¿Otra tregua con un Malfoy?

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Cuando el sol empezó a iluminar la habitación Hermione fue abriendo de a poco los ojos, topándose con un rubio abrazado a su cintura. La chica sonrió interiormente, el rubio se veía como todo un ángel. Se removió lentamente y en su lugar dejo una almohada, por más cómodos que estuvieran ambos la idea de que alguien la viera saliendo del cuarto de Draco la espantaba.

Busco sus prendas, se vistió y salió de la habitación. Ya estando en su habitación se duchó y vistió con unos jean azul, una camisa holgada celeste y un cárdigan color crema. Salió de su habitación y notó que la mansión continuaba en silencio. Al parecer había madrugado demasiado. Así que no teniendo nada que hacer la curiosidad de Hermione hizo que entrara a la biblioteca. Cuando entro no pudo más que sorprenderse, la biblioteca de las Malfoy era enorme, rápidamente se dirigió a los primeros estantes que tuvo más cerca y se emocionó al darse cuenta de las joyas literarias que poseían, todas eran primeras ediciones. Aunque hasta arriba en los estantes vio que habían libros más antiguos, tomo uno y aprecio que era sobre magia oscura, rápidamente lo volvió a su lugar y continuo  inspeccionando la biblioteca. Tomaba los tomos de libros y acariciaba el lomo, habían libros que habían llamado su atención debido a lo difícil que eran de encontrarlos, pero al parecer todos estaban ahí reunidos, en la biblioteca Malfoy.

Y es que tanta fue su admiración por los libros que no noto cuando alguien entro, hasta que el hombre soltó un libro en un escritorio. Haciendo que el sonido resonara por toda la habitación.

-Disculpe señor Malfoy-hablo rápidamente la chica.- Yo... es sólo que me he levantado temprano y creí. Bueno, que podría entrar por aquí. Lo siento, no era mi intención molestarlo.

-Ya- contestó Lucius cortante, tomando asiento en el escritorio.

Hermione deposito el libro en su lugar para marcharse lo más rápidamente posible, pero la voz de Lucius la freno.

-Si quiere quédese, no me importa.-Hermione lo observo confundida. Por un lado quería leer ese libro, aunque por otro seguia pensando que Lucius la detestaba. 

-Además, ya había empezado a ojear un libro ¿no?

-Hermione volvió entre sus pasos y tomo nuevamente el libro del estante, después se acomodó en un sillón para leerlo detenidamente.

Iba pasando de página rápidamente, cinco, diez, quince, veinte minutos... hasta que freno su lectura al observar que el señor Malfoy estaba estresado, frotándose la frente y maldiciendo entre dientes.

-¿Puedo ayudarlo señor Malfoy?- soltó Hermione, ocasionado que esté levantara la vista sorprendido.

-No. Estoy bien.

Hermione aparto la mirada y se levantó del sillón, era más que evidente que el señor Malfoy prefería estar solo. Sin embargo Lucius lo repensó...

-Es hija de muggles- no era una pregunta era una afirmación.

-Sí, mis padres son muggles-repuso orgullosa la chica.

-¿Y qué tanto sabe de bienes raíces?

- Bueno, tengo una idea pero es sobre propiedades en el mundo muggle.

-Eso es lo que quiero. Comprar una propiedad muggle.

-¿En serio?- dijo la chica sorprendida por más que quiso evitarlo. Entonces Lucius soltó una carcajada.

-Sé que a cualquiera le sorprendería viniendo de mí, pero tengo un motivo.-Hermione callo.- Usted cree que soy un hombre malo. ¿No señorita Granger?

-Creo que solo ha tomado malas decisiones-contestó la chica.

-Y eventualmente esas decisiones han afectado a mi familia. Un ejemplo claro es Draco.

Estoy contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora