Min YoonGi es obligado a asistir a un campamento de verano por dos meses, él detesta ese lugar y detesta a todas esas personas que lo obligan a hacer cosas que no quiere pero...hay una chica que capta su atención.
Ella prefiere estar sola, no le gus...
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SeokJin los había dejado solos, él caminaría por allí y aprovecharía de escribirle a Jisoo. Hyeon no dejaba de contarle todo lo que había hecho en ese tiempo, sus clases, sus profesores, sus padres, sobre Suga, el conejo que ya había crecido no sólo en tamaño sino también en peso, cualquier cosa y YoonGi le causó gracia todo lo que escuchaba, Hyeon no estaba para nada incómoda, al contrario, ella estaba muy contenta de tenerlo allí.
— Vaya, tu vida es mucho más interesante que la mía.
— ¿Qué ha hecho usted, oppa?
— Nada realmente—se limitó a decir—En poco tiempo será la graduación...
— ¡La mía también! —sonrió interrumpiéndolo—Mamá quiere que use un vestido, pero yo no quiero ir a esa fiesta.
— Es tu graduación, debes ir, Hyeon—apartó algunos mechones despeinados de sus mejillas.
— No me gusta.
— ¿Cómo lo sabes si no has asistido a una?
— Habrá mucho ruido—Hyeon miró sus manos jugando con sus dedos. YoonGi se sintió masoquista al decirle eso a la chica cuando él mismo se había prometido no ir por la misma razón, suspiró sabiendo que con ella era distinto, Hyeon si merecía ir.
— Podrás bailar con tus amigos.
— No tengo amigos en la escuela, todos son como yo.
— No todos son como tú—tomó su mano entrelazando sus dedos. La chica le miró tímidamente, YoonGi había notado desde el primer momento que su cabello rubio era más largo—Tú eres especial, ¿Recuerdas?
— Ellos son especiales también.
— Para mí eres única, Hyeon—besó la comisura de sus labios notando ese sonrojo, ese lindo y estúpido sonrojo—Créeme, debes ir, sólo pasa una vez en la vida.
— Jin oppa dice que en la universidad hay graduaciones también.
— Pero debes esperar cinco años para eso.
— El tiempo pasa volando—sonrió optimista como siempre.
Estuvieron conversando sobre los chicos del campamento, Lisa y JungKook tenían un noviazgo estable, Rose había comenzado las clases de diseño de moda, había prometido tener en cuenta a sus amigas para un futuro cuando fuera una reconocida diseñadora, Hoseok estaba en clase de bailes, era el mejor, NamJoon había sido aceptado en una universidad dedicada especialmente a diferentes áreas de la música, Jin había sido aceptado hace un mes y Jisoo esperaba presentar los exámenes. Ella y SeokJin iban muy bien, para todos era obvio que iban muy enserio.
— ¿Crees que a Jennie y a Nancy les esté yendo bien? —preguntó una Hyeon curiosa acurrucándose en el pecho de su chico lindo. Seguían en el banco disfrutando el calor del otro.
— Probablemente, no quiero hablar de ellas.
— ¿Cómo supiste que estaríamos aquí, oppa?
— Hablé con tu hermano...
— Mentiroso.
— Es enserio, me envió la dirección de tu tía, él sabía que no estaba muy lejos de aquí...
— Quédese con nosotros, oppa—pidió suplicante—Dormiría conmigo.
Aquello había sido dicho sin ninguna intención morbosa, pero de repente esa idea le aterró a YoonGi, Jin no estaría de acuerdo con eso.
— Hyeon...
— Nuestra tía cocina muy rico, no nos molestará, suele despertar tarde, además, SeokJin siempre duerme en otra habitación porque dice que hablo dormida...
— Pero ustedes dormían juntos en el campamento—señaló curioso.
— Oppa, por favor.
— No puedo quedarme, Hyeon, mis padres...
— Luego no lo veré—hizo un puchero al borde del llanto.
[...]
YoonGi no podía creer que había llamado a sus padres avisando que se quedaría en casa de unos amigos del campamento, no podía creer que Hyeon era una manipuladora o quizás era él quien hacía cualquier cosa para que ella estuviera feliz. SeokJin le había advertido que dormiría en el sofá, su tía lo había recibido con gusto y sorprendiéndose por el hecho de que a Hyeon le agradara, pero cuando todos dormían él estaba en la habitación con la chica. Sólo estaban acostados en la cama mirándose fijamente.
— Intenta dormir, es algo tarde ya.
— Buenas noches, YoonGi—besó su mejilla y luego sus labios tomándolo desprevenido. Al parecer ninguno de los dos se acostumbraba a esos besos que eran dulces y lentos, el chico colocó su mano en su cuello subiendo de intensidad un poco. Hyeon le siguió el ritmo teniendo sus manos en su pecho extrañando los besos de su... ¿Novio?
Cuando se separaron sus respiraciones estaban algo agitadas.
— Buenas noches, Hyeon—susurró.
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