresionar por su bravuconada. Antes de que el soldado pudiera adivinar su intención, se inclinó, lo aferro de la garganta y lo alzo en vilo.

-O te romperé todos los huesos de tu cuerpo.

El soldado MacPherson era un hombre de gran tamaño, pero Neji lo había levantado como si no pesara más que una pluma. La asombrosa demostración de fuerza dejo estupefacto a Naruto. Como también sus malos modales.

-Neji, por favor baja al muchacho.

-Como gustéis, milord –gruño Neji.

En el momento que enviaba al soldado volando al suelo, Sasuke regresaba a donde estaban sus hombres. El joven aterrizo en medio de sus amigos. Sacudiendo la cabeza, Sasuke se abrió paso en medio de la gente y se detuvo en frente del aturdido MacPherson, que yacía boca abajo en el suelo.

EL RESCATEWhere stories live. Discover now