Mi boca

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Aunque las manos me sudan, no estoy tan nervioso como la última vez. Respiro un par de veces antes de tocar el timbre, me aliso la camisa blanca que me he decantado por llevar, no es por nada especial, pero me gusta cómo me queda. Escucho la cerradura y la puerta se abre al momento, sonrío, esta vez Ravi me recibe en la entrada. Lleva el mismo antifaz negro, combinado con una camiseta roja de manga corta y unos tejanos, como si se hubiera vestido para salir a la calle, pero no es así.

Me hace un gesto con la cabeza para que entre, y no dudo ni un segundo mientras lo sigo hasta su habitación. Observo el buen culo que le hacen esos pantalones y me relamo, es increíble el modo que tiene de ser sexy aun estando vestido de arriba abajo. La habitación no ha cambiado en absoluto, tiene la misma luz tenue y las sábanas blancas de la cama le dan un aspecto pulcro y ordenado. Las cámaras están en el mismo lugar, esperando apreciar lo que se venía, tal vez tan ansiosas como yo.

Siento un Déjà vu cuando me tiende un boli y el mismo papel que firmé la última vez, con la única diferencia de la fecha. Escribo mi nombre rápidamente, no me paro a leer porque ya me conozco el contrato a la perfección, por mucho que lo haya leído solo una vez.

- Nuestro video se ha convertido en uno de los más descargados de la página. – Lo escucho hablar a mi lado por primera vez. – Con cada una gano suficiente como para pagar dos meses de un alquiler, y esta vez ha sido mucho más. – Ravi me regala una pequeña carcajada. – Y todo gracias a ti, Hakyeon.

Escuchar mi nombre de sus labios me eriza la piel, y más cuando la ha acompañado de una sonrisa, una que se queda grabada en mi mente y la compara con el chico del restaurante. Aunque me da curiosidad, no puedo preguntarle, sé que no me lo va a decir, y si realmente es cierto, rompería la norma de No me verás la cara, y seguro que repercute en lo que va a pasar a continuación.

Y no estoy dispuesto a perder esta oportunidad.

Me ata el antifaz detrás de mí, apretándolo con fuerza y eso no hace más que excitarme, sobre todo cuando usa las mismas manos para bajar hasta mis nalgas, y apretarlas con fuerza. Se me escapa un sonoro suspiro que lo hace sonreír de nuevo, mientras pone a grabar las cámaras. Esta vez es muy distinto a la última vez, no comenzamos conmigo en la cama esperándole, esta vez decide que la mejor forma es desnudarme él mismo y yo no me niego.

Me sorprende lo que hace a continuación, pero no se lo reprocho, solo disfruto de las lamidas en mi cuello a la vez que desabrocha los botones de mi camisa. Nunca llegan a ser besos, solo deja rastros de saliva y alguna mordida, que hace comience soltar pequeñas quejas de placer.

Me acaricia el pecho igual que la última vez en cuanto termina con los botones, pero no acaba de quitarme la ropa del todo. Su siguiente paso es cambiar al otro lado de mi cabeza y pasar sus manos al borde de mi pantalón, necesito que se deshaga de él cuanto antes, pero parece que le gusta torturarme cuando empieza a apretar sin compasión el bulto que quiere salir con desesperación de su escondite.

- No te muevas. – Tiene el valor de decirme cuando yo intento agarrarme a su camiseta. – Poco a poco, my boy. – Susurra esas palabras en mi oído, derritiéndome con su voz, excitándome a más no poder.

De repente se separa de mí, pero no le digo nada pues se ha quitado la camiseta para dejarme ver esos tatuajes pegados a esos pectorales que tanto me ponen, me relamo. Yo también quiero disfrutar de ellos, así que hago exactamente lo mismo que él, y adoro que se deje. No sé si esa es su intención, pero noto como no protesta y se deja lamer por mí.

Recorro la vena de su cuello hasta llegar a la frase se su clavícula, no me paro a leerla porque ya sé que solo se vive una vez, y por ello tengo que aprovechar al máximo mi tiempo con él. No me molesta que atrape mi pelo mientras sigo más para abajo, oigo su respiración acelerada, parece que le gusta y eso me hace morder con delicadeza uno de sus pezones. Paso mi lengua por él como si de esa manera le pidiera perdón, luego hago lo mismo con el otro y sale un pequeño gemido de su garganta. Sonrío, aunque no lo tenga parece que soy yo quien toma el control del juego que apenas acaba de comenzar.

Subo de nuevo a su cara, miro sus ojos intensos mientras se deja arrastrar a la cama y se tira sobre ella. Parece mentira que estando ambos aún semidesnudos, el ambiente es como si ya estuviéramos en pleno acto. Ravi se apoya sobre sus codos para mirarme.

- Quítate todo, menos la camisa. – Y como siempre, le hago caso.

Me siento observado, tanto por las cámaras como por su mirada detrás del antifaz, pero no dudo ni un segundo, y mi pene endurecido está al fin libre, preparado para lo que pueda venir. Lo veo mover su dedo índice, me está diciendo que me acerque a él y luego se señala su parte baja, la cual tiene un bulto considerable. No habla, pero lo entiendo a la primera, y estoy deseando hacerlo.

Ravi se desabrocha por si solo los pantalones, mientras yo gateo hasta colocarme entre sus piernas. Levanta la cadera y lo ayudo a deshacerse de lo que me molesta para lo que viene a continuación, ya he visto su tamaño con anterioridad, pero al tenerlo duro delante de mi nariz me parece aún mayor.

Comienzo con una sencilla lamida, de abajo hasta la punta, y repito la acción varias veces. Levanto la vista para intentar pedir opinión, pero no ha cambiado su postura, únicamente ha echado la cabeza hacia atrás, está disfrutando y eso me hace querer que lo pase mejor. Me lanzo, cubro los dientes con los labios y la meto casi entera, comienzo un vaivén lento y la parte que no consigo introducir, la consuelo con mi mano.

Sigo de arriba abajo, lo combino con la lengua y voy más rápido cuando él me lo pide entre gemidos. Contra más rapidez, más mueve sus caderas en mi boca y logra que su punta toque casi mi campanilla, me entran arcadas pero las controlo. Ravi se da cuenta y para, pero yo no lo dejo, pues siento un sabor amargo, está a punto de correrse y yo quiero vivirlo en vivo y en directo.

Su orgasmo no tarda en llegar, el líquido sale sin control, me inunda todo el paladar. Nunca me he atrevido a hacer algo como aquello, reconozco que es algo que veía y no me he imaginado haciendo, pero esa vez es diferente.

Porque es Ravi, y con él soy capaz de cualquier cosa.

🔥🔥🔥

Larguito eeh😏 Pues el siguiente es igual, ale paciencia😘 Que yo os quiero mucho💕

Boy 23 (Navi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora