~Capítulo 7~

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  — YoonGi—escuchó decir a un Jin serio—Necesito tu ayuda

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  — YoonGi—escuchó decir a un Jin serio—Necesito tu ayuda.

El chico se levantó del suelo sacudiendo su pantalón, después de lo sucedido con Hyeon ninguno de ellos tuvo ganas de volver a los juegos, Jisoo quiso apoyar en algo, pero fue inútil, Jin intentaba solucionar las cosas con su hermana en el sentido de apoyarla o consolarla, pero Hyeon insistía con eso de irse y ya comenzaba a hartarle. Aunque no debiera terminaba pensando... ¿Por qué su hermana no era "normal"? Al parecer SeokJin se molestaba consigo mismo también por tener esa clase de pensamientos y.... ¿Qué mejor ayuda que Min YoonGi?

El sol comenzaba a esconderse, pero todavía había luz solar.

— ¿Qué suced...?

— Necesito que hables con Hyeon, estoy a punto de explotar y no quiero terminar discutiendo con ella.

— Tranquilo, hyung—Hobi le colocó su mano en su hombro.

— Sabes que hay que tener paciencia con ella—siguió Nam.

— Debes solucionarlo...

— Ella no va a escucharme, es terca y no me siento capaz de hacerle entrar en razón—pasó sus dedos por su cabello rubio algo exasperado. YoonGi por primera vez sintió pena por él, no sabía lo que era discutir con los hermanos porque YoonGi no tenía hermanos, era hijo único, sus padres siempre quisieron tener un solo hijo.

[...]

YoonGi miró la cabaña un buen tiempo, él tenía un debate mental pensando que decir o hacer, ¿Hyeon por qué tendría que escucharlo? ¿Por ser lindo? Bufó negando con la cabeza, eso era ilógico, aunque quisiera entenderla no podía porque eso no tenía sentido. YoonGi realmente no quería que ella dejara el campamento y comenzaba a temer que los guías llamaran a sus padres para que vinieran a recogerla. Antes de avanzar notó que la puerta era abierta por ella misma, lo primero que notó fue que su rodilla derecha tenía un raspón ligero, supuso que había sido cuando Jennie la empujó.

— ¿Estás bien? —preguntó.

— No—caminó pasando a su lado y él la detuvo sin dudarlo.

— Hyeon...

— No—intentó soltarse, pero al no liberarla ella comenzaba a exasperarse— ¡No! ¡Quiero irme! —comenzó a lloriquear. YoonGi la miraba sin moverse.

— No voy a dejar que te vayas, tienes que escuchar a tu hermano...

— ¡No!

— Vas a escucharlo porque se preocupa por ti...

— ¡No! —repitió hartándolo también. YoonGi sin pensarlo la cargó sobre el hombro notando que no pesaba nada, Hyeon se quedó quieta ante esa sorpresa, ¿El chico lindo la estaba cargando como un costal de papas? ¿Por qué sus mejillas se sonrojaban y por qué sentía un cosquilleo en su abdomen? Sus manos estaban cerradas en puños y no lo tocaban, Hyeon no era de esas que invade el espacio personal...o tal vez sí, pero seguía sorprendida.

YoonGi la llevó a ese característico río que ya ambos conocían muy bien, la bajó de su hombro obligándola a sentarse. Ella obedeció con la cabeza gacha, comenzó a jugar con sus manos estando molesta por esas sensaciones nuevas, YoonGi se alejó unos minutos y al regresar volvió con unas margaritas en sus manos. Se agachó frente a ella quedando así sentados cara a cara.

— ¡Son lindas! —sonrió queriendo tocarlas, pero él negó con la cabeza—Las quiero.

— No—contestó ahora con un negativo. Hyeon se cruzó de brazos nada contenta.

— ¡No repitas lo que yo digo! No es lindo.

— Y tú no eres linda actuando así.

— Tú no me das órdenes, Min YoonGi.

— Y tú no te comportarás así conmigo, Kim Hyeon—advirtió— ¿Quieres las margaritas? —sabía lo mucho que le gustaban.

— Sí, dámelas.

— No—repitió.

— ¡Dame las margaritas! —intentó quitárselas. YoonGi notó que estaba a punto de llorar.

— No llores, cuando una persona se meta contigo nunca llores, ¿Acaso eres débil?

— Sí—bajó la mirada.

— No—él subió su rostro con su mano en su mentón—Kim Hyeon no es débil, recuerda eso.

— Esas chicas saben que estoy enferma.

— No estás enferma, ¿Acaso nos escuchas diciendo eso?

— Sé que lo estoy, me molesta escucharlo de Jin oppa, pero...

— Hagamos algo—se le ocurrió—Tienes que decir algo...lindo de ti y te daré una margarita, tengo aquí...—las contó—Diez margaritas, así que dime diez cosas que te gusten de ti.

— No.

— Hyeon—reprochó.

— No puedo, soy una enferma—volvió a mirar sus manos. YoonGi ya detestaba escuchar esa palabra.

— No eres enferma, eres especial—colocó una margarita en su oreja. Ésta se sonrojó—No eres una retrasada, te toma más tiempo entender las cosas—colocó otra margarita en su otra oreja—No eres débil, eres fuerte—fue colocando las margaritas por su cabello corto sacándole algunas sonrisas tímidas a la chica quien encontraba dulce ese gesto pero Min YoonGi se sentía bien diciéndole todo eso—Sabes dibujar mejor que yo, sabes hacer nudos en segundos, eres tan normal como cualquier persona, ¿Sabes quienes están enfermas realmente? Esas chicas—sonrió de lado ante la imagen de esa chica llena de flores, acarició sus manos mirándola con atención—Y aquí entre nosotros...eres muy linda, Hyeon.

— ¡No! —ella cubrió sus ojos sonrojándose más—No diga eso, oppa, es muy lindo si viene de usted.

— Acostumbra a mirar a las personas, es algo...

— No puedo mirarlo a usted si me dice eso—ocultó su rostro en el pecho del chico—Gracias por salvarme.

YoonGi sonrió de lado por las margaritas en su cabello.

— Ahora si me dejas tocarte, pero la primera vez llorabas.

— Tenía miedo.

— ¿De mí?

— No, es que...—suspiró sin moverse, escuchaba claramente los latidos tranquilos del chico—Las personas suelen ser malas conmigo o se alejan.

— Pero dijiste que era lindo...

— Las chicas que me molestaron eran lindas pero su corazón es horrible.

YoonGi la miró con seriedad ante eso. Se encontró con la mirada oscura de ella.

— ¿El mío no lo es?

— No, usted es muy lindo enserio, oppa.

Y YoonGi adoró ese sonrojo una vez más.

Y YoonGi adoró ese sonrojo una vez más

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Love Myself [MYG] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora