Love Myself [MYG] COMPLETA

~Capítulo 22~

Los chicos deberían estar en el autobús camino a casa pero...Jin había llamado a sus padres mintiendo, dijo que al parecer hubo un problema en el terminar y para mañana no habría autobuses, tendrían que irse el martes, la realidad era que SeokJin quería que su hermanita disfrutara un poco más con YoonGi, a este se le ocurrió la idea de presentarles a sus padres, no lo había hecho en el campamento porque los hermanos Kim se habían ido primero que él.

— YoonGi, para la próxima avisa con tiem...—la señora Min se calló. Estaba en la cocina preparando algo cuando al girarse encontró a su hijo acompañado de dos personas, Hyeon notó que YoonGi tenía muchas características de su madre—Oh, no dijiste que tendríamos visita.

— Mamá, ellos son Kim SeokJin y Kim Hyeon—señaló—Ellos estuvieron en el campamento conmigo.

— Oh, gusto conocerlos, chicos.

— El gusto es nuestro—hizo una leve reverencia, pero Hyeon en cambio...

— Huele muy rico y tiene una casa muy bonita.

— Gracias, cielo—sonrió acercándose—YoonGi me ha hablado mucho de ti, eres la chica especial.

— Sólo soy yo—corrigió asintiendo.

— Y también me contó de ti—miró a Jin quien escuchaba su estómago rugir por el hambre, ellos ni siquiera habían desayunado y él sólo para hacerse el fuerte no dijo nada. Al parecer no fue el único que escuchó ese rugir porque YoonGi y Hyeon intentaron no reírse— ¿No han comido?

— No, mamá.

— ¡Oh! Pero entonces vayan al comedor, ya serviré el desayuno, YoonGi, ayúdame a colocar la mesa, tu padre fue a comprar algo para beber.

[...]

— Ella es muy adorable—susurró su madre cuando él había colocado todo en la mesa. Faltaba la comida.

— Lo sé—YoonGi sonrió algo avergonzado.

— Y su hermano es muy apuesto.

— Mamá—reprochó en susurros.

— ¿Qué? No soy ciega, sé cuándo algo es bueno...

— ¿Por eso te casaste con papá? —levantó una de sus cejas y justo en ese momento el señor Min apareció en la cocina con algo para acompañar el desayuno.

— Oh, ¿Llegaste hace mucho, hijo? —preguntó tomando algunos vasos del estante.

— Querido, toma dos vasos más...tenemos invitados.

— ¿Enserio? ¿Quiénes?

— Unos amigos del campamento—comentó YoonGi.

— Su chica especial, ya sabes y su apuesto hermano...

— Mamá, me haces sentir vergüenza—bromeó sonrojándose. La pareja de adultos se rió ante eso, pero el padre de YoonGi fue en compañía de su hijo para presentarse.

[...]

— Espero que puré de papas haya quedado bien, creo que le faltó un poco de sal...

— Está delicioso, señora Min—alentó Jin—Cocina muy bien. ¿No ha pensado en abrir un restaurante propio? Le iría de maravilla.

— Ese era su sueño cuando tenía diecisiete años—comentó su esposo—Tengo suerte de haberme enamorado de una mujer así.

— Admite que te enamoraste de mi comida.

— Bueno, querida...—los chicos rieron divertidos. YoonGi miró a Hyeon frente a él tomar con cuidado algo de puré, algo de arroz y vegetales, le llamó la atención que cuando comía tomaba una porción de cada cosa al mismo tiempo, no recordaba si hacía lo mismo en el campamento.

— ¿Te gustó la comida, Hyeon? —interrogó la señora Min a la chica de cabellos rubios. Ésta sonrió asintiendo.

— Hyeon come de todo—comentó Jin.

— Tú también—se defendió empujándolo amistosamente. YoonGi disfrutó esa escena, le gustaba que se llevaran bien porque después de todo era Jin quien protegía a su chica, eso le hizo recordar algo.

— ¿Cómo está Suga?

— Te dije que estaba bien—Hyeon frunció el ceño.

— Creo que tiene fotos de ese conejo...

— ¡Sí! —tomó su celular buscando en la galería de este—Mira—le mostró a Suga envuelto en unas mantas y dormido, YoonGi notó que en efecto estaba más grande, su pelaje era incluso más blanco.

— ¿Quién es Suga? —preguntó el señor Min.

— Hyeon adoptó un conejo durante el campamento, éste era pequeño cuando lo vi la última vez, pero ahora ha crecido mucho—YoonGi les enseñó la foto a sus padres.

— ¡Que lindura! —sonrió la mujer y Hyeon asintió— ¿Por qué le llamaste Suga?

— Me recordó a Min YoonGi.

Jin hasta se sorprendió porque nunca se le ocurrió preguntarle eso. Los adultos le devolvieron su celular y ella se sonrojó por la mirada de todos.

— No me parezco a ese conejo—se defendió el chico.

— Claro que sí, Suga es igual de pálido que tú, tiene ojos negros y es lindo—apuntó—Además le encanta dormir.

— Suena como tú—bromeó Jin ganándose una mirada de pocos amigos.

— Cielo, suena como tú—intervino su madre.

— ¡Mamá!

— Y más que nada en lo de dormir...

— ¡Papá!

Y la mesa estalló en risas, pero para YoonGi era imposible molestarse con su chica.