Nuevos comienzos II

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Había sido un idiota, un autentico gilipollas en todos mis años de colegio, un completo patan, sin contar las veces en que lastime o herí a varias personas por temor, bien era el caso de Katie Bell, y la comadreja, que por accidente casi muere envenedado al beber la botella que le había hecho llegar a Slughorn, y Granger, a la cual había humillado durante tanto tiempo, al tacharla de sangre sucia, y ahora gracias a la demente de mi tía, a la cual no me enorgullecía de llamar así, tenía que llevar plasmada en su brazo aquellas palabra tan demigrante, que yo le había lanzado durante años.

Pero bueno, algo debía aprender, mi padre sa había vuelto reservado, y se mantenia encerrado en la biblioteca de la mansión, y no salia más que para compartir los tiempos de comida con nosotros e irse a la cama, y mi madre, al ser absueltos los Malfoy de los cargos después de la guerra, a lo cual a nadie le había hecho mucha gracia, se había distanciado de las relaciones sociales, ya que ahora, a quién le gustaría tener algo que ver con está familia, a la cual ya no le quedaba nada de todo aquello que el apellido Malfoy significaba en otros tiempos, y con el que yo galantemente me pavoneaba, así que ahora mi madre, se limitaba a renovar la mansión y cuidar del jardín, con la esperanza de que esta mansión, nada tendría que ver con aquella que había albergaba a tantos mortifagos. Oh, y casi lo olvidaba, las visitas que hacia a Andromeda y Teddy, que aunque me cueste admitirlo, era él unico con que él que me dejaba mostrar afectuoso, ese pequeño había perdido a sus padres, así que yo internamente me había prometido a protegerlo, y me encargaría que no cometiera los mis errores que yo. Así que ahí estaban las lecciones de vida, el no volver a juzgar a nadie con estupidos prejuicios como lo es la sangre, el hecho de que a pesar que a veces todo parece perdido, aun hay esperanza, si no veanme, por algun momento creí morir o ir directo a Azkaban, pero aquí estaba, con la oportunidad de remendar mi vida, y aunque antes me hubiera parecido una locura, quizás lo mejor era refugiarme y empezar de nuevo en el mundo muggle, pues ahora no dejaba de ser tachado como un cobarde.

- Draco- dijo mi madre desde la puerta de mi habitación- si, mamá, ¿quieres que te ayude con el jardín?- le conteste, ya que ultimamente esa era su excusa para sacarme de mi habitación, o las invitaciones continuas que le hacía a su hermana para que nos visitara con Teddy, con lo cual no me era nada molesto tener que abandonar mi habitación.

- No, no es eso. Llegó una carta de Hogwarts- comento, y se dirijio a mi, de una manera un tanto temerosa- hijo, se que no debía abrirla, pero te invitan a concluir el ultimó curso- iba a interrumpirla pero ella fue más rapida- creó que deberias volver, mostrarles al mundo que no eres un cobarde como ellos piensan, que la vida nos da segundas oportunidades, y podemos cambiar, además, sé que esta la fortuna Malfoy, pero recuerdo que siempre se te hacía la ilusión de poder trabajar en el Ministerio de Magia, y sin duda acabar con tus estudios es muy necesario para poder llegar al Ministerio.

- Mamás, no te ofendas, pero ya no quiero nada de eso, se que debo aprovechar está oportunidad al ser absuelto de Azkaba, pero no creo que regresar sea la mejor opcción. De hecho... estaba pensando en alejarme del Mundo Magico, quiero empezar de nuevo, pero no creo que pueda en este mundo, donde nadie, lo suficientemente listo quisiera entablar una simple conversación conmigo.

- A qué te refieres con alejarte del Mundo Magico, es que acaso piensas ir al mundo muggle- dijo un tanto esceptica- cariño, no puedes negar de donde vienes, eres un mago, y no quiero sonar muy dura, pero debes hacerlo, se que esto te sonara una ingratiud de mi parte, pero debes superar todo lo que los demás piensan de ti, tu destino no es determinado por sus opiniones, Draco,hazló por mí, eres un chico muy fuerte, eres mi niño, y yo siempre estaré a tú lado, y regresar a Hogwarts te ayudara a superar todo aquello con lo que ahora estas lidiando- mierda, está mujer era asombrosa, y yo simplemente apretaba fuertemente la mandibula y luchaba por no dejar escapar una lagrima, sin duda Narcisa Malfoy, era la mujer de mi vida.

-Mamá- dije practicamente en un suspiro- lo haré, pero al finalizar el curso, por favor te pido que dejes que me vaya por un tiempo, sabes lo mucho que te amo, y honestamente no encuetro otra razón de ir a ese lugar que no sea por tí , así que lo hare-dije, con un tobo indifernte, aunque no sé si estaba cometiendo un gran error.

-Oh, Draco- se lanzó ella a abrazarme- cariño, yo siempre, siempre, estare contigo, de eso no tengas duda, se que eres un muchacho fuerte y podras con todo lo que se te presente.

-Y otra cosa más- dije- por favor escribeme, creo que podría volverme loco, si al menos no tengo nadie con quien contar- y ella sonrio gustosa- así lo hare amor- me dijo vehementemente.

Así, que iria a Hogwarts, no me entusiasmaba en lo absoluto, pero quizás no todo fuera tan malo después de todo.




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