Connor se le quedó viendo, le parecía deslumbrante la belleza de aquel chico. No podía dejar de pensar en sus ojos azules. Quería verlos, pero no podía porque Alex tenía la mirada clavada en el piso.
- Mi nombre es Connor.- Dijo inclinando un poco su cabeza para poder verlo.
Alex levantó su vista para dedicarle una pequeña sonrisa, él ya conocía su nombre. Connor al volver a encontrarse con esa mirada, creyó perderse en el azul de sus ojos. Se le quedó viendo por unos largos segundos, el rubio se dio cuenta de eso y apartó la vista, incómodo. El pelinegro se sintió como un imbécil por haber causado esa reacción en él.
- Creo que ya es hora de irme...- Dijo caminando hacia la puerta, cargando su libro.- No quiero que me golpees otra vez, Alex.
- Adiós, Connor.- Le dedicó una sonrisa de labios apretados.
- Adiós, Alex...- Dijo suave, con una gran sonrisa.
Connor salió de la biblioteca, para luego dirigirse al estacionamiento de Stanford y subir a su auto. Se dirigió a la casa de su novia.
Tardó unos 15 minutos en llegar. Bajó del auto y fue hasta la puerta para tocar el timbre, siendo recibido por la madre de Katy, ésta le dijo que pase, que su hija se encontraba en la habitación. Connor subió las escaleras, observando los cuadros con fotos, que ya conocía de memoria.
Cuando estuvo frente a la puerta, la golpeó diciendo:
-¿Se puede pasar?.
-¡Adelante, mi amor!.- Respondió.
Dicho eso, el morocho se adentró a la habitación.
-¡Ven, siéntate, siéntante! - Dijo Katy palmeando la cama. El chico le obedeció en silencio. La muchacha fue a su armario, y sacó incontables bolsas de ropa nueva.
-¡Te mostraré toda la ropa que me compré, cariño! - Habló con voz chillona.
-Katy... tengo poco tiempo...- Una bolsa cayó sobre él - ...Antes de volver a casa.
Katy soltó todas las bolsas en la cama, para luego preguntar: - ¿Qué te sucedió en la frente, cielo?
Connor estuvo a punto de responderle. No pudo evitar sentirse un poco decepcionado cuando escuchó a Katy proseguir: - Bueno, no importa - Hizo un ademán con la mano, restándole importancia- ¡Mira este vestido!
Connor suspiró. Las dos horas que había estado en su casa, se las había pasado viendo la ropa nueva de Katy, cuando él hubiera preferido, por lo menos, charlar con ella. Él era consciente de que nunca se había enamorado de nadie. Quería a Katy, pero no la amaba. Ella era una chica un tanto hipócrita y engreída. No era exactamente su tipo, pero ella había insistido tanto, que no le quedó otra opción que aceptar ser su novio. Connor también era consciente de que esa relación era sólo para pasar el rato.
Después de haberse despedido de ella, el muchacho se marchó a su casa. Cuando llegó, tuvo una hermosa cena con su familia, acompañada de una amena charla con sus padres. Luego de eso, tomó una ducha, se tumbó en su cama, y lentamente, el sueño se fue apoderando de él.
Aquí les dejamos unas imágenes de Connor y Alex, para que ustedes se imaginen cómo son. Así es como nosotras los vemos, pero ustedes pueden hacerlo de la forma que quieran.
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Alex Parker- Ivan Martinez
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