Upside down - Twilight Saga fanfic

SEVEN

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CAPÍTULO SIETE

BÉSAME MUCHO

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Las uñas de Katie habían pasado de ser un poco largas y estilizadas a inexistentes durante la semana. Los nervios podían con ella, Bella llegaba ese fin de semana. Justo cuando las cosas con Edward iban a la perfección.
Jasper podía sentir su inseguridad y nerviosismo, pero ella siempre le respondía que no era nada serio.

A pedido de Charlie, Kat había arreglado la antigua habitación de Bella para cuando llegara. Pensaba en qué pasaría cuando eso sucediera. Trató de descifrar cómo sería ella basándose en las cosas antiguas de la habitación pero luego le perdió el sentido debido a que habían pasado años y ella había cambiado notablemente.

Cuando llegó a su habitación después de cenar el viernes por la noche, los temblores de sus manos eran notorios. Sintió una mirada en ella, y, con una sonrisa ladina en la cara, se dirigió a la ventana.

- Hey, Eddie - mencionó ella suspirando al llamar al vampiro que se había tratado de esconder.

- Cómo lo ... ?- él trató de preguntar mientras ingresaba a la habitación a través de la ventana de la chica.

- Intuición - ella alzó los hombros restándole importancia.

- Me vas a decir lo que está pasando? - preguntó el chico sentándose en su cama mientras la miraba fijamente.

- Con qué? - Kat agradeció estar dándole la espalda para que no viera la expresión de su rostro.

- Tu nerviosismo. Has estado tensa y distraída toda la semana, no necesito ser Jasper para saberlo. Aunque me hace querer leer tu mente para saberlo, prefiero que tu me lo digas.

Katie suspiró llevándose las manos a la cabeza. Se preguntaba si debía decirle, si la comprendería; además de cuánto tendría que revelar sin parecer sospechosa ante sus ojos. Mientras su lado más humano le decía que no lo hiciera, que solo aprovechara lo que pudiera antes de que el huracán Bella destruyera todo a su paso.

- Mi prima, Isabella, - dudó unos segundos. - va a venir al pueblo, a vivir.

- Y eso te preocupa? No te agrada o ...? - un ceño se posó en el rostro angelical de Edward al no comprender cuál era el problema.

- No, no es eso. De hecho, ni siquiera la conozco bien. Es solo que ... - ella suspiró audiblemente y cerró los ojos con frustración. - tengo miedo.

- Miedo? De qué? - el vampiro ahora estaba a su lado, abrazándola por detrás.

- De que ya no me necesiten. De que ella venga y me reemplace en todo, e incluso sea mejor. Siento que voy a perder a Charlie, además de que todos los que la conocen caen ante su encanto y ... tengo miedo de perderte a ti. De que me dejes por ella.

Lo había hecho, todo lo que sentía salió sin filtro de sus labios dejándola con instantáneo arrepentimiento.

- Kat - él la volteó con suavidad para así mirarla a los ojos. - No me vas a perder. Me he enamorado de ti, estoy perdidamente enamorado de ti, te escojo a ti. Y eso no va a cambiar por alguien que recién vaya a conocer.

- Pero ... y si ...

- Te amo, Kat. A ti y solo a ti. Porque nadie más, en todos mis años de existencia, ha logrado cautivarme como tú. Y no es simple atracción, porque, a lo largo de estos seis meses, te he conocido y me has conocido mejor que nadie, y aún así me quieres. No hay nadie más con quien yo querría estar.

- Eso es lo más ridículamente cursi que me han dicho jamás - mencionó ella con un toque de diversión mientras arrugaba la nariz y sonreía.

Llevó sus manos al cabello de Edward y lo atrajo hacia sí para besarlo fervientemente. Ese beso sabía diferente para ambos, ahora era más profundo, más intenso. Era el sello de una promesa, de que nada los separaría.

- Te amo - susurró ella con sus frentes pegadas luego de separarse por falta de aire. 

- Te amo - le respondió él mientras una sonrisa se asomaba por su rostro.

- Te ... - Katie dudó un segundo sobre sus siguientes palabras pero, al recordar que podrían no tener todo el tiempo del mundo, se atrevió a decirlas - te podrías quedar esta noche?

Decir que Edward estaba sorprendido era poco, definitivamente no se lo esperaba y a eso se debía lo mucho que sus ojos se habían ampliado y sus labios entreabierto.
Katie se maldijo mentalmente pero no pensaba retractarse de sus palabras, solo realmente esperaba que Edward le respondiera.

- Seguro - habló el vampiro con un hilo de voz.

- Genial - ella le dió un corto beso en los labios antes de caminar hacia su cómoda y sacar su pijama - Voy a cambiarme y regreso.

Una vez solo en el cuarto, Edward se permitió recorrerlo. Estaba un poco desordenado pero eso lo hizo sonreír, definitivamente era el cuarto de Katie. Le encantaba como olía a ella, no a un perfume en específico o a su sangre, sino a un olor especial que no podía describir. Si tuviera que asemejado a algo, sería al olor que desprende el límite entre el bosque y el mar; la fuerza y frescura del océano junto con la calidez y el peligro del bosque, y le pareció la descripción perfecta de la chica que lo estaba volviendo loco.

- En qué estás pensando? - la voz de Kat lo sobresaltó por lo que ella rió un poco - Estabas un poco ido, en qué pensabas?

- En nada, en todo. - él se echó en la cama con la espalda contra el respaldar y sus brazos detrás de su cabeza.

- Siempre eres tan intenso? Cierto, estamos hablando de Edward Cullen - dijo ella con sarcasmo y una sonrisa divertida antes de acostarse a su lado.

- Te enamoraste de este intenso. - ahora él tenía una sonrisa divertida y arrogante.

- No lo puedo negar - Kat le dió un profundo beso que lo dejó aturdido.

Ella se echó a su costado pasando un brazo alrededor de su torso y enredando su pierna con las de él, su cabeza descansaba en su pecho. Tímidamente, Edward la rodeó con su brazo. No se veía bien dónde comenzaba ella y terminaba él, y ese pensamiento le sacó una sonrisa a ambos.

Antes de caer profundamente dormida, Katie tomó una decisión: no importaba si era con ella o no, iba a poner la felicidad de Edward por sobre la suya, porque lo amaba como no había amado a nadie antes.

Edward se sintió humano con el calor que desprendía el cuerpo de la humana a su lado. Ella se veía tan tranquila, tan pacífica a su lado que sintió que su muerto corazón volvía latir.