Boy 23 (Navi)

Especial: Boy 24

Un sueño bastante extraño me despierta, en él el chico de piel morena me sonríe, me acaricia
y me dice que me ama aún sin conocerme. Sé que es prácticamente imposible que yo atraiga a Hakyeon de una manera más allá de la física, nunca le he gustado a nadie de ese modo, aunque tampoco lo he considerado. No sé quién sería capaz de amar al verdadero Wonsik a la
vez que a Ravi, y por muy diferentes del resto que hayan sido esos encuentros con Hakyeon, él
tampoco sería la excepción.
Miro la hora, hoy tengo el día libre y con él, un nuevo chico a añadir a mis videos, así que después de asearme, preparo todo lo necesario. Coloco las cámaras desde diferentes ángulos,
compruebo que funcionen correctamente, imprimo un nuevo contrato y saco un antifaz del armario. En cuanto está todo listo, el timbre no tarda en sonar, así que cubro mi rostro y con ánimo le abro la puerta al que será mi chico veinticuatro.

Me sorprende que sea exactamente como en la foto de su perfil, que sinceramente, me parecía algo retocada. El apodado Ken, por no decir su verdadero nombre, tiene unos labios que atraen a simple vista, un rostro que ya quisiera el famoso muñeco parecerse a él, y un
color rubio claramente tintado que le da un aspecto juvenil. Para no variar, el chico está nervioso, se frota las manos sudadas con incomodidad, y sonríe bastante sonrojado.

No todos me cuentan su historia, ni por qué llegan a tal situación en la que tienen que aceptar el ser recompensados por tener sexo con un desconocido delante de unas cámaras, pero en este caso, y tal vez por ello lo acepté, a Ken le hacía falta el dinero para pagar la universidad de su hermana. No me explicó mucho más en su momento, y tampoco quise inmiscuirme, así que en cuanto entra a mi cuarto me vuelve a repetir la situación.

- No sé si esto está bien. Si alguien me reconociera…
- Debes estar tranquilo, mira las normas y lee el contrato ¿De acuerdo? – Ken asiente. – No te voy a obligar a nada.

De nuevo afirma con la cabeza, y mira varias veces la hoja de papel antes de atreverse a firmar, luego suelta todo el aire que parece que ha estado aguantando. Intenta sonreír, y yo lo
tranquilizo acariciándole el brazo, lo que menos quiero es que mis chicos tengan una mala experiencia, necesito que se relajen y disfruten, dejando de lado el tema monetario. Me gusta
el sexo, así que los beneficios que recojo es algo que hoy en día no doy importancia, pues tengo suficiente como para retirarme, pero no quiero.

Le miro a los ojos para confirmar sin preguntarle si está listo de nuevo, por suerte la respuesta es afirmativa, y ambos sonreímos. Saco un nuevo antifaz, uno que le cubre bastante parte de la cara en comparación con otros que tengo por petición suya. No sé el motivo, pues parece que alguien de su entorno conoce mis videos, igual tampoco pregunto nada que Ken no me quiera contar.

- Gírate. – Me hace caso al instante, y luego se lo coloco con suavidad.
Claramente noto su cuerpo temblar, y como no es la primera vez que me pasa, sé lo que tengo que hacer. Paso mis manos por su pecho, le quito la chaqueta fina que lleva y lo dejo solo con una camiseta de manga corta blanca. Luego le tomo de una de sus muñecas y lo llevo a la cama, sentándolo en el borde. Ken no deja de mirarme, estoy seguro que al menos le gusto físicamente, así que para provocarlo y hacer que todo fluya de manera natural, decido
quitarme la ropa, quedándome en bóxer delante de él, y me gusta el modo en el que me recorre toco el cuerpo con los ojos.

Ahora llega la parte que más suelo temer, pues no es la primera vez que alguien huye al encender las cámaras, por suerte Ken sigue en su sitio, tal vez algo más relajado.

- Olvídate de ellas ¿Vale?
- Sí… - Traga fuerte. - Lo haré.
- Bien, túmbate en la cama.

El chico me obedece sin objeción alguna, colocando la cabeza sobre la almohada y el cuerpo estirado, aún me parece algo tenso, no mueve ni un solo músculo ni siquiera cuando avanzo a su lado, únicamente me mira sin saber qué hacer, seguro esperando alguna instrucción por mi parte. No le digo nada porque no es el primero con el que me pasa, así que solo le sonrío y comienzo a acariciarle por debajo de la ropa, iniciando en su abdomen, pues unos buenos preliminares siempre ayudan a relajar el cuerpo, o al menos a comenzar a excitarlo un poco más.