Capítulo 11

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Se despertó a las 7 AM por el sonido de su despertador. Se incorporó en su cama, poniendo ambos pies en el frío suelo. Bostezó desperezándose, para luego ir al baño.

Cuando ya estuvo vestido, se dirigió al baño nuevamente y se observó en el espejo; sus ojos aún estaban enrojecidos por haber llorado durante toda la madrugada.  Suspiró pausadamente, cerrando sus ojos. Para cuando los abrió, estos ya se encontraban cristalizados, su mirada perdida, ya no había brillo alguno en ella.

Harto de todo, abrió el grifo y se lavó la cara, para luego dirigirse a la planta baja a desayunar.

Estando allí,pasó de largo a su padre mientras se dirigía a la cocina, sin siquiera mirarlo. El hombre se encontraba sentado en la cabecera de la mesa, desayunando.

Alex volvió con una manzana en su mano, y se sentó en el otro extremo de la mesa. Quería mantener su espacio, y supuso que Jack también.

- ¿Sólo eso comerás?.- Dijo mirando al rubio, un tanto molesto.- Últimamente no te vienes alimentando bien, Alex. Come eso y ve a la cocina a prepararte un buen desayuno como debe ser.

Hace varios días el chico no venía alimentándose correctamente. Se veía algo pálido, incluso se podía notar que había perdido peso. Y hasta quizás sus dolores de cabeza eran gracias a ello.

Con su vista clavada en algún lugar de la sala, respondió:- No.

- No te estoy preguntando si quieres o no. Te lo estoy ordenando.

- Deja de jugar al padre preocupado.- Lo miró burlón y añadió.- Te sale pésimo.

Jack soltó una risa ronca, para luego golpear la mesa con ira, provocando que Alex se sobresaltara .- ¿Jugar al padre preocupado?.- Se puso de pie, caminó hasta el chico y lo tomó bruscamente del mentón, haciendo que lo mirara a los ojos.- Vamos, Alex, entre los dos sabemos que tú no me preocupas. Siquiera me importas.- Rió.- No quiero perder mi tiempo llevándote al hospital porque tú no te alimentas bien.

Alex le quitó la mano de su mentón, con brusquedad. Jack comenzó a caminar por toda la sala con arrogancia, su sonrisa de superioridad no abandonó su rostro ni un solo segundo.

- Últimamente te veo muy... apagado, Alex.- El chico lo miró con aborrecimiento.- ¿Qué sucede? No me digas que ahora sufres de depresión.- Soltó una carcajada que inundó la sala.- Falta que me vengas con el cuento de que te sientes solo, sin nadie en este mundo, que no tienes el apoyo de nadie...¿Pero, sabes algo, Alex? todo esto es tú culpa.- Caminó hasta él, se posicionó detrás y le susurró al oído.- Y si te encuentras así... trata de salir de esta tú solo.

Lentamente Jack se fue retirando de ahí, para ponerse frente al rubio, el cual se encontraba cabizbajo, con la respiración entrecortada.

- Mírame, Alex.- Ordenó su padre.

El rubio fue levantando lentamente su cabeza, hasta quedar mirando al hombre que se encontraba frente a él. Su rostro enrojecido hacía que sus ojos azules se notasen aún más. Lágrimas se deslizaban por sus mejillas, llegando hasta su mandíbula.

Miró inconmovible a su hijo, para luego decir antes de irse a trabajar:- Más vale que no llegues tarde a la Universidad.

Cuando escuchó la puerta de entrada cerrarse se echó a llorar.

Jamás se había sentido tan sobrecargado como en ese momento. Se sentía tan vulnerable. ¿Alex se había puesto a llorar frente a su padre? Eso era algo que ni Jack se lo pudo creer, aunque no haya demostrado emoción alguna, se había sorprendido, pero lo supo disimular.

Alex tenía impotencia. Impotencia por haberse mostrado tan débil frente a su padre, el hombre que todo este tiempo se había dedicado a hundirlo en un pozo, un pozo del que ya no podía salir. Uno en el que se encontraba él y la soledad. Esto ya se le había ido de las manos. Él sabía que no estaba bien.

