Casilla De Salida

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Hacía un rato que a Shinichi le parecía oír pasos detrás de ellos, como si les siguieran. Pero no estaba completamente seguro, por lo que se mantenía en alerta. En aquel lugar todo podía ser una amenaza.

Los dos chicos habían estado caminando por aquel corredor, siguiendo la ruta que les indicaba las flechas dibujadas en el suelo. El único problema es que al estar pintadas con pintura fluorescente, debían ir apagando las luces que iban encontrando para verlas.

 El único problema es que al estar pintadas con pintura fluorescente, debían ir apagando las luces que iban encontrando para verlas

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Después de desenroscar unas 20 bombillas, Kaito notaba que le dolían las manos. Al observarlas, vio que empezaban a estar rojas. En ese momento le había pedido al detective que le sustituyera en la tarea de ir apagando las luces.

Pero Shinichi no había sabido colocarse las chaquetas para protegerse del calor que emitían las bombillas igual de bien, y a la segunda bombilla que había tocado, se había quemado. Dio un salto atrás y soltó las chaquetas que tenía en sus manos, junto con la bombilla que estaba manipulando. La bombilla cayó al suelo, explotando y haciendo que los cristales volarán en todas direcciones.

- ¿Has oído eso, Hattori? - le preguntó Saguru al detective de Osaka.

Aunque ninguno decía nada para no mostrar debilidad, tanto a Heiji como a Hakuba aquella oscuridad les sobrecogia. El no poder ver qué les rodeaba les hacía sentir inseguros y en peligro.

- Si, ha sonado muy cerca, como si un cristal se hubiera roto... - pensó Heiji en voz alta - Vamos, averigüemos qué ha sido.

Kaito se protegió la cara con el brazo, para evitar los cristales. Pensó en burlarse de Shinichi por su torpeza, pero al ver el gesto de dolor del detective se preocupó.

- ¿Estás bien, Kudo? - Shinichi negó con la cabeza, mientras mantenía una de sus manos contra su cuerpo y apretaba los dientes. Llevó al detective debajo del siguiente foco que habia que apagar para que le iluminara la palma - Déjame ver... Maldición, te has quemado bastante.

En la mano de Shinichi se estaba formando una pompa de agua como resultado de la quemadura. Había que tratarla o se le infectaria. Pero en aquel lugar no había útiles médicos.

- Quizás tu amigo, el médico loco, te pueda hacer una cura de urgencia - bromeó Kaito, pero Shinichi le lanzó una mirada asesina - Es broma, es broma. Pero hay que hacer algo o...

Su voz se acallo de golpe, pues acababa de oír algo. Por su expresión supo que Shinichi también lo oía.

Pasos.

Y estaban acercándose a donde ellos se hallaban muy deprisa, de modo que no les daría tiempo de huir. Y no tenían donde esconderse. No les quedaba más remedio que hacer frente a quien fuera que se acercaba. Shinichi en ese momento deseó tener con él su cinturón lanza balones, y Kaito su pistola de cartas.

La sorpresa de reflejó en sus rostros y sus ojos se abrieron de par en par cuando sus siluetas salieron de la oscuridad.

- ¿¡Kudo, también te han cogido!?

- Hakuba... ¿qué te ha pasado que tienes tan mal aspecto?

- Como si tú tuvieras mejor aspecto, Kuroba.

- Ah, ¿ustedes dos se conocen? - preguntó Heiji sorprendido al ver la reacción de Hakuba ante el chico que acompañaba a Kudo.

- Si, somos compañeros de clase. Kaito Kuroba, mago extraordinario - se presentó Kaito a Heiji - ¿Cómo nos habéis encontrado?

- Heiji Hattori, detective de Osaka - le devolvió el saludo - Vimos las flechas y las seguimos, y después oímos el ruido de algo de cristal rompiéndose.

Hakuba se acercó a Shinichi.

- Así que tú eres el famoso Shinichi Kudo, tenía mucho interés en conocerte.

Shinichi pensó que ya se conocían, pero claro, en aquellas dos ocasiones él había sido Conan. Aún se estaba reponiendo de la sorpresa de que ellos también habían sido secuestrados.

- Kudo, ¿te sucede algo? - se preocupó Hattori al darse cuenta de que su amigo no decía nada y que su mano izquierda era mantenida a su espalda.

- No puede hablar - explicó Kaito - Le inyectaron algo que se lo impide por ahora. Y se ha quemado la mano al desenroscar las bombillas para poder ver las flechas en la oscuridad.

Hattori cogió la mano de Shinichi para observarla y el detective movió los labios en un grito de dolor silencioso. Hakuba se acercó y su gesto se endureció. Tenía mala pinta, si.

- Tiene que verselo un médico es una quemadura de segundo grado... - dijo Hakuba, de mientras sacaba su pañuelo que aún se hallaba mojado y le hacia un vendaje con el - De momento, esto mantendrá la piel fresca y evitará que si se rompe la ampolla, la herida se infecte.

Shinichi relajó su expresión. Aquello le había aliviado un poco el dolor.

- Deberíamos seguir avanzando - comentó Hattori - Hay que salir de aquí.

- Chicos, al fondo hay una puerta - comentó Kaito que se había adelantado a explorar - Puede que las flechas llevasen hasta allí.

Avanzando en formación de a cuatro, los tres detectives y el mago se acercaron con cuidado a aquella puerta.

Kaito la abrió. Era una habitación que parecía un despacho. Pero debía llevar ya mucho tiempo abandonado. Sólo quedaba una vieja mesa ruinosa en el centro. Al otro lado, había otra puerta metálica cerrada con un candado.

Kaito y Hattori avanzaron dentro a investigar y Hakuba y Shinichi se quedaron en la entrada. No vieron la silueta que había permanecido en la oscuridad, siguiéndoles y que ahora se abalanzaba sobre ellos

Pillándolos por sorpresa, alguien empujó a los dos detectives dentro y cerró la puerta con llave a su espalda, dejándoles encerrados.

- Maldición - murmuró Hakuba, forcejeando inútilmente con el picaporte.

"Vaya... Al parecer tendremos cuatro jugadores al final. Aunque dos de ellos pierden puntos por haber sido ayudados en la eliminatoria."

Ahí estaba de nuevo, aquella voz que les desagradaba a todos ellos. Se juntaron en el centro de la sala para cubrirse mutuamente las espaldas. Shinichi señaló a sus compañeros la cámara y el altavoz.

"Os halláis en la casilla de salida por así decirlo. Si queréis llegar a la meta, debéis solucionar correctamente los rompecabezas que os plantearé. Las respuestas correctas se premiarán, las incorrectas..."

- Nos matarán - terminó la frase Hattori.

- De acuerdo, ¿la primera prueba es salir de esta habitación? - comentó Kaito mientras se paseaba por la estancia - no creo que eso sea muy difícil.

Shinichi se había acercado a la mesa para inspeccionarla. Al abrir uno de los cajones, descubrió una pequeña caja fuerte de combinación. Y también vio sujeto a la base del mueble algo que hizo que sus ojos se abrieran de par en par.

Dando golpes en el suelo, llamó la atención de sus compañeros y les hizo gestos de que se acercarán.

"Ah, antes de que se me olvide. Tenéis un límite de tiempo que empieza... ya. Buena suerte mis queridos Genios"

Allí, sujeto a la mesa, Shinichi había descubierto una bomba, y la cuenta atrás indicaba que explotaria en 2 minutos.

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