capitulo 37

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Dunhanshire estaba llena de soldados. Era una oscura noche sin luna, pero el castillo estaba iluminado como el palacio del rey, con montones de antorchas que lanzaban su resplandor rojizo desde los parapetos y las pasarelas. En la distancias sus llamas parecían ojos de demonios, observándolos fijamente.

Los cinco se apiñaron uno junto al otro, bien ocultos en la densa espesura situada detrás de la pradera, en absoluto silencio, mientras escuchaban el metalico chirrido del puente levadizo al bajar para permitir el ingreso de un nuevo grupo de soldados montados en sus corceles.

-Se están metiendo en las entrañas del infierno –susurro Choji-. Puedo sentir la presencia del demonio.

-¿Por qué hay tantos soldados? –Pregunto Kiba-. El barón debe estar preparándose para la guerra. Juro haber contado cien hombres desde que estamos observando.

-Deben haberse enterado de que venían nuestros soldados –insinuó Shino.

Naruto negó con la cabeza.

-No. Madara siempre se rodea de una región de soldados que lo protegen. Quiere estar totalmente seguro de que nadie podrá deslizarse furtivamente y atacarlo por sorpresa.

-Le teme a la muerte, ¿Verdad? –Comento Gaara-. Sabe que ardera en el infierno por sus pecados. ¡Es un hombre viejo!

-No –respondió Naruto-. Cuando yo era pequeño, pensaba que lo era, pero era un hombre muy joven. Como consecuencia de su amistad con el rey Hashirama, Madara ha conseguido mucho poder, y el principal objetivo de su vida ha sido conseguir más. Dunhanshire era un lugar alegra –añadió-. Pero Madara y su codicia han cambiado todo. Mato a mi padre, y destrozo a mi familia.

-Si dios quiere nuestros soldados bajaran mañana por la colina, y atacaran –dijo Kiba.

-Y yo ruego a dios que se mantengan alejados hasta que esto haya terminado –replico Naruto.

-¿Crees que tu tío esta en Dunhanshire? –pregunto Gaara.

-No lo sé –respondió él-. Pero mañana lo averiguare. Esta noche descansaremos aquí. –desato la correa que sujetaba su manta al lomo del caballo, y la desplego debajo de un enorme roble. Gaara fue tras él, y se sentó a su lado.

-Hasta aquí llegamos juntos –anuncio Naruto-. El resto lo tengo que hacer solo.

-Sabes que Kiba no va a dejar que entres solo a Dunhanshire.

-Tienes que ayudarme a hacérselo comprender –susurro Naruto-. Estaré a salvo siempre que Madara crea que tengo lo que le quiere, pero si Kiba viene conmigo, te aseguro que lo utilizara en mi contra. Debe quedarse aquí, contigo, con Shino y Choji.

Kiba inco una rodilla en la tierra frente a Naruto.

-Hemos estado hablando –anuncio, señalando con un gesto a sus amigos-. Y hemos decidido que deberéis esperar aquí hasta que llegue vuestro esposo. Entonces si podréis entrar.

-Ya lo hemos decidido milord –intervino Shino.

-Esperare hasta el mediodía –concedió Naruto-. El barón no se despierta hasta entonces, pero no esperare más que eso.

-O esperáis a vuestro esposo o iréis con vos –sostuvo Kiba.

-Dejaremos esta discusión para mañana. Ahora debemos descansar – cerro los ojos para desalentar a Kiba a seguir discutiendo.

Gaara se quedó dormido casi de inmediato, pero Naruto dormito intermitentemente durante toda la noche. Los soldados durmieron a sus pies, aferrando sus espadas.

EL RESCATEWhere stories live. Discover now