Capitulo 28 "Te recuerdo"

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Los dos estábamos en nuestro lugar seguro. Pareciera que siempre debió ser así y me inundaron ganas de llorar, me sentía triste.

—Discúlpeme, señorita. No era mi intención incomodarla, solo quería ser caballeroso— Mario parecía sentir culpa, no entendía lo que pasaba, pero no me sentía incómoda, si no todo lo contrario.

—No tienes porqué disculparte, gracias — me sentí en el lado del copiloto. Mario empezó a conducir u yo solo podía observarlo. El platicaba con Isabella y Jan, mientras yo solo podía ver su perfil izquierdo, era tan lindo, tiene pestañas más largas que yo, claro hombre tenia que ser. Pero parecía que no mataba ni una mosca.

—maestra, si sigue viendo a mi tío el querrá que sea su novia como las que lleva a la casa cuando mi abue Gloria no está— pronuncio Isabella interrumpiendo mi admiración hacia Mario

—Isabella, no deberías decirle a todo el mundo de las novias que tú tío Mario lleva, porque eso es secreto— dijo jan— además ¿quien podría dejar de ver a tu tío Mario con esa espinilla tan grande en la mejilla —Rio jan junto a Isabella

—No tienen porque estar ventilando mis intimidades—dijo mientras paraba en alto— Señorita ____, ¿disfruta de mi belleza?

—Disculpa, pero no te estaba viendo, solo veía los edificios de tu lado—dije mientras volteaba a ver a mi ventanilla

—Cierto Mario, te pareces a mi pero aún así ____ me quiere a mi— todos guardaron silencio en ese momento, no sabía como reaccionar, en realidad Jan era muy guapo, pero no se si era lo que podría ser para mi.

—Grandioso Jan, tu que sabes ligar— exclamó Mario— Ahora que lo pienso, señorita ¿cuál es su dirección?

—Cierto, no se como se llama la calle pero es unas cuadras antes de la suya, yo los voy guiando— cuando por fin baje del auto me despedí y entré a mi casa, ese tal Mario me parecía atractivo pero él no podría fijarse en alguien como yo, soy tan diferente, tan poco atractiva, mi cabello crecerá pero no ayudará mucho ¿quien se podrá fijar en una carga como yo? Me sentía sola, tan poco cosa para cualquier persona cuando comencé a sentirme mal, el aire comenzó a faltarme y tenía miedo, mucho miedo, mi madre entro al cuarto mientras lloraba y solo se limitó a sentarse conmigo en el piso no decía nada y la verdad no necesitaba cualquier cosa que podría decirme solo necesitaba que se quedara conmigo, en cuanto me calme solo me ayudo a levantarme y me recosté sobre la cama.

—¿Quieres hablar sobre lo que haya pasado?— Me pregunto yo quería decirle sabía que ella me daría respuestas pero aún no podía hablar—Esta bien, mi niña. Hablaremos cuando estés lista—se recostó conmigo mientras me acariciaba la mejilla. Me quede dormida.

Al despertar mi mamá ya no se encontraba, fui a la sala se encontraba en su celular.
Sabía que ella le daría las respuestas que necesitaba, había alguna razón por la que Mario Bautista se encontraba en mis sueños y más bien pienso que son recuerdos.

—Mamá, ya estoy lista para hablar— su atención ahora estaba centrada en mi, me senté a su lado en el sofá y tomé sus manos— Hay algo que sé que tú sabes, pero primero en la escuela donde trabajo está la sobrina de unos amigos y bueno, parece que le gusto a uno de ellos , pero no soy lo que él necesita.

—¿por qué no?— me preguntó— Eres una chica muy linda esta enfermedad jamás te tendrá de nuevo mi amor.

—Bueno ese no es el punto mamá— Estaba muy nerviosa al chico este solo lo había visto un par de veces– El otro chico me gusta.

—Eso es una gran noticia amor, deberías ser tú quien lo invite a salir ¿como se llama? ¿Es guapo?—  ¿que si es guapo? Es el chico más atractivo que he conocido con solo verlo me hacía sentir tantas cosas

— Es muy guapo mamá, en verdad quiero conocerlo, pero hay algo más mamá.

—¿Tiene novia? Siempre los guapos están comprometidos— Mamá parecía decepcionada, pero me causaba risa, ella parecía feliz con la idea de que yo tenga citas.

—No, bueno no lo sé, creo que no mamá y si así fuera no me atrevería a intervenir en esa relación.

—Entonces, ¿que sucede?

—Hoy se ofreció a traerme a la casa, fue caballeroso me intento abrir la puerta pero yo también la quise abrir y nuestras manos se cruzaron, fue muy lindo la sensación de me hizo conocida

—Mi niña, eso es amor, te estás enamorando— parecía encantada con la idea, ella solo quería mi felicidad.

—Mamá, cuando era niña ¿vivíamos en esta misma colonia?— No sabía exactamente como empezar a contarle.

—¡Que cambió tan repentino de tema! Pero si, de hecho tu papá y yo intentamos comprar de nuevo esa casa pero la dueña falleció y sus hijos no la quisieron vender— Mis sueños entonces si podrían ser ciertos— ¿Por qué? ¿Estás recordando? Tu psicóloga dijo que habías bloqueado esos recuerdos como método de defensa

—Creo que empiezo a recordar algo y tengo algunas dudas— Empecé a jugar con mis manos, estaba nerviosa— Hay un niño, sueño con el, casi siempre me dice que soy su ángel y me dice que me espera pero no entiendo.

— Mmm... creo que no recuerdo, tenias unos amigos, una de ellas Mónica pero a ella si la recuerdas ¿no?

— Si así es, pero ¿quien más? Dime todo lo que sepas por favor— Hablé apresurada

—Tranquila mi amor, tengo que hacer la comida pero en cuanto me desocupe responderé todas tus dudas— me dio un beso en la frente— me da gusto saber que estás mejor mi amor.

Me fui a mi habitación, se había convertido en una necesidad saber mi pasado, ¿por qué mi subconsciente bloqueó esa parte de mi vida?

Desperté, camine hacia afuera de mi hogar y ahí estaba el, en la cerca, me estaba esperando, me sonrió como el don Juan que es.

—Hola de nuevo mi ángel.

—Hola, Mario

—¿por qué tardaste tanto?— Hizo un puchero.

—Perdón, es que no recordaba, pero ya estoy aquí. Abrázame, por favor.

—No puedo, tienes que recordar— me quise acercar pero cada vez que lo intentaba el espacio entre él y yo se hacía más grande—¿que tengo que recordar?

—No puedo decírtelo, tú lo tienes que averiguar, mi ángel.

Corrí para acercarme pero la distancia se hacía más y más grande, no quería perderlo era ahora o nunca, ir tras de él ahora que nadie ni alguna otra enfermedad podría impedirlo.

Desperté, todo había sido un sueño.

—Mario, te recuerdo.









Al fin regresé, esperen nuevos capítulos...

Sin tu amor -Mario Bautista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora