Desviando el destino

Cap. 2: Será mía

*Seth Abad*

Abro mis ojos lentamente por el sueño que aún tengo
Apago la alarma miro el reloj y marca las 5:00A.M otro día con la misma rutina de siempre, desde pequeño mi padre sólo me daba ordenes y el tiempo que estábamos juntos era para enseñarme como dirigir la mafia y por lado de mi madre siempre fue cariñosa pero no como yo hubiese deseado, crecí con mi nana, una persona que me dio el cariño que no recibía de mis padres, pues bien la mafia central está en Mónaco por ahora estamos en España porque también hay una sede aquí y quiere resolver algunas cuentas pendientes. Todo esto es un lego de mi familia, el cual ha pasado de generación en generación aún así no desee la persona.

Siento como una sensación rara en el estómago, como ese extraño y horrible vacío que te invade cuando sabes que algo va a pasar y una pequeña presión en el pecho me molesta, trato la manera de no poner importancia dándome la vuelta y volviendo a consolidar el sueño

-Seth- llama a la puerta mi madre

-¿Qué sucede?- pregunto aún con la sensación en el estómago y el sueño haciendo pesar mis ojos

-Tu papá te está llamando, vamos, arriba-- trata de motivar a levantarme con algo de ánimo en su voz muestras habla al otro lado de la puerta

-¿Ahora que hice?- pregunto en burla mientras conservo los ojos cerrados y mi cuerpo boca abajo, empiezo a quedarme dormido cuando vuelvo a escuchar la voz de mi madre

Ella ríe -nada, tranquilo- escucho sus pasos resonando en aquel pasillo al alejarse

Ser el nuevo líder de una mafia no es nada fácil, al contrario, tiene más dificultades de las que desearía, cumplir con responsabilidades, ver que las entregas lleguen como se ordenó las armas o drogas que se encargaron, cobrar deudas de una gran cantidad, cuidar a mi gente y buscar la manera de que no me maten
Es difícil pero tengo que hacerlo es mi deber, si fuese por mi, me hubiera ido hace mucho tiempo y poder vivir mi vida lejos de todo esto, pero aquí estoy, levantando para cumplir un día más de la estresante rutina

Me levanto de la cama y me hacerlo al armario donde jalo una toalla y entro a la ducha con el agua a una temperatura perfecta, una vez saliendo de la ducha busco uno de los trajes que uso en mi día a día
Salgo de mi habitación con un traje azul marino, zapatos negros, corbata negra y el cabello aún húmedo. Bajo las gradas después de caminar por el pasillo, llegando a la planta baja cruzó y encuentro la puerta de mi nuevo despacho y al entrar observo a mi padre parado cerca de el escritorio viendo unos documentos con su mirada seria e intimidante

-Buenos días, ¿me estabas buscando?-- pregunto con la mirada seria y fija en su retadora forma de mirarme

-Sí, necesito que cobres una deuda que otorgué un año atrás, ya acabó el tiempo, deben tener ya el dinero, Sabes que ese tipo de gente tarda en conseguir de vuelta todo, más con la condición en la que viven

-¿Por qué yo? si el préstamo lo hiciste tú, ¿no es acaso algo obvio? Tú debes cobrarla, a mi nisiquiera me conocen- a decir verdad estoy cansado de tantas deudas que cobrar y ser yo quién terminé dando amenazas a familias que se equivocaron de prestamista

-Porqué ahora, hijo mío, eres el nuevo líder y es tu obligación y sobre lo otro claro que te reconoceran si eres mi vivo reflejo, te enviaré la dirección- al acabar de decir eso sale del despacho, dejándome aún más atareado que antes

Pasan 5 horas de trabajo, revisando documentos y dando ordenes y cuando el reloj marca las 10 de la mañana en punto recibo la dirección de donde cobrare la deuda, cansado y resignado me levanto sin ánimo alguno para luego asomarme a la puerta y llamar a un guardia para empezar a dar molestas órdenes