Nadie resulto más sorprendido que el propio Sasuke cuando su dulce y sumiso esposo se negó a decirle el nombre de los ingleses.
Estupefacto ante su negativa, no tuvo la menor idea de que debía hacer a continuación. Naruto permanecía sentado sobre la mesa con sus manos cruzadas sobre su falda, tan tranquilo como suele estar uno cuando se allá en el centro de una tormenta.
-¿Qué quieres decir con "no"?
-Olvidaste besarme al entrar. Cuando no deberías hacerlo.
-¿Qué?
-Olvidaste besarme.
-¡Por el amor de...!
Sasuke lo alzo en vilo. Deposito un rotundo beso sobre su boca, y volvió a sentarlo donde estaba.
-Vas a decirme quienes son esos canallas ingleses.
-Si –accedió el, para luego puntualizar su respuesta-. Al final.
-¿Y eso que significa?
Naruto se negó a responder. Tomo su cepillo, y comenzó a pasárselo por el cabello. Demonios, estaba precioso esa noche, pensó Sasuke. Llevaba un camisón celeste que parecía flotar a su alrededor y marcaba suavemente sus curvas. Ese doncel era prácticamente irresistible. El hecho una mirada a la cama y luego lo miro a él, antes de advertir adonde se dirigían sus pensamientos.
Era tarde, ya había pasado el crepúsculo, y todavía no había conseguido que Naruto le dijera los nombres, aunque a decir verdad, no lo había vuelto a ver desde el alba, y había estado demasiado ocupado hasta ese instante como para pensar en ello. En ese momento, no obstante, estaba decidido a obtener lo que buscaba antes de que se fuera a la cama.
-Un consorte debe hacer todo lo que su esposo le ordene –le dijo.
La exigencia no pareció gustarle mucho a Naruto.
-Este consorte, no.
-Maldición, Naruto, no te pongas terco conmigo.
-Un esposo no debe maldecir en presencia de su consorte.
-Este esposo, sí. –le espeto él.
A Naruto tampoco le gusto eso. Arrojando el cepillo sobre la mesa, se puso de pie y dio todo un rodeo para evitarlo al dirigirse a la cama. Al llegar a ella se quitó las pantuflas y se sentó.
Como siempre, Itachi había estado en lo correcto. A algunos consortes no les gustaba recibir órdenes de sus esposos, y evidentemente Naruto pertenecía a esa categoría. Pudo ver las lágrimas que brillaban en sus ojos, y supo que había herido sus sentimientos, el matrimonio era más difícil de lo que había supuesto.
-No hagas eso.
-¿Qué no haga qué?
-Llorar.
-Ni se me ocurriría –se apresuró a replicar el. Se puso de pie, retiro las mantas, y se acostó.
Sasuke apago las velas, e iba a extinguir el fuego de la chimenea, cuando Naruto le pidió que agregara otro leño.
-Hace calor aquí –protesto él.
-Yo tengo frio.
-Yo te mantendré abrigado.
Cuando Sasuke se sentó en la cama para sacarse las botas, Naruto se dio vuelta de cara a la pared.
-¿Lamentas haberte casado conmigo? –le pregunto en un susurro.
La pregunta lo pillo desprevenido. Era evidente que Naruto se sentía algo inseguro, y Sasuke sabía que el responsable era él, porque se había comportado como un oso desde el mismo momento que se habían reunido.
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EL RESCATE
FanfictionNaruto es un valiente doncel Ingles. Aunque desprecia al barón Madara, que asesinó a su padre y se apodero de su castillo, intentará complacerlo para salvar la vida de su tío. Pero cuando el barón secuestra a un niño escocés, Naruto logra huir con é...