El domingo de Connor había sido ordinario. La mayor parte de su día se lo había pasado en el centro comercial, con Katy, ya que era el lugar preferido de ella. Ese día cumplían 2 meses de novios. A Connor no le gustaba mucho ir a dicho lugar, pero solo lo hacía para complacer a su novia.
Al igual que cualquier otro lunes; Alice lo despertó diciéndole que llegaría tarde, se vistió, le dio los buenos días a sus padres, y mientras desayunaban, mantuvieron una amena charla, como era de costumbre.
Y ahí se encontraba Connor; con el mentón apoyado en su mano, con la vista clavada en alguna parte del salón, simulaba prestarle atención al profesor que iba guiando clase. Raramente el morocho no prestaba atención. Connor se encontraba ansioso por devolver el libro que había tomado el viernes pasado de la biblioteca. El domingo también estuvo distraído pensando en ello. Por esa razón no se encontraba sumido en la clase. Pensándolo bien, estaba ansioso por volver a ver a Alex.
Para su suerte, a los 5 minutos, el timbre sonó, dando por comenzada la hora del almuerzo. Primer y segundo grado compartían la cafetería para almorzar.
Al llegar al lugar, Connor divisó a Brad sentado en una de las mesas que se encontraban cerca de la entrada, con un grupo de amigos. El pelirrojo le hizo ademan con la mano para que el morocho se dirigiera a donde estaban ellos. Connor le estrechó la mano a todos, dando un pequeño choque de hombros al final del saludo. El morocho vio a lo lejos a Alex almorzando, cabizbajo. Comenzó a hablar con sus amigos, pero al poco tiempo, instintivamente miró hacia donde se encontraba el rubio, notando que éste también lo estaba mirando. Connor le sostuvo la mirada por unos largos segundos, en los cuales ninguno de los dos chicos apartaba la mirada. El pelinegro dibujó una pequeña sonrisa en sus labios, provocando que Alex desvíe la vista incómodo.
- Luego de la Universidad, ¿qué te parece si vamos a ver un partido de fútbol en la casa de Lucas?.- Preguntó Brad, señalando con el mentón a un chico rubio que pertenecía al grupo.
Connor se rascó la nuca algo nervioso, apretando un poco los labios. Por alguna extraña razón, él prefería quedarse en la biblioteca después de sus clases. Quería saber más del chico de bonitos ojos azules.- Es que... tengo que ir... tengo que ir a la casa de Katy.- Mintió.- Ya sabes... ayer cumplimos dos meses juntos, y quiero pasar más tiempo con ella. El de ayer no fue suficiente.
Connor sintió algo de culpa por haberle mentido a Brad. Se suponía que el pelirrojo era su mejor amigo.
- Lo entiendo hermano, será para la próxima.
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Cuando sonó el timbre que daba por finalizadas las clases. Connor tomó su mochila, y algo nervioso se dirigió a la biblioteca. Mientras caminaba, se cruzó a Margaret en el pasillo, y ambos se dedicaron una pequeña sonrisa a modo de saludo.
Estando frente a la gran puerta de madera de la biblioteca, soltó un suspiro. Lentamente se fue adentrando en el lugar, caminando entre los estantes de libros. Buscó con la mirada a Alex, y logró encontrarlo no muy lejos de él, ordenando algunos libros. Se le acercó a paso lento, procurando no hacer mucho ruido.
- ¿Disculpa, Alex?.
El rubio levantó la vista, mirándolo. Se puso algo nervioso al ver al morocho frente a él, pero lo supo disimular bastante bien.- ¿Puedo ayudarte en algo?.
- Vengo a devolver el libro...- La incomodidad en su tono de voz fue obvia.
- Déjalo por ahí.- Señaló una mesa con su dedo, dándole la espalda a Connor. Sus manos temblaban a causa de los nervios.
El chico obedeció dejando el libro en el lugar indicado. Se rascó la nuca, volviendo a tomar posición frente a Alex.- ¿Cómo has estado?.- Dijo mostrando sus dientes en una sonrisa, ladeando la cabeza.
- Bien.- El rubio lo miró sin expresión alguna, contestando seco. Siguió con su trabajo.
- ¡Me alegro mucho por ti, Alex!.- Soltó una risita incómoda.- Yo también...
- Lo lamento Connor.- Lo interrumpió.- Ya he terminado con mi trabajo. Debo cerrar la biblioteca y tu debes...
El morocho tardó un poco en entender lo que Alex había dicho. Sonó un poco brusco.
- Oh... si, si, entiendo. Yo... es que... yo ya me iba...
El rubio solo le dedicó una sonrisa de labios apretados y apartó la mirada, incómodo. Connor se limitó a sacudir su mano en forma de saludo, saliendo de allí.
Cuando estuvo en su auto, pudo sintió que su corazón saldría de su pecho por lo rápido que latía.
<< Bien hecho Connor, quedaste como un estúpido...>> Pensó, mientras colocaba la llave para encender su auto, e irse a su casa.
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Después de haber cenado con su familia, decidió tomar una ducha, para luego tirarse sobre su cama.
Con su vista fija en el techo, pensando en Alex con una sonrisa, murmuró para sí mismo:-Cuarenta mil kilómetros de tierra alrededor del mundo, y tus ojos siguen pareciéndome el mejor rincón para perderme...
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