Charla con una leona

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Aquí estaba a unas cuadras donde se suponía debía estar en la casa de los Granger. Cuando me disponía a salir de la mansión mi madre freno mi paso al decir que iba demasiado tétrico con todo el conjunto de negro, así que cambio mi camisa negra por una verde esmeralda y un jersey café a juego. Demasiado colorido para mí gusto. Pero bueno, ahora aquí estoy a punto de tocar el timbre y rogando a Merlín que quien me abra la puerta sea Hermione. Y el hecho de que tarden mucho en hacerlo no consigue más que vaya desojando unos pétalos del ramo de rosas que traje. Escucho un par de pasos acercándose y...

-Hola

-Hola- respondo rápidamente a la mujer que abrió la puerta. –Yo soy...

-Draco- interrumpió la mujer rápidamente, escudriñándome por un par de segundos. -Yo soy Jean, la mamá de la niña que tanto solías molestar- esa afirmación me dejo completamente avergonzado.

-¿Puedo pasar?

-Eso se supone ¿no?- dijo abriéndome la puerta por completo para dejarme entrar. La casa de los Granger era un lugar mediano pero decorado elegantemente. Sin mencionar que en otra situación debía resultarle acogedora a cualquiera.

-Le traje estas rosas, mi madre las cultiva.-dije extendiéndole el ramo. Ella lo observo un momento y acaricio los pétalos delicadamente con las yemas de sus dedos. Como suele hacer Hermione cuando le obsequio algo.

-Tú madre hace un trabajo excelente.

-Sí, ella ama las flores.

-Ya veo.

-¿Y Hermione?-Le pregunte tratando de sonar lo menos nervioso posible.

-Acaba de meterse a tomar una ducha. Ya bajara dentro de un rato, así que podemos hablar tranquilamente tú y yo.- esas últimas palabras me dejaron helado. Pero si eso quería la señora Granger mejor era tomar la iniciativa.

-Entonces sugiero que empecemos ya. – la señora Granger sonrío satisfecha y me señalo el camino hacia un pequeño salón.

-Sabes Draco, cuando Hermione me dijo que tenía una relación contigo simplemente no podía creerlo.-soltó antes de que tomara asiento siquiera. – Ella me explico toda la evolución de su relación cuando hicieron las paces en el tren, cuando le pediste perdón, las veces que se reunían en la biblioteca y como ella termino eventualmente enamorada de ti. Eso sin mencionar el anillo que le has dado recientemente. Lo cual me preocupa al saber que podemos terminar emparentados más rápidamente de lo que creamos. –Termino dejando un suspiro.- En fin, cuando ella terminó de contarme todo sobre como terminaron siendo novios no puede hacer más que apoyarla y decirle que te aceptaba, Hermione es una chica tan lista que no puedo más que confiar en su buen juicio. Sin embargo a veces las personas se pueden equivocar. Y es que Draco, cada momento que hablaba de ti sonreía como no la había visto nunca, era tan bella que sabía que esos sentimientos hacia ti eran tan fuertes que me mostré entusiasmada. Pero después pensaba en las veces que regresaba de Hogwarts y se sentía mal porque un chico la llamaba sangre sucia. Y de pensar en ello no puedo más que pensar en protegerla . Así que dime Draco ¿qué sientes realmente por mi niña? ¿Tus sentimientos son tan fuertes como los de ella?

Después de eso solo me preguntaba como poder rebatirle, necesitaba poner mis pensamientos en orden. Más aún, mis sentimientos.

-Era un chico completamente estúpido. Gran parte de mi educación familiar se basó en prejuicios absurdos sobre la superioridad de la sangre. Pero toda una guerra me hizo cambiar, pase de ser un chico engreído y despreocupado a un chico aterrado y atormentado en mi sexto año. Tenía encomendado asesinar a alguien.

A pesar de mi declaración supuse que ella se encontraba al tanto de ese detalle, su rostro seguía igual de impenetrable. –Cada intento que hice para lograrlo se iba al desagüe porque simplemente convertirme en un asesino no era algo que deseaba. Fueron meses de tormento, de llanto y ganas de quitarme la vida con tal de no seguir con ello, cuando tuve la oportunidad al fin no pude. Después de eso se desato formalmente la guerra y vi todos los horrores que causaban los prejuicios y los miles de inocentes víctimas de ese ideal . Cuando las cosas se acabaron y Potter triunfo me esperaba la cárcel o el beso de un dementor. Pero las cosas no fueron así, logre librarme de la cárcel con mi familia pasando de ser una familia estimada a una marginada. Mi padre se recluyo así mismo en su despacho y mi madre era feliz con sus flores. Yo por mi parte decidí auto encarcelarme en mi habitación, lo único bueno después de la guerra eran las visitas de Teddy, el hijo de mi prima, hasta que volví a Hogwarts. Realmente cuando volví al colegio lo hice por petición de mi madre y creo que le estaré toda mi vida agradecido por ello. Volví y me topé con insultos, amenazas, miradas recriminatorias y otras acciones que hacían sentirme una basura de persona. Pero Hermione-dije con una sonrisa de lado al recordar el día que entro al compartimiento del tren pensando que estaba vació.- llegó y entro a mi vida por completo, creo que ya sabe toda la historia.-comente- Pero me gustaría contarle como me sentía al respecto-suspire, hablar sobre lo que siento era algo nuevo todavía para mí. Pero la señora Granger debía estar segura de qué Hermione no iba salir lastimada.- Cuando hicimos las paces en el tren me sentí extraño al ver como ella me hablaba como si fueramo  amigos  y no como la basura que todo el mundo me hacía creer. Después llegaron las tardes en la biblioteca y comencé a desarrollar muchos sentimientos de ella, desde culpa por como la había tratado antes hasta amor y protección. Pero aun así no quería aceptar nada, ella se merecía a alguien mucho mejor que yo, que pudiera ofrecerle más de lo que yo podía darle. Pero cuando sentí ese amor que ella tanto me transmitía termine aceptando mis sentimiento por ella en un par de segundos. Quizás no sea la mejor persona del mundo, ni el hombre con el que le hubiera gustado que terminara su hija, pero la amo. Tan profundamente que no puedo dejar de sonreír como un bobo, tanto que he empezado a abrir mi corazón hasta el punto de llegar a ser algo cursí. Sé que mis palabras nunca serán suficientes para pedir perdón, pero quiero demostrar con mis acciones que quiero ser alguien mejor, que quiero ofrecerle lo mejor de mí a ella y regalarle momento de felicidad como lo ha hecho conmigo. Y esperar que en algún momento ese anillo sea remplazado por uno de compromiso.

La señora Granger me sonrió satisfecha. Quedandose un par de seguntos observandome con una sonrisa calida por fin.

-Eso era todo lo que quería oír.-me dijo con dulzura.-Así que Draco, creo que te has sumado al grupo del Roger y yo que deseamos proteger a Hermione.

-Y es para mí todo un placer- le respondí-

-Y yo creo que por fin podre dejar de fingir mi entusiasmo y apoyarlos verdaderamente . Cuentan con migo.

-Gracias Señora Granger.

-Llámame Jean, después de todo creo que serás mi yerno.-le respondí con una sonrisa.

-Draco. -Dijo Hermione entrando en la habitación.- ¿Por qué no me dijiste que ya había venido?-dijo dirigiendose a Jean.

-Draco y yo necesitábamos aclarar unos puntos ¿no es así?- habló su madre.

-Es correcto Jean.

-Lo dejo solos cariño, tú padre ha de seguir batallando con el postre. Y de paso pongo estas rosas que trajo Draco en un florero, están hermosas.

-Son preciosa, es cierto – le respondió Hermione, mientras Jean salía de la habitación.- ¿te ha dicho algo malo?-me preguntó inmediatamente.

-Bueno...-le conteste pensativo y después rápidamente le estampe un beso en los labios, ella rápidamente me respondido el beso y empezó a juguetear con mi cabello.- Ahora que ya nos hemos saludado-dije rompiendo el beso- tú madre no ha dicho lo que cualquier madre diría si supiera que su hija sale con Draco Malfoy, pero la he convencido de que voy en serio.

-¿Y qué le has dicho exactamente?

-Pues tú me has ahorrado al contarle sobre el proceso de nuestra relación. Así que solo le dije lo mucho que te amaba y espero no haber cometido un error cuando le dije lo mucho que te gusta que te follé.

-¿Qué le has dicho qué?-dijo Hermione con el rostro completamente aturdido y horrorizado- Draco, mi madre no sabe que ya lo hemos hecho. Merlín ¿cómo pudiste decirle eso?

-Bueno, creí que como ella dijo que le habías contado la evolución de nuestra relación di por sentado que no se te había olvidado ese detalle.

-Y mi padre... joder Draco, va a matarte-dijo preocupada, haciendo que pudiera ver todo el plan que estaba elaborando en su cabeza en estos momentos.

-Es broma.-le solté tomándola de la cintura. Ella se despegó de mí y me dio un golpecito en el hombro ,cubriéndose después  el rostro con las manos por la frustración.

-Me has dado un susto de muerte

-Lo siento-dije tomándola de la cintura.-Pero ten en cuenta que me acabo de enfrentar a toda una imponente leona- Hermione sonrió. –Lo siento-dije de nuevo- Ya sabes que ese es nuestro pequeño secreto.

Hermione se acercó y pego sus labios cerca de mi oído.

-Ya te dije que hoy estas muy guapo.

-Tú también está bellísima.-repuse.

-Chicos-llamo la voz de un hombre desde la cocina- Ya está listo el almuerzo.

-Ya vamos papá-respondió Hermione.

-¿También tengo que enfrentarme a él?- le dije a Hermione quien soltó una carcajada.

-Sí mi madre ha hablado contigo y las convencido, puedes estar seguro que para mi padre es más que suficiente. Él confía en su buen juicio.

-Los Granger y su buen juicio- dije riendo.

-Nunca falla.- me contestó ella. –Ahora vamos, no están esperando- Y ambos salimos del salón tomados de la mano, me faltaba todo un día por delante para seguir  conociendo a los Granger.





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