Teclas Negras 🎹

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Por Kihyun

En el piano hay teclas blancas, como también las hay negras.

Y de la misma manera la vida puede interpretarse de dos colores y añadiendo la transición entre ellos.

Podemos decir que los momentos felices se corresponden al color blanco, a la luz que encontramos en aquellas cosas, personas y momentos que consideramos agradables y dignos de guardar en nuestra memoria. Por otro lado, las teclas negras serían nuestros momentos más oscuros y dolorosos. Así se va la vida de un extremo a otro.

Hay días buenos y hay días malos también.

Sin embargo, tal como una canción se compone entre ambos colores de teclas, la vida solo puede llamarse así si contiene tanto los momentos bellos como aquellos que nos hicieron sufrir. No podemos pasarnos el tiempo luchando porque desaparezcan, debemos aceptarlos como una parte de nosotros.

¿De qué otra manera podemos distinguir la felicidad de la tristeza si no coexisten ambas?

Estuve mucho tiempo caminando sobre las teclas oscuras. La idea fija en mi mente de que ya estaba todo perdido si no poseía aquello que me hacía especial.

Desde que perdí la voz las personas dejaron de creer en mí.

Pero eso no era todo. Aunque no me di cuenta desde un principio, pronto descubrí que yo tampoco lo hice en ningún momento de mi vida.

Sin embargo, en ese momento entendí que eras tú quien había venido a mi vida a cambiarlo todo y era lo único que necesitaba.

Si tú creías en mí yo podía pisar con seguridad y avanzar hacia adelante sin temor de tropezar.

En aquella misma habitación en medio de la clase, me otorgaste la prueba de fe sin siquiera dudarlo un segundo. Cuando te vi quebrarte sobre las teclas del piano mientras sacabas a flote aquella melancólica melodía, recordé aquella dualidad de la vida. De pasear entre blanco y negro.

Ambos estábamos rotos, pero podíamos caminar de una vez tranquilos y sin prisa uno al lado del otro entre el limbo de colores.

Aceptar lo que venga, componer la melodía de la vida.

Mientras veía tus lágrimas mojar tus mejillas me prometí a mí mismo que jamás me iría de tu lado. Tú que me mostraste el lado luminoso de la vida y me diste tus colores. Me diste una nueva canción que interpretar.

Cuando la pieza terminó y alejé mis dedos del instrumento, el silencio de extendió por toda la habitación. Solo me quedé mirando al frente incluso conteniendo la respiración. Por un momento sentí mucho temor de no haber conseguido lo que tanto anhelabas demostrarles a aquellos chicos.

Mis manos se apoyaron a cada lado de la banquilla frente al piano y pronto sentí una familiar calidez sobre mi mano derecha.

Eras tú.

Cuando mi mirada viajó hasta la tuya sonreímos espontáneamente y nuestras manos se estrecharon con más fuerza.

Un aplauso que comenzó desde la primera fila de asientos y se propagó en secuencia hasta el fondo de salón resonó provocando la sorpresa de ambos.

Los estudiantes celebraban y vitoreaban incluso de pie, algunos con lágrimas en los ojos incluyendo a Wonho que estaba necesitando bastante un par de pañuelos.

En vista de que todo salió bien, desde aquel día estuve trabajando en dar lecciones de piano y canto, por supuesto, gracias a la asistencia de Wonho y la tuya.

Me encantaban los días en que me tocaba dar clases, a pesar de mis limitaciones, rápidamente me sentí cómodo entre aquellos talentosos chicos con muchas ganas de aprender. Realmente pasado el episodio del primer día, jamás me hicieron sentir diferente.

[Kihyun] "Voiceless"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora