Capítulo 5.1 - "Rasguño"

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(Día 36 – 04:38 pm

Los "aislados" se encontraban reunidos en el parque de la calle Fyndel, el sol empezaba a ocultarse, la sombra de los árboles contrastaba del cielo naranja, y las hojas de sus ramas se meneaban cálidamente con el viento. El humo del cigarro viajaba hacia el pulmón de Thomas y después volvía al exterior, perdiéndose en dirección del viento. Emily se acercó a Thomas para decirle que lo estaban esperando, este tiró el cigarro al suelo para después pisarlo y, seguidamente, fue con Emily.

Todas las personas dentro de la zona de cuarentena se encontraban haciendo una medialuna ante Bernie, quien los había reunido; al acercarse Emily y Thomas, Bernie empezó con su reunión.

-Bien... estamos aquí porque junto a Emily encontramos algo muy interesante. Querida ¿quieres comenzar? – Bernie tendió la mano a Emily

La joven mujer caminó al centro para estar junto a Bernie y empezó a hablar – Martin y Sara han desaparecido; no están en mi edificio... Estuve unos días sin verlos y cuando me acerqué a tocar sus puertas no me respondían...

-Interesante – Interrumpió Bernie – Entonces acudió a mí. Derribé las puertas... en el cuarto de Sara encontré algo interesante ... pero en el de Martin... uff... vaya mierda...

Todos se encontraban intrigados con las palabras de Bernie, guardando silencio, esperando que Bernie diera su gran noticia

-Ve al grano – exclamó Thomas

-Cuando entramos encontramos esto – Bernie extendió su mano hacia Thomas, dándole un pequeño papel con barras dibujadas

-¿Un conteo? – Preguntó Thomas confundido

-¿De días tal vez? – Cuestionó Bernie

- No es la única, yo también estuve contando los días para salir de este infierno

-Si seguro, pero... - Bernie volteó hacia Emily pidiéndole algo, esta le dio un pequeño cúmulo de hojas y continuó – No veo explicación para esto – Acercó las hojas a Thomas

Thomas recibió las hojas e inmediatamente todos se asomaron a ver de qué se trataba. Eran los trazos de Martin, planos que él había hecho, junto con el mapa de la ciudad y la zona de cuarentena remarcada; tenía todos los puntos de control señalados, junto con el número de personas aproximadas en cada uno. Garabatos y garabatos, ideas escritas y planes. Todo apuntaba una cosa.

-¿Por qué quería escapar? – Cuestionó Bernie

Thomas observaba extrañado las hojas, estas fueron pasando por las manos de los demás provocando gestos curiosos y preocupados

-Nunca me mencionaron algo – Añadió Emily

-¿Qué quieres decir con todo esto? – Apareció la voz de Max entre la multitud

-¿Alguno de ustedes pensó en irse? Por duro que fueran estos días esperamos, ¡esperamos! – Exclamó Bernie – Thomas, ¿cuántos días faltan?

-Solo cuatro – Respondió Thomas

-Solo cuatro – Bernie miró a Max y continuó – ¿Quién se quiere ir a pocos días?

-¿Por qué no te guardas el teatro y abres de una vez la boca? Di lo que quieras decir – Replicó Max, serio.

Bernie guardó silencio un momento mientras miraba molesto a Max, después dijo lo que tuvo que decir – Esa doctorcita sabe algo, es la única aquí que estuvo junto a los responsables de todo esto. ¡Piénsenlo! Mañana vendrán los militares "haciendo la entrega de los suministros" y cuando estemos todos reunidos ¡Pam! Nos matarán...

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