Unos días después.La tarde con sus tonos naranjas así como el basto cielo azul que poco a poco iba dejando paso a la oscuridad dejaron que su vista se centrará en las pocas estrellas que empezaban a tiritar en el cielo.
Izuku suspiro sacando las breves pausas necesarias para calmarse lo suficiente. El hombre a su lado de cabellera morada así como ojos de un violeta mas oscuro y la test pálida que formaban un cuerpo trabajado pero no tan musculoso como el de "su Kacchan" estaba acostado respirando tranquilamente como si nada pudiera perturbarlo.
El peliverde bostezo, últimamente no había podido conciliar el sueño demasiado bien, haciéndolo sentir cansado y algo tonto por los mareos que le daban de repente.
La falta de sueño a veces era algo aterradora para el cuerpo. Podía hacer que te cayeras en cualquier lugar si no soportabas lo suficiente. Y el era muy bueno soportando.
Volvió a ver a Hitoshi Shinzuo a su lado, el famoso dueño de una de las galerías de arte mas grandes de todo Japón y reconocido empresario, el cual se derretía como si de un helado se tratara en sus manos, si así como lo escuchan, las manos de Midoriya.
El pelivioleta era su amante desde mucho antes de conocer a Katsuki, y por supuesto mucho antes de casarce con Shoto y tener su familia.
Tenían una larga historia juntos y eso los hacia buenos amigos y amantes, también ayudaba el hecho de que Izuku trabajaba para Hitoshi ayudando en su campo que era el arqueológico, buscando diferentes acontecimientos que impactaran al mundo.
El hombre no solo se lo agradecía de forma monetaria. Sino que el pago con su cuerpo luego de largos vuelos en avión y una estresada agenda le hacían sonreír y sentirse calmado cuando ya no soportaba su rutinaria vida.
Admitía que a veces Katsuki era demasiado posesivo con él, y eso no le molestaba pero como todo ser humano deseaba no solo ser tomado como una puta, lo cual pasaba solo en el rango que tenia con el cenizo.
Muchas otras veces le gustaba sentirse meloso y dulce, en ese caso su esposo jugaba un papel primordial a la hora del sexo. El sexo vainilla que Shoto le daba le calmaba los malos momentos en que se sentía herido por los comentarios estúpidos de Katsuki.
El bicolor era un esposo maravilloso eso no podía negarlo.
Aunque su mirada se poso de vuelta en el hombre a su lado, sus ojos ya estaban abiertos y divisando la desnuda figura de Izuku. Este le sonrió lascivamente y se subió encima de Shinzuo que levemente le toco la mejilla y delineo sus pecas.
Oh esas pecas. Eran jodidamente lindas y le daban ganas de besar al jodido hombre que aun a pesar de tener casi treinta se veía adorable en toda su gloria. Su piel desnuda pegada a su cuerpo, la conexión tan intima de muchos años entretejida entre ambos que hacían que fuera mas que solo una amistad.
Eran el apoyo del otro cuando querían escapar del mundo y sus problemas.
Izuku bajo su cuerpo hasta quedar frente a frente del pelivioleta, sus respiraciones mezclándose en breves suspiros antes de que Midoriya lo besara con esa hambre tan característica de él. Sus labios chocando con premura mientras Hitoshi sentía su despierto miembro en la parte baja del peliverde.
Este gimió de gusto al sentir como su amante estaba duro de nuevo. Una sonrisa divertida y algo maliciosa cruzo por sus bellos ojos esmeralda, que de puros no tenían nada, y se lamió los labios mostrando su seducción al tope.
Con sus pensamientos lascivos de por medio se meció encima del miembro de su amante y este emitió pequeños jadeos de excitación que subían de tono al sentir su piel calentarse como si se tratara de lava emergiendo de un volcán.
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♥El Rompe Corazones ♠TodoBakuDeku★
Fiksi Penggemar¿Que pasaría si no pudieras elegir entre dos hombres que te atraen sin pensarlo dos veces? ¿Que pasaría si estuvieras casado con uno de ellos? ¿Podras escoger entre uno de los dos? Midoriya Izuku estaba en el constante vaivén de a quien elegir, p...