II

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Tras la presentación de aquel exótico alumno comenzaron las clases como de costumbre. Pero me sentía rara ante la presencia de ese chico. No paraba de mirarle de reojo, la atracción me podía.

Él me miró sabiendo de mi ‘’reojez’’, sonrió levemente. Me sentí aliviada, no estaba molesto. Comencé a golpear mi lápiz rítmicamente.

Estaba nerviosa, no sabía por qué.

El lápiz cayó al suelo y antes de que pudiera agacharme a recogerlo ya tenía al nuevo entregándomelo con una sonrisilla. Le devolví la sonrisa en agradecimiento…

A QUIÉN PRETENDO ENGAÑAR, ESE MUCHACHO ME DERRITIÓ CON SU BONITA SONRISA. ESA CURVA HACIA ARRIBA QUE SALÍA DE SU BOCA ME PROVOCABA LA MISMÍSIMA LOCURA.

Intenté tranquilizarme. Supuse que era un capricho de diez o veinte minutos, pero el tiempo pasaba y ese Freddie Bulseri o como fuese no salía de mi cabeza.

~

Terminaron las clases.

Corrí al baño a echarme agua en la cara, estaba acalorada y confusa. Pero al estar tan despistada choqué indebidamente con alguien, provocando la caída de mi material.

Miré por todo el suelo, me agaché y vi que una delgada figura me ayudaba a recogerlo todo. Me pudo la curiosidad y miré quien me ayudaba. Vi su cabellera negra y su camiseta ajustada de media manga.

-Ya es la segunda vez que te recojo algo, querida -dijo bromeando y entregándome todo ordenado. Era él, Freddie.

Nos levantamos del suelo a la vez y me metí tímidamente un mechón de pelo tras mi oreja.

-G-gracias -dije algo parada.

Aquel chico, el que me confundía, se posaba ante mí de un modo irresistible. No sabía qué hacer.

-He notado como me mirabas en clase-dijo intentando mirarme a los ojos. Yo tenía la cabeza agachada.

-N-no se de qué hablas… Yo estaba atenta a la lección….

-¿Segura?

-C-claro...

-Como quieras, cariño – dijo en tono dulce.

''Cariño'', supuse que era habitual en él.

–Dime, ¿te gustaría tomar un café en la cafetería o algo? - propuso el nuevo.

No sabía qué decir, me atraía todo de él. ¡Me iba a tirar a su cuello!

-Es que ahora iba al baño y…

-Te espero si es preciso.

-Bueno, vale. En seguida vuelvo.

Fui con toda rapidez, intentando que no se aburriese en la espera. Me eché un poco de agua en la cara teniendo cuidado de no mojarme mucho el pelo y me refresqué un poco.

Salí del baño.

Allí estaba, apoyado en las taquillas con pose de semental, sonriéndome.

-¿Ya estás, cielo? – preguntó con una sonrisilla.

Asentí. Fuimos a la cafetería.

~

Nos sentamos en unos cómodos sofás típicos sesenteros de bar para motoristas. Pedimos unos cafés y unos donuts fondant. Me chiflaban.

-¿Cuál es tu nombre? – preguntó curioso.

-Me llamo Rose…

-Es un bonito nombre para correspondida persona – sonriendo dijo esto que no entendí.

-Esto… ¿a qué te refieres?

-A que eres tan linda cuan bella flor rosácea se posa en los verdes prados. – dijo, muy dulce.

Chico ingenioso. Pero fue la cosa más bonita que jamás me habían dicho.

-Gracias, es muy bonito lo que han dicho. – NO SE ME OCURRIÓ OTRA COSA MEJOR QUE DECIR. Por algo Alex me dejó.

-¿Te gusta la música? – preguntó.

-Sí, en especial el rock ‘n’ roll.

-Maravilloso, a mí también. Me encanta Jimi Hendrix.

-A mí me chifla. Ese tío es un gran hijo de puta tocando la guitarra. –ambos nos miramos y reímos.

Nos gustaba Hendrix. Me sentí cómoda.

–También me gustan los Beatles.

-A mí igual. ¿Y The Who te gusta?

-Oh si. Daltrey es tan guapo… - dije esto un tanto babosilla. Freddie rió a carcajadas.

-Pues cuando quieras puedes venir a mi pensión y escuchamos juntos algunos vinilos. ¿Te hace la idea?

Claro que sí, no iba a rechazar tal proposición.

-Me gustaría mucho, si no es molestia, claro.

-Cariño, te he invitado yo. No es molestia.

Nos sonreímos el uno al otro.

~

A medida que pasaba el tiempo en ese cutre lugar, su mirada se hacía más tierna junto a la mía. Parecía que le atraía. Sólo me lo parecía. Pero no quise hacerme ilusiones.

'Siempre te ilsuionas y luego te das una hostia' me dije.

Nos tomamos los cafés y estuvimos conociéndonos más a fondo. Era un chico extremadamente encantador, al menos me causaba esa impresión. Con Alex pasó lo mismo…

Dios, Alex Alex Alex. ¿Cuando iba a salir de mi cabeza ese niñato?

Pero me entraron unas ganas repentinas y horribles de mear.

-Tengo que ir al baño con urgencia… - dije apretándome.

-Ve tranquila, yo pago la cuenta – dijo sacando su cartera.

Fui al baño, meé a gusto y me lavé las manos. Enseguida salí de allí. Busqué a Freddie, quien ya estaba fuera… con otra muchacha.

Vi como la besaba casi apasionadamente. Se les veía tan enamorados...

No me quedó otra que irme a mi casa y apenarme de otro capricho más. 

Joven Bulsara.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora