capitulo 19 parte b

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-Su hermano inglés –aclaro Itachi-. Deja de preocuparte, Sasuke. Si Deidara está aquí, lo encontraremos. Ah, allí esta Orochimaru, con Jugo. Permíteme ocuparme de las cuestiones más urgentes, y luego también nosotros pensaremos y decidiremos nuestro plan de acción.

La hora siguiente pasó con gran rapidez, mientras Itachi atendía los asuntos de su clan y escuchaba el informe que le daba Orochimaru de los problemas surgidos durante su ausencia. No le sorprendió enterarse que la mayoría los avía ocasionado los soldados MacPherson. Itachi tuvo que apelar a toda su paciencia para escuchar la larga lista de incidentes ocurridos en los campos de entrenamiento.

Cuando el soldado Sinclair termino de exponer todas sus quejas, su rostro estaba encarnado de furia.

-Me as ordenado que sea tolerante –le recordó Orochimaru a su Laird-. Pero te lo digo, es peligroso permitir esta insubordinación. El líder de este grupo de inadaptados se está volviendo cada día más poderoso. Cuando doy una orden, la mayoría de los MacPherson lo miran primero a él, y cuando él aprueba con un gesto, cumplen mi orden. ¡Es inaceptable! –con vos temblorosa de la ira.

Itachi permaneció serenamente de pie, frente al fuego, mientras observaba a su comandante pasearse nervioso por el salón. Sasuke, apoyado contra la mesa, también escuchaba la perorata contra los MacPherson. Jugo estaba a su lado.

Cuando Itachi considero que había oído lo suficiente, levanto la mano reclamando silencio.

-¿Y qué quieres que haga yo, Orochimaru? –pregunto en vos baja.

El comandante giro sobre sus talones para mirar a su Laird.

-¡Echar al canalla!

-Tiene nombre ese canalla –pregunto Jugo.

-Kiba MacPherson –le contesto Orochimaru.

-¿Y quieres que lo eche? –pregunto Itachi.

-Preferiría que me dejara matarlo, Laird. Pero me doy por satisfecho con que lo eches de aquí.

-¿Y sus seguidores? ¿Qué querrías que hiciera con ello?

-¿La verdad?

-Naturalmente.

Orochimaru soltó un suspiro.

-Me gustaría que los echaras a todos. Sabes bien que siempre estuve en contra de la fusión de ambos clanes, Laird, y recuerdo haberte advertido que no iba a funcionar.

-¿Y crees que tu predicción se ha cumplido?

-Así es.

-Tú sabías que iba a haber problemas, Orochimaru. Tu obligación consiste en hallar la manera de solucionarlos, no echar a los inadaptados –agrego en tono cortante-. Busca a Kiba y envíamelo a aquí –ordeno entonces-. Voy a ajustarle las cuerdas, a él y su sequito.

Orochimaru pareció sentirse aliviado y asintió con ansiedad.

-Celebro tu intervención, Laird, porque te aseguro que estos revoltosos me han puesto entre la espada y la pared. Yo no tengo tu paciencia.

"Nadie tenía la paciencia de Itachi" pensó Sasuke. Evidentemente, Orochimaru no conocía bien a su Laird, porque si lo hubiera conocido sabría que bajo la fina capa de urbanidad y diplomacia latía el corazón de un salvaje guerrero con un temperamento aun peor que el suyo. A diferencia de Sasuke, Itachi tardaba en estallar, pero cuando llegaba a su límite o había, a su juicio, aguantaba demasiado, su reacción era explosiva y temible. Podía ser mucho más brutal que Sasuke, y tal vez esa fuera una de las razones por las que se habían hecho tan amigos. Confiaban el uno en el otro. Si, Sasuke confiaba y admiraba a Itachi y al hombre que los había entrenado Asuma Maitland.

EL RESCATEWhere stories live. Discover now