Revisé todas las cajas pero en ninguna había algo que me dijera quien era ese chico, se parecía tanto a Jan, los mismos ojos, los labios un poco mas gruesos y tenía que admitirlo tenia una hermosa sonrisa al igual que mi hermoso Jan Carlo. Al terminar de acomodar todo me fui a mi cuarto, tenía que cambiarme para ir a ver a la tal Mónica, tal vez ella había conocido a ese chico, tenía una pequeña esperanza de que así fuera, así que no podía faltar por nada del mundo.
Pero al llegar aun no estaba ella, me senté a esperarla y en lo que esperaba solo pedí una limonada.
Tenia demasiadas preguntas y que esperaba que ella me contestará, entre todas ellas había solo una que quería que me contestará ¿quien era yo? Es decir, quería saber cosas de mi pasado y ¿por qué me vi obligada a olvidar?.
En parte tenía la necesidad de saber, pero por el otro lado, sabía que era una mala idea.-Ya estoy aquí -Dijo la castaña, mejor conocida como Mónica - Disculpa ya sabes como es el tráfico aquí - Me dijo mientras se acercaba a saludarme.
-Hola Mónica- le devolví el saludo, intentando ser lo más cortés posible con ella.
-Bueno, ya que estamos aquí ¿de que quieres hablar?
-¿Hace cuánto que te conozco? - La pregunta le tomado por sorpresa. Mónica creía que solo le estaba jugando una broma, pero ahora estaba convencida y confundida.
-Pues realmente desde que teníamos doce, en la secundaria para ser exacta - Mónica sonreía con tristeza en su rostro. Jamás hubiese imaginado estar en esta situación.
-Lamento todo esto, se que debe ser difícil para ti y creeme que para mi es mucho peor -le confesé desanimada - Hace ocho años me fui del país y lo único que se de mi pasado es que soy tu amiga, es frustrante para mi, querer saber quien fui o que es lo que me gustaba - mi voz se iba quebrantando con cada palabra.
-Lo se _____, no sabes todo lo que sufrimos Mario y yo cuando te fuiste- ahí estaba de nuevo ese nombre - El jamás te olvido, no se mucho de el pero creeme, lo que resto de secundaria el iba al salón cada día con la esperanza de que algún día tu volvieras y para ser sincera yo también.
- Se que ya he dicho esto muchas veces pero enserio lamento todo esto, no se porque mis papás se fueron de ese modo - le volvía a pedir disculpas, la culpa me estaba comiendo viva y quería que desapareciera.
-No tienes porque lamentarte, lo que cuenta es que ya estas aquí y que estas con salud - Mónica se había parado a abrazarme, y sin darme cuenta ya estaba llorando, pero no me daba pena llorar en frente de ella.
-¿salud? ¿Te dije sobre mi enfermedad?
-Pues entonces tengo que contarte mucho sobre ti- Me dijo Mónica
Mónica era muy amable, hasta ahora no me había contado algo malo sobre mí, habían muchas cosas buenas sobre mi, pero solo del año que estudiamos juntas en la secundaria, sobre mi niñez seguía sin saber algo.
-Entonces te enojaste y... -Dejo de hablar en cuanto vio llegar a un joven, era muy parecido a Jan, no estaba solo, parecía estar acompañado de su novia.
-¿Sucede algo malo? -Pregunte algo dudosa, no estaba segura de querer escuchar la respuesta.
-No -Me respondió pero parecía que si.
-Bueno - dije tranquila, al menos lo estaba hasta que revise la hora que marcaba mi celular -Tengo que irme -Hable deprisa.
-¡No! -me dijo, casi exigiendome- es decir ¿por qué?
-Tengo que ir a una entrevista de trabajo.
-¿por qué éstas buscando trabajo?
-Por nada en especial, es solo para no estar sin hacer nada productivo, además de ser más independiente de mis padres.
-¿No estas cómoda viviendo con ella? -me preguntó Mónica un tanto confundida.
-No es eso, desde que me dieron de alta en el hospital quieren hacer todo por mi, siento que soy una carga muy pesada para ellos -dije desanimada.
Tengo 21 años, quiero estudiar, quiero trabajar y salir como los otros chicos de mi edad. La etapa que viví fue muy dura, muchas de las veces me veían con asco pero eso no es lo que me lastimaba, las peores miradas fueron las de lastima, esas miradas que tratan de compadecerse y terminan dañando más que ayudar.
Siempre quise salir a divertirme, quise tener novio, incluso amigas pero siempre se iban casi siempre era la misma excusa para todo "No tengo tiempo". Tres simples palabras que de sus bocas no tenía sentido pero para mi lo era todo, yo si que no tuve tiempo, estaba apunto de morir y ellos creían no tener tiempo para mi.
Después de que todos se alejaban mis papás se encargaban de hacerme olvidar, pero todo cambió cuando me morí por unos minutos, fue ahí cuando ellos empezaron a ser mas sobre protectores hacían y decían todo por mi, lo cual no me afectaba pero me hacen sentir de cierta forma inútil.
-Cual quiera, quisiera estar en tu lugar _____ -dijo a lo que yo respondí con una risa irónica -bueno pero si lo que quieres es trabajar yo necesito una auxiliar para las clases de las más pequeñas.
- ¿Hablas enserio? -le pregunte entusiasmada.
-¡Claro! No sería mucho el pago pero al menos no tendrás que gastar en comida eso va de nuestra cuenta y esa parte podrías ahorrarla.
-Entonces ¿cuando empezaría? - Pregunté
-Perdón por la interrupción - se disculpó el mismo chico que puso nerviosa a Mónica, quizás era algún amigo o ex novio de ella.
-Crei que ya habíamos aclarado todo -manifestó Mónica, claramente enojada.
-Lo se, pero no deberías hablarme así, yo se que volverá - Parloteo.
-Entonces si lo sabes para que me preguntas, además tu crees que ella desperdiciara su tiempo con un gilipollas como tu.
-Ella me hizo así - trato de defenderse aquel chico contra las amenazas de Mónica.
-¡Vaya! Si para tarado no se estudia, ni siquiera mereces mencionarla.
Me sentía un poco incómoda entre la pelea que claramente Mónica estaba ganando.
Yo también me enojaría, no se de quien hablaba pero si el era un gilipollas como Mónica menciono entonces no la merecía.Siganme en mis redes sociales
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Sin tu amor -Mario Bautista
Fiksi PenggemarNo todo es lindo saben.... Durante años el cáncer ha sido unas de las peores enfermedades, una enfermedad crónica y mortal que poco a poco a acabado con todo a su paso. Mario un niño de 13 años se enamora de su mejor amiga, cuando por fin le confies...