—Lo mejor será que me marche —intente huir de aquel lugar
—¡No! Además este gilipollas ya se va — parecía realmente enfurecida —¿No es así, Mario?
—Claro, de igual formas hay más chicas que quisieran estar conmigo, como la que esta ahí — volteo a señalar a la chica con la que había llegado pero esta ya no se encontraba ahí —¡Demonios! Ahora tendré buscarme a alguien más
—Monica tiene razón eres un gilipollas— dije enojada mientras tomaba mi bolsa para irme
—Aun no me conoces, cariño —me dijo el gilipollas guiñándome un ojo.
—Ya lárgate, Mario— sentenció Mónica.
—Éso haré, pero no me rendiré hasta saber algo de ella— El gilipollas se dio la vuelta para macharse, mientras yo intentaba calmarme.
— Disculpame por eso— Me dijo mientras se tapaba el rostro con sus manos a causa de la vergüenza.
—No te preocupes— la abrace — pero debo marcharme, mañana te veo mañana.
—Esta bien, te extrañaba ___
Solo me despedí con un adiós moviendo mi mano de un lado a otro. Por fin tenia un trabajo, después de todo al menos una pequeña parte de mi vida seria normal.
Camine de regreso a casa, pero siendo sincera no quería llegar a mi destino, extraño un poco el hospital, ahí convivía con los niños mas pequeños que pasaban por la misma situación que yo, había una niña encantadora, que siempre tenia una sonrisa contagiosa, un poco regordeta y cachetona, siempre es muy valiente y juguetona.
En una ocasión, ella había salido de una operación muy delicada y de repente solo salio a jugar con los niños, claro la regañaron pero fue divertido ver como trataban de seguirla en la silla de ruedas. Pero llego el día en que me dieron de alta, por un lado estaba feliz de salir de ese lugar de por fin vencer el cáncer y tener una vida normal pero por otro lado ella se quedaría y me daba miedo dejarla, Camila era como la hermana menor que siempre quise.
Regresando al tema, al llegar a casa mi madre estaba cocinando y supongo que mi padre durmiendo así que solo fui a hablar con mi madre.
— Hola madre — la salude con un beso en la mejilla.
— Hola mi amor, ¿donde estabas? llegamos a casa y tu no estabas — Me pregunto mientras revolvía la pasta.
— Estaba con una amiga, Monica—
— ¿Así? — me pregunto algo nerviosa — ¿Donde la conociste?— Me volvió a interrogar
— Madre no se que me escondan, pero enserio la averiguare— dije rápidamente y para ser sincera estaba alterada — Ya estoy cansada, no se el porque me ocultan esto pero me están haciendo mas daño de lo que el cáncer me hizo.
—Todo lo que hacemos es por tu bienestar—¿a caso los padre no se saben mas frases? Mi padre parecía jamas cansarse de repetirla todo el tiempo.
—Siempre eligen todo por mi, sorpresa ya soy mayor de edad al menos en México lo soy, puedo tomar mis propias decisiones.
—Tu eres nuestra niña, siempre lo seras y mientras vivas qui nosotras tomares las decisiones que sean necesarias para tu bienestar —Me grito mi madre, solo les hacia falta ponerme una cadena y un uniforme con mi nombre y el numero de serie de la prisionera.
Ya no quería discutir, así que solo me dedicaba a asentir y mirar hacia el piso que era mas interesante que mi vida, era mas fácil convencerlos de que ellos tenían razón a que convencerlos de que estaban equivocados.
Cuando se cansaron de hablar y gritarme nos sentamos al comedor a cena, obviamente no me hablaron y no lo harían hasta que yo aceptara que ''estaba equivocada'' y eso no pasaría aunque este mal, mi orgullo es primero.
Después de cenar, me obligaron a lavar los platos y se fueron a seguir con sus trabajos, yo solo me dedique a ver las estrellas, tenia muy vagos recuerdos de cuando era niña aunque eso solo haya sido hace 8 años, uno de ellos era en el patio solo me recuerdo a mi y al niño llamado Mario, recuerdo que le decía Mario Beto, también se que era muy especial para mi pero siempre que lo recuerdo mi pecho se contrae y la tristeza viene a mi. No se que es lo que pasó aquí, pero se que la respuesta está frente a mi pero no logró verla.
Otra mañana más comenzaba y tenia que levantarme de la cama o de lo contrario llegaría tarde a mi primer día de mi primer trabajo, me levanté con un poco de pereza y fui a la regadera para bañarme, al término me puse lo más cómodo que encontré para alistarme y desayunar, la verdad es que al principio del día no se me da mucho cualquier actividad, como a cualquier persona en este mundo o al menos eso quiero creer.
Mi primer día de mi primer trabajo, debería sentirme bien, orgullosa de mi, con más satisfacción y entusiasmo, pero no lo sentía así, quizás miedo y temor a fallar, suponía que pasaría, llegando a lo que sería mi primer trabajo lo primero que vi fue a las niñas pequeñas con sus padres, se veían tan lindas con sus peinados y sus medias.De pequeña siempre había querido practicar ballet pero ya saben, tienes cancer no puedes hacer esfuerzos, esperen, yo recuerdo esa parte a mi me gustaba el ballet. Había corrido hacia mamá para que me dejase practicarlo en él refugio, las clases eran gratis y cerca de casa por lo tanto no se podría negar.
—Mamá— corrí hasta llegar a su banca.
— _____- me regañó en cuanto me vio correr, claramente con signos de molestia— ya te he dicho que no puedes hacer ningún tipo de esfuerzo ¿por qué te empeñas en desobedecer?
—perdón mamá, pero en el refugio darán clases de ballet y serían gratis, podría ir cuantas veces— pude seguir parloteando acerca de las clases pero la cara de molestia de mi madre me lo decía todo.
—¿aun no entiendes? _____ el cancer no es un juego no estas dada de alta para poder hacer las cosas que una niña normal haría.
—si madre, lo lamento— aunque pareciera que no, me había lastimado y mucho "una niña normal" si claro entonces ¿yo que soy?—¿estas bien?
—¿eh? Ah hola Jan—titubeo un poco al intentar hablar con él.
—No sabía que trabajabas aquí— me sonrió
—Recién empiezo, ¿pero tu qué haces aquí?
—traje a mi sobrina a clases de ballet— ¿sobrina? Pues que edad tiene Jan— pero oye, me gustaría invitarte a salir ¿que tal si vamos a comer saliendo?
—Me parece bien— le dije cortes mente, con una sonrisa un poco coqueta.
—vale entonces te veo más tarde— Jan había salido casi corriendo y al salir chocó con la puerta y por causa y efecto solo le sonreí hasta que desapareció de mi vista.
—Así que ¿te gusta Jan Carlo?
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Sin tu amor -Mario Bautista
FanfictionNo todo es lindo saben.... Durante años el cáncer ha sido unas de las peores enfermedades, una enfermedad crónica y mortal que poco a poco a acabado con todo a su paso. Mario un niño de 13 años se enamora de su mejor amiga, cuando por fin le confies...