Sorpresas y presentaciones I

680 28 4
                                    


Cuando por fin desperté divise en el reloj de la pared que eran las cinco de la tarde. Cuando fije mi viste hacia abajo no pude evitar sentirme tan feliz, como si fuera de lo magos más poderosos. Hermione estaba aquí, conmigo, abrazada a mi cuerpo, completamente desnuda, su respiración era tranquila, sus pechos subían y bajaban lentamente y su cabeza descansaba cómodamente en mi pecho. Después de un par de minutos de estar contemplando a "mi novia", joder, que bien sonaba esa frase, ella despertó lentamente. Cuando lo hizo su mirada se dirigió directamente a mí, observándome con una mirada tan dulce e intensa, como si ambos ahora guardáramos uno de los más grandes secretos del mundo mágico. Sin embargo, su mirada cambio rápidamente a una sonrojada al darse cuenta que ambos estábamos tan descaradamente desnudos, con ni siquiera una manta para cubrimos.

-Tranquila- le susurre en su oído- no es como si no hayamos hecho el amor hace unas horas.- Ella levanto su rostro, el cual hace un par de segundo se encontraba escondido en mi cuello.

-Hicimos el amor- dijo alegremente. Deposite un beso en su frente.

-Así es, acabamos de hacer el amor por primera vez- le contesté.

-Te amo Draco-dijo acercándose a mis labios para besarlos.

-Yo también lo hago- le conteste. – Por cierto, Theo me ha enviado una carta. Viene a Hogmeade este fin de semana. Quisiera que los conocieras.- ella se detuvo a pensarlo por un par de segundos.

-¿Estás seguro?-preguntó. Sonreí.

-Creo que la pregunta es retórica.

-No lo sé... ¿crees que a tú amigo le caiga bien?-dijo suspirando-será la primera persona en saber de nuestra relación.

-No lo sé-admití- Theo también ha cambiado. Hemos sido grandes amigos desde niños, es como un hermano para mí, tendrá que aceptarlo-dije despejando un mechón de cabello de su rostro-además, creó que también él ha conocido a alguien.

-Está bien. ¿Dónde no veremos?

- Te espero a las 11 en la parte trasera de cabeza de puerco para llevarte al lugar de reunión. Es una pequeña cabaña en Hogsmeade, propiedad de la madre de Theo. Solíamos ir antes.

-Nos veremos ahí entonces- dijo aun no muy convencida.

-Tranquila, no hay motivo para estar nerviosa-dije acercándome a sus labios para besarla. En cuanto nuestros labios volvieron a juntarse sus manos de dirigieron a acariciar mi nuca. Empecé a besar su cuello, mordí suavemente el glóbulo de su oreja consiguiendo que soltara un leve gemido. La pegue más a mí y puse mis manos en su trasero, de un momento a otros Hermione cambio nuestra posición al levantarse y quedar a horcajas en mi regazo, besaba mi cuello, clavícula, mordía mis hombres y recorría mi espalda con sus manos. Bese su cuello, hombros y senos, besaba, lamia y succionaba uno de ellos mientras acariciaba el otro. Ella al no poder más ubico mi miembro en su entrada, haciéndonos soltar a ambos un gemido que fue callado por un beso, uno duro y tan jodidamente caliente que ambos ya no podíamos soportarlo más. Así que lo hizo, de nuevo estaba dentro ella. Ella movía sus caderas de una manera lenta, subía y bajaba ocasionando jadeos por toda la habitación, sus movimientos se hacían más desesperados y yo observaba sobre excitado el subir y bajar de sus senos, los acaricie, lamí y succione, arrancando con ello el primero de varios orgasmos. Ella apresuraba las envestidas y la tome de las caderas para que no parara, ambos estamos llenando de gemidos y jadeos la habitación, se pegó más a mí cuando estábamos a punto de terminar, tome sus caderas y aumento la rapidez de las penetraciones hasta venirme dentro de ella. Ambos estábamos cansados, abrazados él uno del otro, con nuestros cuerpos cubiertos por una capa de sudor. Después de un par de segundos así, la ayude a ponerse de pie. Nos besamos.

-Draco...-dijo ella rompiendo el beso- debemos irnos, se hace tarde-dijo entrecortadamente.

-¿Segura?- le conteste- Después será muy complicado quererme alejar de ti. Te quiero conmigo siempre Hermione.

-Yo también Draco, pero debemos irnos.

-Lo sé. ¿Sabes?-le pregunté.

-¿Qué?- dijo ella mientras buscaba sus prendas en la habitación.

-Le contaré a mis padres sobre esto para las vacaciones de Navidad. -eso la sorprendió- hablaba en serio cuando dije que te quiero conmigo.- ella me sonrió conmovida.

-Yo les hablaré a mis padres sobre ti. Y con respecto a nuestros amigos- suspiró,- creo que tendremos que ir midiendo el terreno para contárselos.

-Sí, lo sé. A nadie le hace gracia que su amiga salga con un exmortifago-dije vistiéndome- pero quiero que eventualmente todos terminen por saberlo. Eres mi novia. ¿Acaso puedo ser más afortunado?

-Y tú eres mi novio. Y yo también quiero estar contigo siempre.-me contestó sonriente. Después de que por fin encontramos todas las prendas de nuestro uniforme, estábamos listo para marcharnos, cuando fije mi vista en una pequeña repisa con unas pociones. Me acerque a tomar una y caí en la cuenta de que ninguno de los dos se había protegido. Gracias a Merlín las pociones eran anticonceptivas.

-Hermione-dije apenado, tendiéndole una

-Por ¡Merlín!, es cierto- dijo ella preocupada- lo había olvidado. ¿Pero dónde las has encontrado?

-Recuerdas que esta sala de adapta a tus necesidades- ella se ruborizo rápidamente y se bebió la poción.-Te amo-le dije cuando acabo de beberla.

-Yo también Draco-contesto acercándose a mí.- No puedo creer lo que está pasando entre nosotros, parecer una locura, pero no me imagino estar con nadie que no seas tú.-le sonreí gratamente.

-Yo tampoco, no cambiaría esto que tenemos por nada del mundo.

- ¿Estamos bien?- le pregunté, no quería que se sintiera insegura después de habernos acostado, no quería que pensara que eso era lo único que quería de ella porque no era sí.

-Estamos bien- contesto entrelazando nuestras manos, ese gesto tan simple me encantaba. Aunque nunca lo admitiría publicamente.

-Vamos, nos veremos el sábado. Te estaré esperando.

-De acuerdo- contestó ella.

Estoy contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora