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Las lágrimas caían desenfrenadamente por sus mejillas, haciéndolo lucir frágil. Lo necesitaba más que nunca, quería abrazarlo, decirle que lo amaba, deseaba que el mundo se enterara de lo suyo. Ya no había nada que lo detuviese, estaba seguro de lo que haría.

Respiró profundo. Se armó de valor y se dirigió a la puerta de entrada. Al abrirla divisó a Brad a unos pocos metros de él. Se le acercó lo suficiente como para que el olor a alcohol inundara sus vías respiratorias, haciendo obvia su ebriedad. Habló lo suficientemente alto como para que el chico le escuchara por encima de la música, preguntándole si sabía dónde se encontraba Connor. Con una sonrisa cínica, le respondió que estaba en el piso de arriba. Cuando logró esquivar a todas las personas que bailaban y subir las escaleras, las lágrimas le nublaban la vista, apenas dejándole ver. Ya estando en el piso de arriba apreció un largo pasillo, notando que allí habían tres puertas.

Atemorizado, tomó el picaporte de la primer puerta girándolo lentamente. Al no encontrarse con nada relevante en esa habitación, una sensación de alivio lo inundó. Continuó con la segunda puerta, obteniendo el mismo resultado; no había nadie allí.

Aumentando la velocidad de sus acciones, se dirigió al final del pasillo para abrir la última puerta, con adrenalina corriendo por sus venas. Sin darse cuenta ya se encontraba dentro de la habitación, viendo la peor escena que sus ojos pudieron haber captado; Connor besándose con una chica. A Alex se le cortó la respiración. Intentó formular alguna palabra sin éxito alguno.

Connor se percató de que la atención de la chica no era dirigida hacia él, más bien era dirigida a la puerta de entrada. Giró sobre sí mismo, hasta quedar mirando directamente los enrojecidos ojos azules de Alex. Al ver el estado en el que se encontraba el chico, Connor rápidamente se acercó a él, preocupado, dándose cuenta del error que acababa de cometer, ignorando por completo a la muchacha. Este intentó tomar la mano de Alex, obteniendo rechazo como respuesta, dándole a entender que el chico no lo quería tener cerca.

- Siempre lo supe.- Fue lo último que dijo Alex antes de echarse a correr fuera de la habitación.

Connor lo siguió escaleras abajo. Con su vista fija en Alex, ni siquiera le importó empujar a las personas que se encontraban bailando allí.

Al cruzar la puerta de entrada, el frío viento golpeó su rostro.

Divisó a Alex a varios metros de distancia, caminando a paso apresurado por la solitaria calle.

- ¡ALEX, DETENTE!.- Se apresuró a correr hasta él, parándose delante, interponiéndose en su camino.- Alex, juro que puedo explicarlo.

Observó detalladamente su rostro, y pensó que aún en ese estado, se seguía viendo igual de hermoso.

-¿Explicar qué, Connor?- Soltó con odio.- ¿Explicar que estabas besándote con tu ex?.

Connor, avergonzado, desvío su mirada reteniendo las lágrimas.

-¿Has estado tomando, verdad?

-Alex...

-¿Has estado tomando?- Repitió con los dientes apretados, casi afirmándolo.

-Lo siento.- Dijo limpiándose una lágrima con el puño de su sweater, dándole a entender que si lo había hecho.

Soltó una risa irónica y luego añadió- ¿Crees que todo esto es una jodida broma? ¿Eh, Connor?.

Alex, al no obtener respuesta del chico, prosiguió- ¿Aún sigues enamorado de ella?

Esa pregunta lo tomó por sorpresa a Connor. Aún no podía creer que el chico siguiera dudando de él.

-Por favor dime que no estas hablando enserio.- Lo miró fijamente a sus profundos ojos azules y dijo- En mi vida no hay lugar para otra persona, Alex, sólo tú.

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