Después de un tiempo miró la hora en su celular. Eran las 9:32 AM. Ya no iría a la Universidad, necesitaba descansar, su cabeza no dejó de doler ni un instante.

Subió a su habitación y con sus mejillas aún húmedas, cayó en un profundo sueño.

                                   ****

4:10 PM

Connor se dirigía a la biblioteca, como ya era de costumbre cada vez que finalizaban sus clases. Cuando estuvo frente a la puerta, la abrió seguro y con la mirada buscó a Alex. Luego de haber recorrido el lugar en busca del rubio, se desilusionó al no haberlo encontrado allí.

Suspiró frustrado. Cuando estuvo a punto de irse, divisó a Margaret, la bibliotecaria, sentada en su escritorio. Pensó que tal vez ella sabría dónde estaba el chico que él esperaba encontrar con ansias. Se dirigió hasta ella.

- Buenos días, Margaret.- Dijo parándose frente a su escritorio. La mujer lo miró por encima de sus gafas, sin expresión alguna.- ¿Sabes dónde se encuentra el chico que te indica donde están los libros?.

- ¿Alex?.- El morocho asintió.- Él no ha venido hoy. Si gustas yo puedo decirte dónde está el libro que deseas.

- No, gracias, Margaret. Solo necesitaba hablar con él.

Eso fue lo último que dijo Connor antes de salir de ahí.

                                  ****

Allí se encontraba Alex, caminando por las desoladas calles. La oscuridad ya comenzaba a hacerse presente en el lugar. Eran las 8:45 PM, tendría tiempo para despejarse antes de que su padre regresara del trabajo.

A los minutos de haber caminado sin rumbo alguno, decidió sentarse en una banca que se encontraba alejada de la carretera; alejada de todo. La poca luz que llegaba de los faroles, apenas dejaba apreciar que había una persona sentada allí. Alex se recostó en ella.
Cualquier persona que pasara por allí, podría decir que parecía despreocupado, cuando la realidad era otra. Suspiró y cerró sus ojos.

Al poco tiempo, supo que una persona había llegado y se había sentado justo a su lado.
Aún con los ojos cerrados, le restó importancia.

- Te esperé hoy en la biblioteca.

Alex contuvo la respiración al oír su voz. No supo cómo reaccionar así que se mantuvo callado, dejando que proceda:

- ¿Qué sucede?.

- No te incumbe.

- Sé que no nos conocemos hace mucho, pero... puedes confiar en mí.

Alex se acomodó en su asiento, miró para el lado contrario en el que se encontraba Connor, para que así éste no lo vea, y secó sus lágrimas. Lo que menos quería era verse de esa manera frente al morocho; el chico que le gustaba.

- Estoy solo...- Giró sobre sí mismo y lo quedó mirando a sus profundos ojos color avellanas.- Me es inevitable no sentir miedo.

- ¿Quién te trajo a este punto?.

- Mi padre.

- Jamás en tu vida- Pasó con delicadeza su mano por la mejilla de Alex, secando una lágrima- dejes que vean que te hirieron.

Ambos permanecieron en silencio por unos minutos, mirando la carretera a lo lejos. El rubio se veía un poco más calmado.

- Es triste vivir en un mundo donde las personas usan máscaras para esconder lo que son.- Habló Connor aún con la vista en la carretera.

- ¿A qué te refieres?.

-  Vivimos en un mundo en el que a las personas fingen ser alguien que no son.

- Hay veces que las personas se esconden detrás de una máscara no porque quieran hacerlo, sino porque se ven obligadas a ello.

- ¿Tú te escondes detrás de una máscara?.

Se quedarón mirando fijamente en la oscuridad, sin decir ni una sola palabra.
Alex ladeó un poco la cabeza, dedicándole una sonrisa. Y ahí Connor comprendió todo...





-CelluCamm 💙

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⏰ Última actualización: Nov 26, 2018 ⏰

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