1.- Decisiones (parte dos)

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"Cuando el miedo se apoderó de uno, y la ilusión envolvió al otro; el silencio trajo a la decepción, y con ello el arrepentimiento".


   Taeyong se apoyó sobre las barras que separaban el vacío de las alturas del edificio, de inmediato supo que el lugar era bastante seguro, así que ambos podían estar solos y contemplar todo el paisaje sin impedimentos. Tanto él como Yuta, estaban maravillados de la increíble vista: las brillantes farolas encendidas en cada esquina, las luces de los enormes edificios, autos recorriendo las coloridas calles, estrellas lejanas como pequeñas lucesitas expuestas en el hermoso cielo nocturno...

   Todo aquello se pintaba de manera perfecta y el aura que fluía a través de ese hermoso lugar, hacía que ambos olvidasen el aire ligeramente frío que erizaba el bello de sus pieles; dándoles la seguridad de que no habría nada que les arruinara aquel momento.

   Con la mirada perdida en la luna que resplandecía ante su rostro, Taeyong soltó un suspiro esperanzado al tiempo en que su sonrisa se mostraba complacida. Desde que llegaron, no se habían dicho ninguna palabra aún. Y es que ninguno sabía qué decir, o si sabían; pero todo era como si de pronto sus conciencias se hubieran desconectado de sus cuerpos y sus mentes se mantuvieran en estado reset.

   Yuta tradujo el silencio del mayor como un intento por ignorarlo pero, a decir verdad, Taeyong estaba realmente concentrado en escuchar las pulsaciones del japonés; a la espera de oírlo hablar, porque sabía que éste tenía mucho qué decir y después de todo y justo ahora, no habría interferencia entre sus oídos y el paso de su melodiosa voz.

   Lo esperaba y lo esperaría mucho más sin importar que los minutos se convirtieran en horas.

   Pero por parte de Yuta, en su mente había casi una eterna lucha consigo mismo. Los nervios comenzaron a aflorar por todo su cuerpo y las manos le sudaban.

   A pesar de llevar tanto tiempo juntos y ser buenos amigos, estar al lado de Lee Taeyong siempre resultaba un reto para él, de esos que quieres enfrentar pero con sumo cuidado, porque no quieres arruinarlo. Y era justo eso, tenía miedo de arruinarlo. Pero tampoco quería hacerle esperar más de lo que ya lo había hecho.

   Tomó aliento y lo soltó lentamente.

   —Con respecto a lo que pasó en el concierto...

   —Yuta, sé que lo prometiste —el mayor lo interrumpió de pronto, negando ligeramente con la cabeza—. Pero está bien, ya te había dicho antes que no tiene nada de malo —hizo otra pausa para volverse y fijar su mirada en él con cierta preocupación evidenciada en su rostro—. Escucha... No puedes prometerte a hacer algo que es imposible de evitar. Somos humanos, y es muy normal sentirnos así... —concluyó, dando justamente en el blanco. Yuta comprendió con totalidad a lo que se refería, solo que había otra parte que Taeyong aun no parecía comprender.

   El japonés entrecerró los ojos y apretó la mandíbula.

   —Eso lo entiendo. Pero sabes que no me gusta mostrarme débil, y menos ante los demás. No quiero sonar engreído o algo parecido, solo que no me gusta que me vean de esa forma, quiero... Quiero decir, intento ser fuerte. Lo hago, realmente lo hago —protestó, elevando un poco el tono de voz con la intención de hacerle saber a su amigo la seguridad con la que transmitía aquellas palabras.

   Durante toda su vida había aparentado ser un chico fuerte, seguro y optimista ante cualquier situación que pudiera atravesarse en su camino, pues así era su forma de ser y así lo conocían todos; nadie nunca había sabido sobre sus problemas personales o debilidades, a excepción de ciertas personas como sus familiares y Taeyong. En especial por éste último, quien también pasó por muchos problemas e inseguridades en el pasado, y esa fue la principal razón por la que ambos terminaron siendo amigos. Se comprendían increíblemente bien como para apoyarse entre sí.

Osaka dream | YuTae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora