Upside down - Twilight Saga fanfic

EPÍLOGO

Creep  -  Radiohead Cover

Sam aparcó cerca del baile pero ninguno dijo nada o hizo el amago de bajar.

- Debo verme patética. - dijo Kat para sí misma cubriendo sus ojos con su mano. - Quién va al baile solo?

- Nadie tiene las agallas de Katerina Swan. - bromeó Sam haciéndola sonreír.

- Excepto el gran lobo malo, no? - bromeó ella. - No sé qué haría sin ustedes. - suspiró.

- No tendrías eso. - Sam señaló el lugar en su hombro y pecho donde estaban las marcas, el vestido las dejaba al descubierto.

- Sammy, eso no es tu culpa. No sabías lo que hacías ...

- Pero te hice daño, y eso no va a desaparecer.

- Sam, te quiero y esto - alzó ambos antebrazos dejando la marca de mordida de lobo en el izquierdo y la de vampiro en el derecho - no va a hacer que deje de quererte. Eres como un hermano para mí, Sam. Y siempre estaré ahí para ti.

- Si veo a ese vampiro le voy a patear el trasero por hacerte eso. - comentó Sam tocando la marca de la mordida de James y luego la Edward.

- Ya te dije que Edward me salvó.

- Y fue él quien te puso en peligro. Debí golpearlo en el hospital.

- Los fríos no me van a hacer nada, Sammy. - bromeó ella.

Sam sonrió y le apretó la mano con cariño, luego bajó del auto para abrirle la puerta.

- Diviértete. - le dijo cuando la abrazó.

- De acuerdo. Cuida de Jared y las chicas.

- Como si tuviera opción. - bromeó subiéndose al auto.

Al ver el auto alejarse, Kat se dio media vuelta para enfrentar la mansión ambientada en Monte-Carlo. La noche ya había caído sobre la fría ciudad y podía observar algunas estrellas en el cielo. Debido a que ya era más de dos horas tarde, no había fotógrafo a la entrada o alguien que la recibiera, todos estaban adentro divirtiéndose.

Entró sin prisa alguna y tuvo que acostumbrar sus ojos a la luz. Había una bola disco y la música estaba extremadamente alta. Vio que había algunos de sus compañeros, con quienes nunca había hablado, estaban jugando cartas y apuestas. Muchos volteaban a mirarla o se le quedaban viendo sin disimulo, le hizo recordar a cuando llegó como chica nueva a la escuela, pero los Cullen la habían salvado de tener que socializar con otros, obviamente no le favorecía en ese momento.
Ella comprendía el aturdimiento de los demás, ella misma había quedado sorprendida cuando Emily y Kim la terminaron de arreglar. Y es que Kat solía usar vaqueros o pantalones sueltos, camisas básicas y polos con diseños de bandas de rock. Además, sus cicatrices causaron que los chismes sobre su causa comenzaran a correr en cuestión de minutos.

Decidió ir al segundo piso de la casona para tener un respiro de las miradas y los chismes. Tuvo la suerte de encontrar un balcón. Respiró el aire frío como si hubiera estado aguantando la respiración por mucho tiempo.  Un pequeño escalofrío la recorrió por la diferencia de temperatura del caldero que era la pista de baile con la de la hermosa terraza.
Pero, para Katie, todo el encanto de la terraza desapareció al ser el lugar que tenía una perfecta vista de donde Edward y Bella estaban bailando en el jardín. Como la persona masoquista que era, se quedó mirándolos. Vio como Edward se inclinaba hacia el cuello de Bella pero al final solo depositaba un tierno beso.

Apartó la mirada bruscamente con el corazón hecho trizas y limpio la lágrima que corría por su mejilla como muestra de su dolor.

- Estás bien? - una voz la sobresaltó.

Al voltear había un chico alto de ojos miel, tenía la cara con distintos lunares y pecas, y el cabello oscuro. Debía admitir que era muy guapo y tenía rostro amable. Kat no pudo evitar sonreírle.

- Si, si. Gracias.

- Segura? Por qué lloraría la famosa Katerina Swan? - el chico tenía un tono divertido que no tenía la malicia habitual de los adolescentes de Forks.

- Wow, famosa? Exageras. - le siguió el juego.

- Por favor, eres la única que sigue siendo un misterio para el pobre pueblo de Forks.

- No sería esa Bella Swan?

- Nop, todos vimos su obsesión con el soltero de los Cullen. Clásico. - con eso le logró sacar una risita a Kat. - Dicen mil cosas sobre eso. - señaló las marcas de garras.

- Que lo hagan. Por qué tendría que darles explicaciones.

- Touché. Ya ves! Eres fantástica! - su tono no dejaba diferenciar si lo decía en serio o estaba jugando solamente.

- Cuál es tu nombre? - dijo ella entre risitas.

- Nik, Nik Grayson. - él tomó su mano y le dejó un pequeño beso pero la sonrisa pícara e inocente le quitaba cualquier coqueteo que pudo haber tenido, según Kat.

- Puedes decirme Kat o Kitty, así me dicen mis amigos.

- Kitty-Kat. - ella volteó a verlo con una ceja alzada. - Hey, soy tu primer amigo en la secundaria de Forks, creo que merezco tener un sobrenombre tuyo que sea especial.

- Y cómo debería llamarte yo? - ella se cruzó de brazos con una ceja alzada y una sonrisa divertida.

- Ya te dije, Nik. Todos me suelen decir Klaus. - él se alzó de hombros.

- Espera, tu nombre es Niklaus? - ella de inmediato se acordó de una serie que veía con Cassie en su verdadero "universo/tiempo" .

- No es tan cool, soy Nicholas. Pero Niklaus suena mejor. - ambos rieron un poco por eso.

Con la compañía del chico Katie pensó que sí podría disfrutar del resto de la noche.

Sin preocuparse aún de cómo afectaría eso a lo que estaba por venir ...

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Elle.