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El timbre sonó justo a las dos de la tarde. Una hora antes había estado en una guerra contra mis ganas de dormir.

Todos se apilaron en la salida de la escuela y por fortuna logré salir sin ser empujada. Me quedé parada abajo de un árbol. Observé a los de tercer semestre que pasaban frente a mí. Inconsciente fijé mi mirada en un chico,iba solo y con la mirada perdida en el suelo. Su perfil fue lo que me llamó la atención: su barba que a simple vista se veía que acababa de ser quitada, dos cejas espesas y unas pestañas abundantes pero no largas. Ese chico se notaba realmente lindo.

Me pregunté si lo había visto antes, pero la respuesta no llegó. Entre tantos estudiantes en la escuela era difícil distinguir a cada uno.

Esa misma tarde llegando a casa me olvidé de aquel encuentro.

El jardín de mi mente ©  [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora