Boy 23 (Navi)

My boy

Me duele la cabeza. Mucho. La luz que entra por mi ventana me molesta, giro la cara y la estampo contra la almohada boca abajo, no me permite respirar bien pero no me importa. Tal vez es mejor asfixiarse que recordar todo lo ocurrido la noche anterior, porque por desgracia está todo en mi mente con lujo de detalles, desde un beso extraño hasta una mirada de dolor.

Tengo envidia de esas resacas peliculeras en la que no se acuerdan de nada, y tienen que buscar en bolsillos y teléfonos para reconstruir los hechos pasados. Pero no, yo Cha Hakyeon le dije al hombre del que estoy enamorado, que no quería saber nada más de él y lo dejé tirado en mitad de la calle mientras me subía a un taxi, sin darle la oportunidad de hablar, o de expresarse. Me siento estúpido, soy estúpido.

No consigo volver a dormir, solo tengo imágenes de sus ojos y mi idiotez.

Miro el teléfono, tengo mensajes de Hongbin preocupado por mí y llamadas perdidas de la pesada de mi madre, seguramente ya está al tanto de que no voy a ir a la boda. Tiro el aparato contra la mesa de noche, no quiero saber nada de nadie, es sábado y pienso pasar el resto del fin de semana sin salir de casa, sin contacto con nadie que pueda preguntarme porque me fui antes o porque no quiero llamar a ese chico, y regaños por no acompañar a mi hermano en su día tan importante.

Tampoco tengo ganas de ducharme, pero lo hago para poder relajarme y quitarme el olor a alcohol que llevo. Abro el grifo de la ducha, el agua cae fuerte sobre mi espalda, se lo agradezco ya que me ayuda a relajar todas mis zonas musculares, cierro los ojos y me arrepiento al momento. Otra vez su imagen, su voz y esa insistencia en querer hablar conmigo, me tiro del pelo con rabia. Tal vez quería disculparse y no lo dejé, tal vez me hubiera dicho lo que tanto ansío y ahora mismo seriamos dos tontos enamorados en la misma cama, despertando con dos sonrisas bobas después de pasar la mayoría de la noche entre gemidos.

Pero ya es tarde, nunca sabré lo que me quería decir porque yo mismo lo eché de mi vida sin darle una oportunidad. No todos reaccionan igual cuando te confiesas, y seguramente es lo que le pasó a Wonsik aquel día, me odio por no mirar ese lado de la situación en las dos semanas que llevo sufriendo. No cualquiera insiste en hablar contigo en mitad de su trabajo, porque es lo que imagino que estaba haciendo cuando iba vestido de aquel modo, aunque no entiendo el motivo.

Sinceramente no sé lo que puede llegar a ganar en el restaurante, pero por lo que hablamos una vez, los vídeos le pagaban sus gastos necesarios, así que no tiene por qué buscarse un nuevo empleo, a no ser que... ¡No!

No lo ha podido dejar.

Salgo de la ducha y me paro delante del portátil, quiero comprobarlo, pero no lo hago, soy tan cobarde que me paro delante de la pantalla sin hacer nada. Decidí en su momento no entrar en su página para dejar de hacerme daño, y debo mantener mi propia promesa. Tengo que comenzar a crear una nueva vida, decirle a cupido que apunte para otro lado ya que no ha querido disparar a Wonsik.

O a lo mejor si lo ha hecho, y yo he sido lo suficientemente tonto como para decirle que no quería volver a verlo. Suspiro frustrado, ese niño se confunde a veces, y seguro le ha vuelto a pasar. Me vuelve a doler la cabeza y esta vez no es por la resaca, es por esa mezcla de pensamientos positivos y negativos, que a veces se contradicen y otras se ponen de acuerdo.

Cierro la pantalla, apago el teléfono ignorando la cantidad de notificaciones, y me pongo el televisor, tal vez el canal de cocina me ayude a mantener la mente en blanco durante el resto del fin de semana.

🕛🕧🕐

El lunes a primera hora, Hongbin no tarda en preguntarme lo mismo que ponía en los mensajes que no respondí, le aclaro que todo está bien y que por favor no saque el tema para seguir con mi auto reparación mental. Sé que se queda preocupado, pero me respeta y vuelve a ser el de siempre, contándome que finalmente fue Hyuk quien se lanzó a pedirle salir. Me alegro por él porque se lo merece.