9.- Un solo deseo.

208 38 4
                                    

   La expectativa lo había consumido por completo, y el deseo inmenso de estar con él resultó ser un caso prohibido, como en un imprevisto ataque en el que lo expulsaron a fuerzas de un sueño del cual no deseaba despertar. Ver a tantas personas caminando a su alrededor como sombras borrosas, le pareció un poco abrumador hasta cierto punto; porque por más difícil que resultaron todos sus esfuerzos, sus ojos no lo hallaron.

   A pesar de la inesperada y confusa situación en la que se había implicado, en ningún momento se atrevió a reprocharle a Haruna el hecho de haberlo alejado de su compañero. Si se sintió un poco indignado y no ignoró la extraña actitud de la chica en varias ocasiones; y aunque también tuvo ciertas dudas, tampoco quiso interrogarla.

   Respiró hondo y solo se limitó a seguirle el juego, de modo que ya no le quedaban más opciones y tampoco se sintió capaz de negarse ante sus ocurrentes propuestas que en parte, si lograron despertar su interés. Así que la idea de compartir un tiempo con la hermana menor de Yuta, no le desagradó en lo absoluto. Todo resultó más divertido de lo que habría esperado.

   Ambos se entretuvieron en diversas atracciones y tuvieron la suerte de ganar muchos premios: tres tiernos osos de peluche en distintos colores pasteles, dos trofeos de plástico tamaño mediano y un llavero con una forma de un zorro naranja, que si no fuera por el comentario de Haruna, jamás se habría dado cuenta del divertido parecido de Yuta con el animal.

   La mayoría de las cosas se las dejó a Haruna como regalo, solo conservando el llavero para sí.

   —Te lo digo, Yuta es como un tierno zorrito y tú te pareces a un lobo feroz —siguió insistiendo la chica entre risas, tan entretenida con aquella ocurrente plática. Taeyong fingió parecer ofendido.

   — ¿Te parezco tan aterrador?

   Ambos rieron y Haruna hizo un ademán.

   —De acuerdo, un lobo tierno.

   El creciente entusiasmo de la chica no disminuyó ni por un segundo durante el divertido paseo, y claro, tampoco dejó pasar la oportunidad de tomarse varias fotos con él. Estaba encantado, les había tomado un gran y sincero cariño a las hermanas de Yuta en tan poco tiempo. Ambas, aunque distintas y únicas con sus peculiares toques encantadores, una vez que convives con ellas era como llevarse un montón de sorpresas a cada rato.

   Eso también compartían con Yuta, y por eso tal hecho le pareció aún más especial y digno de apreciar.

   —Mira, ¡la fuente de los deseos! —señaló Haruna, encantada.—, ¡vamos!

   La chica se aferró a su brazo muy animada, sin que se le notara ni una pizca de cansancio en su brillante rostro juvenil. Taeyong la siguió al mismo ritmo, aunque también teniendo el cuidado de no tropezarse en el camino. Haruna caminaba demasiado rápido.

   La majestuosa fuente de los deseos, que de solo verla, sorprendía a cualquiera que la contemplara. Su tamaño era enorme y tenía esa típica forma circular en donde varios puntos de luces blancas la rodeaban. La figura central y la que más destacaba, se trataba curiosamente de dos esculturas de ángeles, en posiciones opuestas, inclinados hacia adelante y con los labios fruncidos como si quisieran dar un beso; pero en lugar de ello el agua brotaba a través de los pequeños orificios que se abrían entre sus labios.

   —Es fascinante... —expresó Taeyong, petrificado sin despegar sus ojos de las esculturas centrales. Un grupo no muy grande de personas también rodeaban la fuente, algunas para tomar fotografías y otras para pedir deseos, descargando sus esperanzas en cada moneda que lanzaban al agua.

Osaka dream | YuTae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora