Desviando el destino

El inicio.

Esto no puede ser cierto...
no otra vez

La vida siempre se empeñará en quitarme a la gente que amo

—¡Resiste! ¡Tienes que seguir conmigo por favor!— las lágrimas no han dejado de bajar por mis mejillas ni un sólo segundo

¿Cómo llegué a esto?

¿Qué hice mal?

Desde pequeña siempre soñé con algún día poder estudiar astronomía Y poder ser libre y cumplir todo lo que tenía propuesto

Pero como cualquier historia, tiene obstáculos pero la mía cada vez se complica más

Y todo empieza con un sueño destruido, una esperanza de libertad, recuerdo todo a la perfección... Ese 4 de noviembre, el día de mi cumpleaños número 18 cuándo descubrí cuál sería mi destino...
Un cambió en mi vida. Una vida de sufrimiento, un padre borracho, una madre luchadora, malos recuerdos, enfermedades... Pero en ésta vida todo cambia para bien... O ¿no?

—¡¿Saben qué día es hoy?!— dije entrando a la sala con mucha emoción ya que por fin tengo un motivo para estarlo, aunque no demuestre cada día mi melancolía

Están sentados mi papá y mi mamá en el sofá, con la cabeza agachada, como si sintieran pena al verme a la cara

Al no obtener respuesta me dispongo a volver a hablar ya un poco molesta e incómoda ante el silencio

—¡Es mi cumpleaños!— no sé por que mamá está a punto de llorar, me da un mal presentimiento todo esto y espero estar equivocado en eso

No sé que sucede pero noto que es algo malo, por mi mente pasan muchas cosas y todas malas, no sé que pasa pero pienso averiguarlo,  no puedo todelar más está

—¿Está todo bien? ¿qué sucede?— Me pone nerviosa sentir esa incomodidad y silencio de la habitación, escucho algunos gemidos de angustia de parte de mamá

—Nada, nada está bien hija es solo que...— por fin se decide a hablar papá, no se atreve a verme a la cara y eso logra ponerme aún más nerviosa, siento el mal presentimiento crecer más, y un escalofrío correr por mi espalda hasta mi nuca haciéndome erizar la piel

Me preocupo al no tener idea de lo que sucede o sucederá —¿Qué pasa?— decido sentarme en el sillón que esta frente a ellos y hablando aún más seria—Díganme estoy para apoyar,  confíen en mi

—Tú sabes la necesidad económica que pasamos, y pues...

—Si papá y eso ¿qué?— no logró entender a que quiere llegar y eso me da hasta cierto punto miedo

—Nos a llegado una propuesta— dice con la cabeza agachada y hasta avergonzado

—¿En serio? que ¡bien! Me alegra saber esa noticia— siento como mi cuerpo se relaja y la felicidad llena mi corazón

—No entiendes esto no está bien— responde mamá mientras aguanta las ganas de llorar,  veo sus ojos y me doy cuenta que es algo malo,  muy malo

—¿Por qué? ¿por qué no está bien?— pregunto con curiosidad y preocupación

Papá se dispone a hablar
—La propuesta consiste en que tenemos que dar a alguna de ustedes para que nos puedan perdonar la deuda

Es entonces que siento como aparece ese dolor en el corazón, ese dolor sentimental que duele mil veces más que el físico, las lágrimas llenan mis ojos mientras levanto la cabeza para ver como ambos me miran llorando y yo... Yo sólo soy capaz de observarlos,  estoy en shock, estoy herida,  angustiada y asustada por que sé...

Que esto está empezado