Un mes después.
Los días pasaban tan tranquilamente que para todos parecía que sus vida y el mundo estaban muy calmados. Reily había vuelto a la rutina de la universidad bajo advertencia de Keid de que se tomara las cosas con calma, las cosas entre ambas había mejarado notablemente dejando a Reily más feliz que cualquier otro. Keid por su parte había decidido terminar sus estudios así que había vuelto a la universidad mientras trabaja a tiempo parcial en la cafetería y Opal, pues él tenía planes de colocar un nuevo negocio a la vez de hacer una sucursal en la zona universitaria, sus padres, como siempre le dieron todo el apoyo al igual que sus hermanas; así que para celebrar los planes de su hijo decidieron hacer una pequeña reunión con familiares y amigos.
–Que sí, te estoy invitando –dijo Opal mientras organizaba unos papeles de la pastelería.
–Pero es algo muy íntimo que tus padres han organizado, ¿no estorbaría? –murmuró lo último.
Opal suspiró exasperado y alzó la vista como si la tuviera en frente –¿Puedes por favor dejar de decir eso? De verdad me molesta que pienses así. Si te invito es porque eres importante para mi y porque quiero que conozcas a mis padres, estamos juntos Reily, esto es lo que las parejas normales hacen, así que espero que esta sea la última vez que escucho esa oración salir de tu boca.
Ella suspiró –Pero Opal...
–Sin peros, y dile a Keid que también está invitada –le interrumpió.
–Opal pero ni siquiera...
–Paso por ustedes a las 8 el viernes –siguió él sin dejarla hablar.
Ella bufó sonando molesta –Está bien, pero llegaremos en taxi, no tienes por qué ir por nosotras.
–¿Volveremos a revivir esa discusión? –cuestionó furibundo dejando todos los papeles a un lado.
–Creo que lo haremos cada vez que piense en tomar un estúpido taxi.
–Ya te he dicho que no tengo problemas en ir por ustedes.
–Y yo ya te he dicho que no eres mi chofer personal –continuó ella. Estaba en la universidad y apenas había salido de clases Opal la llamó para saber si debía ir por ella. Pero esta se negó pues le dijo que caminaría pues le servía de ejercicio. Habían cambiado de tema pero por desgracia volvieron a el apenas diez minutos después.
–Reily pero...
–Ya sé que no te molesta ni nada, pero sigo sintiendo que abuso de ti, Opal. Y para que no vayas a meter el tema de la operación ya estoy bien, tomar un taxi un día a la semana no me hará daño, ni a Keid tampoco, si de verdad quieres que vaya a la fiesta tienes que dejarme llegar en taxi. De lo contrario no voy. Punto.
–Si serás tozuda –murmuró él –. Yo quería llegar contigo y presumirte –le dijo consiguiendo que a ella se le fuera el mal humor tras una carcajada.
–No lograrás nada con eso, Opal Roy, no caeré en tus trucos otra vez.
–¿Otra vez? ¿Qué otro truco he hecho? –cuestionó pícaro.
–Sacarme a bailar aquella vez en la discoteca, si hubiese sabido que bailabas tan bien no te habría aceptado la oferta. Creo que desde ese día me traías loca –confesó.
–¿Quieres ir a bailar otro día? –le ofreció coqueto a lo que ella río y le dijo que no –¿De verdad no puedo ir por ti?
–No –respondió sonriendo.
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OPAL (en edición)
RomancePara llegar a los caminos del amor a veces necesitamos empujes. Portada por @BPEDITORIAL No al plagio. Sean originales.