Cuando salgo de la ducha, el lunes por la mañana, a las 7.32 minutos exactamente, casi me estampo contra el suelo. Me he imaginado el panorama. Agua por todas partes, sangre en el suelo, yo sin dientes, la estantería de cristal con los shampoos rota... En fin, que al final he conseguido no caer, aunque haya acabado en una posición bastante incómoda y ridícula. Menos mal que en el baño no me ve nadie.
Espero.
Ayer por la noche decidí el conjunto que me pondría hoy para empezar el trabajo. Decidí que tenia que ser algo formal, pero no excesivamente formal, algo juvenil, pero no demasiado juvenil, algo que inspire seriedad, pero no extrema seriedad, algo que me represente, pero no por completo, porque soy un desastre y un conjunto que me representara, sería algo así como una camisa de flores, unos pantalones de cuadros, unas gafas de sol (De esas que tienen forma de corazón), unas chanclas... Y ¡Ah! Las chanclas con calcetines, claro. Esa sería yo en un conjunto de ropa.
Por lo que al final, me decidí por unos pantalones azul oscuro, una camiseta blanca con finas línies horizontales en color también azul y un blazer (Azul, también azul), que secuestré del armario de mi madre. Y en cuanto a zapatos, me he decidido por unas manoletinas negras, sin tacón. No estoy acostumbrada a tacones, así que no me arriesgaré a acabar con un dolor de pies inaguantable el primer día.
Dejo mi cabello suelto, aunque dudo tanto, que después lo recojo en un moño alto, lo vuelvo a soltar, después hago una tranza, lo suelto de nuevo y al final vuelvo a decidirme por el moño, dejando algunos mechones pequeños a cada lado de mi cara. Aunque no soy muy fanática del maquillaje, como es el primer día y debo causar buena impresión, me pongo algo de base, lápiz de ojos, rímel y algo de pintalabios, aunque apenas se percibe.
Estoy tan nerviosa que en segundos, mi estado emocional pasa de ''No tengo hambre'' a ''Me comería un Carrefour entero y aún así seguiría vacía''. Al final, como me sobra tiempo, me como algunas galletas de las que come mi padre (Lo siento papá... En realidad, no). Y me preparo un zumo de naranja natural. Tengo miedo del primer día. ¿Y si no es lo que espero? O peor aún, ¿Y si no soy lo que esperan? Quizás no serviré para esto y me dirán que lo mejor que puedo hacer, es marcharme y buscar alguna otra cosa.
¡Ay! Que nerviosa estoy. Este fin de semana se lo he contado a Dylan. Me videollamó (¿Se llama así, no? Que me llamara para hacer una videollamada. Bueno, da igual). La cuestión es que le conté que empezaría a trabajar en la editorial Williams el lunes, y a él le pareció una idea genial y que si era lo que me apetecía hacer, debería intentarlo.
Así que aquí estoy. Lunes por la mañana, a las 8.07 minutos, en la cocina, sola, mirando por la ventana y dando pequeños toquecitos al vaso de zumo con un dedo. Mis padres aún no se han levantado, así que el pequeño sonido de mi dedo repicando contra el cristal, es lo único que oigo. Daphne se acerca y se pasea a mi lado, fregando su cabeza contra una de mis piernas.
-Daphne, no... Me llenarás de pelo.-Río y me agacho para acariciarla.-Tengo que irme a trabajar. ¿Me echarás de menos?
Sonrío mientras la acaricio y ella se tumba en el suelo, donde se queda, mirándome, mientras yo cojo mi bolso y me aseguro que tengo todo lo que necesito dentro.
-Hasta luego, Daphne.-Sonrío y la acaricio una última vez, antes de salir de casa.
Lauren me está esperando al lado de su coche cuando salgo fuera y me saluda con una sonrisa. Yo me acerco y se la devuelvo.
-Buenos días.-Me sonríe.-¿Nerviosa?
-Creo que sí...-Río, sentándome en el lugar del copiloto.-Quiero decir... En parte no porqué es contigo, pero por otra parte, nunca he trabajado... Ni sé si se me dará bien esto.
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¿Escribes? (¿Bailas? 2)
RomanceLlega el momento de ir a la universidad y Alice no puede decidirse por nada. Así que, después de darle mil vueltas al asunto, decide tomarse un año sabático y dedicarse a lo que más le gusta: Escribir. Y cuando le sale una oportunidad que no puede r...