Cap. 1: Hora de elegir

768 53 6
                                    

Siempre quise a mi hermana como a nadie más, Samanta, una niña de tan solo 14 años es mi fiel compañera, mi mejor amiga, mi confidente, mi apoyo. No Sé qué haría sin ella no la puedo hacer sufrir, es muy buena como para merecer algo malo. Aún así, con el nos parecemos en nada en el lado físico, podemos ser hermanas pero nunca seremos iguales. Ella con una cabellera rubia, combinado con unos ojos verdes, un carácter muy extrovertido, es sociable
Mientras yo siendo todo lo contrario, yo contando con cabello castaño, ojos azules, pecas resaltando el el tono claro de mi piel, sacando unos centímetros más de altura a ella, con un carácter más tímido y reservado siento esa la consecuencia una vida poco social.
No teniendo similitud en rasgos físicos, ambas siendo diferentes física, mental y emocionalmente logramos una complementación que solo conseguimos con los hermanos.

—Entonces ya es hora de elegir, Amalia

—¿Decidir qué?— Pregunto después de salir de mis pensamientos, sin haber puesto ni la mas mínima atención

—De la propuesta, tenemos que entregar a una de ustedes...— habla papá como si fuera obvio.

—¡¿QUÉ LES PASA?! ¡¿Cómo van a ser capaces de entregar a alguna de nosotros sólo porqué les perdonen la deuda?!

—Hija, entiende la deuda es muy grande, no podremos con ella

—¿Eso qué? Puedo dejar de estudiar, ya no iré a la Universidad pero por favor no hagas esto...

—Hija ni por más dinero que no gastemos, no lograremos pagar la deuda.

—Puedo traba...— No logro terminar porqué papá me interrumpe

—Maldita sea, Amalia ¡¿no entiendes?! No podemos

—Pero...— me veo interrumpidas por la voz de mi papá el cual ha en su rostro muestra su enojo

—Pero nada, ¡¿eres tú o es Samanta?! No hay vuelta atrás tienes que elegir—puedo notar la seriedad que transmite papá ante esta situación por medio de el tono y fuerza de su voz

—¿No está claro? no dejaré que se lleven a Sam

—Bueno pues creo que ya está decidido ¿me equivoco?

—Hija lo siento— escucho que trata de hablar mamá, pero son dejar de llorar como lo hizo desde un principio

—Mami, tranquila— me colocó de cuclillas para poder abrazarla
—Sé que no es correcto pero si no, nos matan a todos, lo lamento tanto

Duele demasiado ver a las personas que amo mal, y duele mucho más saber que puedo hacer algo para que no pase.

Me levantó y me acerco a papá y al tenerlo al frente siento el desagradable olor a licor y cigarrillo y entonces logro darme cuenta y poder apostar la vida a que papá estaba borracho cuando hizo el trato.

-Voy yo, pero a Sam, no le puede pasar nada, NADA ¡¿entendiste?!- trato de hablar con firmeza, quedando en un intento al sentir formarse un nudo en mi garganta

No lo dejó contestar ya que subo a mi habitación a alistar las maletas o al menos eso supongo, más bien a llorar y tratar de asimilar todo esto.

En el pasillo me encuentro a Sam
con quien trató de disimular que estuve llorando, pero mi esfuerzo es nuevamente inútil, me observa y escanea de pies a cabeza y después de unos minutos pregunta para quitar su curiosidad.

-¿Qué te pasa?- al verla tan inofensiva me doy cuenta que tomé la decisión correcta

-Nada Sam, estoy bien, no quiero que te preocupes

-Te conozco se que algo te pasa, ¿olvidas que te conozco?

-Pues...- ¡¿Cómo explicarle a una niña de 14 años que tu familia te va a vender para salvar una deuda?!

-Mira Sam, esto es complicado primero tienes que saber que en la vida siempre vamos a tener dificultades, la vida nos va a separar de las personas que amamos pero sabes que siempre vivirán en tu corazón ¿si?- siento en el estómago ese raro sentimiento de culpa e impotencia, y sin quererlo unas lágrimas caen por mis mejillas y el nudo que se forma en mi garganta me impide hablar, tengo esas malditas ganas de llorar hasta morir y gritar cuanto maldigo estar en esta situación

-Amalia, me estas asustando ¿qué sucede?-- me pregunta con los ojos llorosos y con mucha angustia en su voz, la cual suena la apagada y triste

-Me tengo que ir... -- en cuanto digo esas palabras con la voz quebrada por culpa del llanto, siento un dolor en el corazón, siento que decepcioné a la única persona que me importaba

-¿Cómo qué te vas? ¿a dónde?- pregunta con temor-- No puedes dejarme... ¿Qué pasará conmigo?

-Mira nuestros padres... ellos siempre buscarán nuestro bienestar y por eso tuvieron que hacer un préstamo y no lo van a lograr pagar ya que es muy grande y yo tengo que...- al verla tan atenta y tan inocente me doy cuenta que no puedo desilusionarla así, no merece sufrir, no, ella no, estoy dispuesta a mentirle para que no se decepcione por completo de mi o de mis padres

Está muy pequeña para que vea a mis padres como los malos ya qué de ahora en adelante serán su único soporte a todo esto, el único apoyo en todo lo que suceda, y no puedo desde ahora atormentados con estos problemas, y más, si no estoy segura de regresar

-Tengo que ir a estudiar a otro país-- hablo con voz apagada, casi susurrando, y me siento mal por haber mentido a la única persona en la que confío todo

-¿Por qué? ¿cuándo?-- se llenan sus ojos de lágrimas, y me mira con mucho dolor reflejado en sus ojos

-¿Te acuerdas de una beca de la que hablé?-- trato de recobrar la postura y hablar de una forma normal

-¡Oh! Sí, claro que lo recuerdo- responde con entusiasmo y curiosidad

-Pues la gané y entonces debo ir-- trato de darle una sonrisa pero esta queda en un intento ya que por toda la angustia me veo incapaz de sonreír

-Vaya, Amalia felicidades, sabes que necesitabas la beca

-Mm... Gracias- respondo algo incómoda

-Pero y ¿a dónde?- pregunta con curiosidad y felicidad reflejada en sus ojos.

-Pues aún no lo se, estoy buscando pero en cuanto sepa te diré ¿está bien?

-Bueno pero promete que estarás comunicada conmigo

-Haré lo que pueda, sabes que siempre te amaré ¿cierto?

Se acerca y me abraza-Lo se, yo también te amo

Esta es la razón por la que voy a ir yo, ella es muy frágil como para hacerla pasar por esto, ten inocente y pura, no quiero verla sufrir, No más de lo que ya hizo con si enfermedad, no más que con ese obscuro pasado que nos atormenta. Mi hermanita, estaría dispuesta a todo por ella, no merece sufrir ni pagar por los errores de nuestros padres, Es algo injusto contr a ella y no pienso permitirlo. Por esa pequeña niña con ojos llenos de ternura y ese corazón lleno de bondad, para que siempre tenga esa sonrisa tan contagiosa en el rostro, estoy supuesta a resistir y afrontar mi nuevo destino mi nuevo destino...

Desviando el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora