Arrastro la maleta pequeña de Dylan por el suelo de la estación, jugando a esquivar a las mujeres de cincuenta años con tacones que podrían competir con la altura del Empire State, niños a los que sus madres han dejado sueltos para hablar por teléfono (Al menos dos estaban enviando mensajes mientras sus criaturas de tres años casi se estampan conmigo. Bueno, con una de mis piernas), y algún que otro pasajero con un overbooking de equipaje al que se le escapan las maletas por aquí y por allá.
-Alice, más rápido.-Llama mi madre, sin quitar el brazo de los hombros de Dylan.
Mi pobre hermano debe estar cansado. No es que sea muy afectuoso y mi madre no le ha soltado los hombros des del mismo instante en que hemos bajado del coche. Es igual, lo que le exaspere a Dylan, divierte a Alice, así que le dirijo a mi gemelo una sonrisita de ''te aguantas'' y avanzo hasta ellos, dejando la maleta al lado de mi padre.
-Matt,-Mi madre por fin aparta el brazo de Dylan y él no parece haber estado tan aliviado en toda su vida.-Ayúdame, tenemos que...
-Mamá...-Suspira él.-Puedo solo.
-¿Qué...? Pero...
-Sí, el dinero que necesito en la cartera, y el billete en esta mano. Y todas las maletas. Todo lo que necesito. Puedo solo.
-Dylan puede solo.-Río.-Sí, es inmaduro, irresponsable, despistado y lo único que se le da bien és correr detrás de una pelota. Peero... Se va a la universidad.-Sonrío y doy dos golpecillos en el hombre de mi hermano, que me mira preparado para responder. No le dejo.-Y es hora de que haga las cosas por él mismo. Tiene razón. Tiene billetes, dinero... Lo hemos repasado todo unas mil veces desde que hemos salido de casa. Estará bien. Dejémos que tenga un poco de libertad.
-Creo que es lo más bonito que me has dicho en la vida.-Me mira agradecido y yo me encojo de hombros.
-Vale, vale.-Responde mi madre, suspirando. Mi padre lo mira todo con cierta diversión.-Disfruta y cúidate. Sabes que si necesitas algo, solo tienes que llamarnos.
-Lo sé.-Asiente con una sonrisa , mientras se dan un abrazo. Después mira a mi padre.-Tendrás que venir a verme.
-Por supuesto.-Sonríe.-Estaré allí siempre que pueda, en primera fila y con Alice al lado.
-No faltaré.-Río.
-Es hora de irnos.-Sonríe mi madre.
-Claro, id yendo.-Sonrío y miro a Dylan, después a mis padres.-Vendré en un momento, quiero asegurarme de que sube al tren que toca.-Río y mis padres asienten.
Espero a perderles de vista entre la multitud i después miro a mi hermano, que es un palmo más alto que yo. Se me hará raro no tenerle cerca. Al fin y al cabo, es mi compañero de vida. Siempre ha estado allí, para arrebatarme los kit kats i robarme las chuches que escondía en la mesita de noche. Será raro no jugar a los juegos de mesa los lunes por la noche y ganar contra papá y mamá, o no salir los viernes con nuestros amigos. Todos nos hemos separado. Solo quedamos yo, Jace y Claire, a medias. Todos los demás se van.
-Te echaré de menos.-Suspiro al final.-Echaré de menos dar golpes en la pared mientras estudio, para que bajes el volumen de la música. Y tener que comprar el doble de kit kats, por si me quitas la mitad. No tener que aguantarte todos los días... Ni tener que luchar por quien de los dos usa el baño primero...
-Ya... Seguro que meterás todas mis cosas en alguna caja y lo tirarás por ahí, para tener más espacio para ti en el baño.
-Siempre he pensado que eso de ser gemelos venía con conexión mental.-Nos reímos y le doy un abrazo.-Te echaré de menos.
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¿Escribes? (¿Bailas? 2)
RomanceLlega el momento de ir a la universidad y Alice no puede decidirse por nada. Así que, después de darle mil vueltas al asunto, decide tomarse un año sabático y dedicarse a lo que más le gusta: Escribir. Y cuando le sale una oportunidad que no puede r...